SALMOS 10:3-6
SALMOS 10:3-6 La Palabra (versión española) (BLP)
El malvado se enorgullece de su ambición, el codicioso blasfema e injuria al Señor. El malvado, en su soberbia, de nada se preocupa: «No hay Dios»; esto es todo lo que piensa. Sus caminos siempre prosperan, tus mandatos están lejos de él, a todos sus enemigos desprecia. Él piensa: «Nadie me hará caer; seré feliz, no me alcanzará la desgracia».
SALMOS 10:3-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
El malvado se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso y desprecia al Señor; el malvado, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay lugar para Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adversarios desprecia. Dice en su corazón: «No caeré jamás; nunca me alcanzará la desgracia».
SALMOS 10:3-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al SEÑOR. El malvado va con la cabeza levantada, y no da lugar a Dios en sus pensamientos. Todas sus empresas son siempre exitosas; tan altos y alejados de él están tus juicios que se burla de todos sus enemigos. Y se dice a sí mismo: «Nada me hará caer. Siempre seré feliz. Nunca tendré problemas».