SALMOS 107:1-9
SALMOS 107:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Alabad al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos del Señor, los que ha redimido del poder del enemigo y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur. Anduvieron perdidos por el desierto, por soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. Entonces, clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones. Los dirigió por camino derecho, para que llegaran a ciudad habitable. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres!, porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta.
SALMOS 107:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Alabad al Señor por su bondad, porque es eterno su amor. Que lo digan los que el Señor ha salvado, los que ha salvado del poder del enemigo, los que reunió de entre los países, de oriente y de occidente, del norte y del poniente. Vagaban perdidos por el árido desierto, no hallaban el camino a una ciudad habitada. Estaban hambrientos, tenían sed, su vida se iba agotando. Pero en su angustia gritaron al Señor y él los salvó de sus penurias; los guio por un camino recto hasta llegar a una ciudad habitada. ¡Que alaben al Señor por su amor, por sus maravillas con el ser humano! Porque él sació la garganta ávida, al hambriento llenó de manjares.
SALMOS 107:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dad gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que lo digan los redimidos del SEÑOR, a quienes redimió del poder del adversario, a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur. Vagaban perdidos por parajes desiertos, sin dar con el camino a una ciudad habitable. Hambrientos y sedientos, la vida se les iba consumiendo. En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los libró de su aflicción. Los llevó por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitable. ¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor nuestro! ¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!