SALMOS 108:1-13
SALMOS 108:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)
Mi corazón, Dios, está dispuesto; cantaré y entonaré salmos; esta es mi gloria. ¡Despiértate, salterio y arpa; despertaré al alba! Te alabaré, Señor, entre los pueblos; a ti cantaré salmos entre las naciones, porque más grande que los cielos es tu misericordia y hasta los cielos es tu fidelidad. Exaltado seas, mi Dios, sobre los cielos, y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria. ¡Libra a tus amados! ¡Sálvanos con tu diestra! ¡Respóndenos! Dios ha dicho en su santuario: «¡Yo me alegraré; repartiré a Siquem y mediré el valle de Sucot! Mío es Galaad, mío es Manasés y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador. Moab, la vasija para lavarme; sobre Edom echaré mi calzado; me regocijaré sobre Filistea». ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me guiará hasta Edom? ¿No serás tú, Dios, que nos habías desechado y no salías, mi Dios, con nuestros ejércitos? Danos socorro contra el adversario, porque vana es la ayuda del hombre. En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos.
SALMOS 108:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)
Oh Dios, mi corazón está firme, voy a cantar, voy a tocar: en ello pongo mi gloria. Despertaos cítara y arpa, que yo despertaré a la aurora. Te alabaré entre los pueblos, Señor, te cantaré entre las naciones, pues tu amor llega hasta el cielo, hasta el firmamento tu verdad. Oh Dios, álzate sobre los cielos, alza tu gloria sobre la tierra entera. Sálvanos con tu poder, atiéndenos, para que tus amados queden libres. Dios ha hablado en su santuario: «Me regocijaré al repartir Siquén, cuando divida el valle de Sucot. Mío es Galaad, mío Manasés, es Efraín el yelmo de mi cabeza, Judá el cetro de mi poder; es Moab la vasija en que me lavo, sobre Edom arrojo mi sandalia, sobre Filistea proclamo mi victoria». ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada, quién me conducirá hasta Edom? Solo tú, Dios, tú que nos rechazaste, tú que no sales con nuestras tropas. Préstanos ayuda frente al enemigo, pues de nada vale la ayuda humana. Con Dios lograremos triunfar, él humillará a nuestros enemigos.
SALMOS 108:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Firme está, oh Dios, mi corazón; ¡voy a cantarte salmos, gloria mía! ¡Despertad, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! Te alabaré, SEÑOR, entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones. Pues tu amor es tan grande que rebasa los cielos; ¡tu verdad llega hasta el firmamento! Tú, oh Dios, estás sobre los cielos, y tu gloria cubre toda la tierra. Líbranos con tu diestra, respóndeme para que tu pueblo amado quede a salvo. Dios ha dicho en su santuario: «Triunfante repartiré a Siquén, y dividiré el valle de Sucot. Mío es Galaad, mío es Manasés; Efraín es mi yelmo y Judá, mi cetro. En Moab me lavo las manos, sobre Edom arrojo mi sandalia; sobre Filistea lanzo gritos de triunfo». ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me mostrará el camino a Edom? ¿No es Dios quien nos ha rechazado? ¡Ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos! Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda humana. Con Dios obtendremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!