SALMOS 118:1-18
SALMOS 118:1-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Alabad al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Diga ahora Israel que para siempre es su misericordia. Diga ahora la casa de Aarón que para siempre es su misericordia. Digan ahora los que temen al Señor que para siempre es su misericordia. Desde la angustia invoqué al Señor, y me respondió el Señor, y me puso en lugar espacioso. El Señor está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. El Señor está conmigo entre los que me ayudan; por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen. Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre. Mejor es confiar en el Señor que confiar en príncipes. Todas las naciones me rodean; mas en el nombre del Señor yo las destruiré. Me rodean y me asedian; mas en el nombre del Señor yo las destruiré. Me rodean como abejas; se enardecen contra mí como fuego entre espinos; mas en el nombre del Señor yo las destruiré. Me empujaste con violencia para que cayera, pero me ayudó el Señor. Mi fortaleza y mi cántico es el Señor, y él me ha sido por salvación. Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra del Señor hace proezas. La diestra del Señor es sublime; la diestra del Señor hace proezas. ¡No moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor! Me castigó con dureza el Señor, pero no me entregó a la muerte.
SALMOS 118:1-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Dad gracias al Señor por su bondad, porque es eterno su amor. Que lo diga Israel: es eterno su amor. Que lo diga la casa de Aarón: es eterno su amor. Que lo digan quienes lo veneran: es eterno su amor. En la angustia invoqué al Señor y el Señor me respondió dándome alivio. El Señor está conmigo, nada temo, ¿qué podrá hacerme el mortal? El Señor está conmigo, es mi ayuda, prevaleceré sobre mis enemigos. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en los mortales, mejor refugiarse en el Señor que confiar en los príncipes. Todas las naciones me cercaban, mas en nombre del Señor yo las destruyo; me rodeaban, me cercaban todas ellas, mas en nombre del Señor yo las destruyo; todas me cercaban como avispas y como fuego de zarzas se extinguieron, pues en nombre del Señor yo las destruyo. Me empujaban intentando derribarme, pero el Señor me ayudó. Dios es mi fuerza y mi potencia, él fue para mí la salvación. Gritos de gozo y victoria hay en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor realiza hazañas, la diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor realiza hazañas». No he de morir, viviré para contar las proezas del Señor. Dios me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte.
SALMOS 118:1-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dad gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que proclame el pueblo de Israel: «Su gran amor perdura para siempre». Que proclamen los descendientes de Aarón: «Su gran amor perdura para siempre». Que proclamen los que temen al SEÑOR: «Su gran amor perdura para siempre». Desde mi angustia clamé al SEÑOR, y él respondió dándome libertad. El SEÑOR está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal? El SEÑOR está conmigo, él es mi ayuda; ¡ya veré por los suelos a los que me odian! Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse en el SEÑOR que fiarse de los poderosos. Todas las naciones me rodearon, pero en el nombre del SEÑOR las aniquilé. Me rodearon por completo, pero en el nombre del SEÑOR las aniquilé. Me rodearon como avispas, pero se consumieron como zarzas en el fuego. ¡En el nombre del SEÑOR las aniquilé! Me empujaron con violencia para que cayera, pero el SEÑOR me ayudó. El SEÑOR es mi fuerza y mi canto; ¡él es mi salvación! Gritos de júbilo y victoria resuenan en las casas de los justos: «¡La diestra del SEÑOR realiza proezas! ¡La diestra del SEÑOR es exaltada! ¡La diestra del SEÑOR realiza proezas!» No he de morir; he de vivir para proclamar las maravillas del SEÑOR. El SEÑOR me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte.