SALMOS 138:1-8
SALMOS 138:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos. Me postraré hacia tu santo templo y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad, porque has engrandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas. El día que clamé, me respondiste; fortaleciste el vigor de mi alma. Te alabarán, Señor, todos los reyes de la tierra, porque han oído los dichos de tu boca. Cantarán de los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande, porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, pero al altivo mira de lejos. Cuando ando en medio de la angustia, tú me vivificas; contra la ira de mis enemigos extiendes tu mano y me salva tu diestra. El Señor cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Señor, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos!
SALMOS 138:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Te doy gracias de todo corazón, en presencia de dioses te canto. Me postraré ante tu santo Templo, por tu amor y tu verdad te alabaré, pues haces que tu promesa supere tu fama. Cuando clamé, me respondiste, hiciste que aumentara mi fuerza. Señor, te alabarán todos los reyes de la tierra cuando escuchen las palabras de tu boca. Cantarán en los caminos del Señor que la gloria del Señor es inmensa, que es excelso el Señor: atiende al humilde, reconoce al soberbio desde lejos. Si camino en peligro, me salvas la vida, extiendes tu mano contra mis rivales y tu diestra me pone a salvo. El Señor acabará lo que ha hecho por mí. ¡Señor, tu amor es eterno! ¡No abandones la obra de tus manos!
SALMOS 138:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
SEÑOR, quiero alabarte de todo corazón, y cantarte salmos delante de los dioses. Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas. Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas. Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán al escuchar tus palabras. Celebrarán con cánticos tus caminos, porque tu gloria, SEÑOR, es grande. El SEÑOR es excelso, pero tiene en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos. Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo! El SEÑOR cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, SEÑOR, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!