SALMOS 18:30-40
SALMOS 18:30-40 Reina Valera 2020 (RV2020)
En cuanto a Dios, perfecto es su camino y acrisolada la palabra del Señor; escudo es a todos los que en él esperan. ¿Quién es Dios sino solo el Señor? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me reviste de poder y quien hace perfecto mi camino; quien hace mis pies como de gacela y me afirma en las alturas; quien adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce. Me diste, asimismo, el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí y mis pies no han resbalado. Perseguí a mis enemigos y los alcancé; no volví hasta acabarlos. Los herí de modo que no se levantaran; cayeron debajo de mis pies, pues me has revestido de fuerzas para el combate; has humillado a mis enemigos debajo de mí. Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, para que yo destruya a los que me odian.
SALMOS 18:30-40 La Palabra (versión española) (BLP)
El camino de Dios es perfecto, la palabra del Señor exquisita; es un escudo para los que en él confían. Pues, ¿quién es Dios, aparte del Señor? ¿Quién una fortaleza, sino nuestro Dios? Dios es quien me ciñe de fuerza y hace perfecto mi camino. Él me da pies de gacela y me mantiene firme en las alturas; adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tensar arco de bronce. Me ofreces tu escudo protector, tu diestra me sostiene, tu benevolencia me engrandece. Agilizas mis pasos al andar y no se tuercen mis tobillos. Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no retrocedo hasta acabar con ellos; los abato y no pueden levantarse, quedan postrados a mis pies. Me has armado de valor para el combate, los agresores me han quedado sometidos. Pones en fuga a mis enemigos y yo aniquilo a mis adversarios.
SALMOS 18:30-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El camino de Dios es perfecto; la palabra del SEÑOR es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. ¿Quién es Dios, si no el SEÑOR? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y endereza mi camino; da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas; adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar arcos de bronce. Tú me cubres con el escudo de tu salvación, y con tu diestra me sostienes; tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean. Perseguí a mis enemigos, les di alcance, y no retrocedí hasta verlos aniquilados. Los aplasté. Ya no pudieron levantarse. ¡Cayeron debajo de mis pies! Tú me armaste de valor para el combate; bajo mi planta sometiste a los rebeldes. Hiciste retroceder a mis enemigos, y así exterminé a los que me odiaban.