SALMOS 22:12-21
SALMOS 22:12-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado. Abrieron contra mí su boca como león rapaz y rugiente. He sido derramado como el agua y todos mis huesos se descoyuntaron. Mi corazón fue como cera, pues se detenía dentro de mí. Como un tiesto se secó mi vigor y mi lengua se pegó a mi paladar. ¡Me has lanzado al polvo de la muerte! Perros me han rodeado; me ha cercado una banda de malhechores; desgarraron mis manos y mis pies. ¡Contar puedo todos mis huesos! Entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron entre sí mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes. Mas tú, Señor, ¡no te alejes! Fortaleza mía, ¡apresúrate a socorrerme! Libra de la espada mi alma, del poder del perro mi vida. Sálvame de la boca del león y líbrame de los cuernos de los toros salvajes.
SALMOS 22:12-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Manadas de novillos me cercan, toros de Basán me acosan. Abren sus fauces contra mí cual león que ruge y despedaza. Me diluyo como el agua, mis huesos se desencajan, mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas; está agostada mi fuerza como la tierra seca, mi lengua está pegada al paladar; tú me hundes en el polvo de la muerte. Me acorralan jaurías, hordas de criminales me asedian, como un león asedian mis manos y mis pies. Puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran, se fijan en mí, se reparten mis ropas, echan a suertes mis vestiduras. Pero tú, Señor, no te alejes, fuerza mía, date prisa en ayudarme. Libra mi ser de la espada, mi vida de las dentelladas del perro. Sálvame de las fauces del león, protégeme de los cuernos del búfalo.
SALMOS 22:12-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Muchos toros me rodean; fuertes toros de Basán me cercan. Contra mí abren sus fauces leones que rugen y desgarran a su presa. Como agua he sido derramado; dislocados están todos mis huesos. Mi corazón se ha vuelto como cera, y se derrite en mis entrañas. Se ha secado mi vigor como una teja; la lengua se me pega al paladar. ¡Me has hundido en el polvo de la muerte! Como perros de presa, me han rodeado; me ha cercado una banda de malvados; me han traspasado las manos y los pies. Puedo contar todos mis huesos; con satisfacción perversa, la gente se detiene a mirarme. Se reparten entre ellos mis vestidos y sobre mi ropa echan suertes. Pero tú, SEÑOR, no te alejes; fuerza mía, ven pronto en mi auxilio. Libra mi vida de la espada, mi preciosa vida del poder de esos perros. Rescátame de la boca de los leones; sálvame de los cuernos de los toros.