SALMOS 37:1-11
SALMOS 37:1-11 La Palabra (versión española) (BLP)
No te exasperes con los malvados, no envidies a los que obran mal, pues como la hierba pronto se secan, como el prado verde se agostan. Confía en el Señor y haz el bien, habita esta tierra y sé fiel. Deléitate en el Señor y él te dará cuanto pidas. Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él actuará. Hará que como la luz resplandezca tu justicia, como el mediodía tu derecho. Descansa en el Señor y pon en él tu esperanza; no envidies a quien prospera, a quien no para de tramar intrigas. No te enfurezcas, no te enojes, no te exasperes, que harás mal. Pues los malvados serán aniquilados; heredarán, en cambio, la tierra los que confían en el Señor. Dentro de poco no habrá ni un malvado, mirarás dónde estaba y no habrá nadie. Los humildes heredarán la tierra y se deleitarán en una inmensa paz.
SALMOS 37:1-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
No te impacientes a causa de los malvados ni tengas envidia de los malhechores, porque como la hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en el Señor y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en el Señor y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante el Señor y espera en él. No envidies a quienes prosperan en su camino, ni a quienes practican el mal. Desecha la ira y el enojo; no te exasperes, no sea que obres mal, porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra, pues dentro de poco no existirá el malo; observarás su lugar, y ya no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz.
SALMOS 37:1-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto. Confía en el SEÑOR y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra. Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques, no los encontrarás. Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.