SALMOS 37:1-40
SALMOS 37:1-40 La Palabra (versión española) (BLP)
No te exasperes con los malvados, no envidies a los que obran mal, pues como la hierba pronto se secan, como el prado verde se agostan. Confía en el Señor y haz el bien, habita esta tierra y sé fiel. Deléitate en el Señor y él te dará cuanto pidas. Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él actuará. Hará que como la luz resplandezca tu justicia, como el mediodía tu derecho. Descansa en el Señor y pon en él tu esperanza; no envidies a quien prospera, a quien no para de tramar intrigas. No te enfurezcas, no te enojes, no te exasperes, que harás mal. Pues los malvados serán aniquilados; heredarán, en cambio, la tierra los que confían en el Señor. Dentro de poco no habrá ni un malvado, mirarás dónde estaba y no habrá nadie. Los humildes heredarán la tierra y se deleitarán en una inmensa paz. El malvado maquina contra el justo, rechina sus dientes contra él. Pero mi Dios se ríe de él porque ve que llega su fin. Desenvainan su espada y tensan su arco los impíos para abatir al humilde y al oprimido, para aniquilar a los honrados. Pero su espada se hundirá en su corazón y quedarán rotos sus arcos. Es mejor la pobreza de un justo que la riqueza de muchos malvados; el poder del malvado se desvanece, mientras el Señor protege a los justos. El Señor conoce la vida de los buenos y su herencia durará por siempre. No serán defraudados en tiempo adverso, en tiempo de hambre quedarán saciados. Pero los malvados desaparecerán, los enemigos del Señor se extinguirán como el verdor del prado, se esfumarán como el humo. El malvado toma prestado y no devuelve, el justo es compasivo y dadivoso. Los que el Señor bendice heredarán la tierra, los que maldice serán aniquilados. El Señor afianza los pasos del ser humano y en su conducta se complace. Aunque caiga, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano. Fui joven, soy ya viejo, pero nunca vi a un justo abandonado ni a sus hijos pidiendo pan. El justo es siempre compasivo y presta, ¡bendito sea su linaje! Apártate del mal, haz el bien y por siempre tendrás una morada. Porque el Señor ama el derecho y no abandona a sus fieles; en todo momento los protege y extermina el linaje de los malvados. Los justos poseerán la tierra y habitarán en ella por siempre. La boca del justo vierte sabiduría, su lengua proclama la justicia. La ley del Señor está en su corazón y sus pies no tropiezan. El malvado acecha al justo y pretende darle muerte. Pero el Señor no lo pondrá en sus manos, no dejará que lo condenen en el juicio. Espera en el Señor, respeta su camino; él te alzará para que heredes la tierra y tú contemplarás el exterminio del malvado. Yo vi a un malvado engreído, ufanándose como un cedro frondoso; pero volví a pasar y no estaba, lo estuve buscando y no lo encontré. Observa al bueno, mira al honrado, porque al pacífico le aguarda un mañana; pero los pecadores serán aniquilados, el futuro de los malvados se desvanecerá. Del Señor viene la salvación de los justos, él es su refugio en tiempo de angustia. El Señor los ayuda y los libra, los libra de los malvados y los salva, porque han puesto en él su confianza.
SALMOS 37:1-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto. Confía en el SEÑOR y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el SEÑOR heredarán la tierra. Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques, no los encontrarás. Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar. Los malvados conspiran contra los justos y crujen los dientes contra ellos; pero el Señor se ríe de los malvados, pues sabe que les llegará su hora. Los malvados sacan la espada y tensan el arco para abatir al pobre y al necesitado, para matar a los que viven con rectitud. Pero su propia espada les atravesará el corazón, y su arco quedará hecho pedazos. Más vale lo poco de un justo que lo mucho de innumerables malvados; porque el brazo de los impíos será quebrado, pero el SEÑOR sostendrá a los justos. El SEÑOR protege la vida de los íntegros, y su herencia perdura por siempre. En tiempos difíciles serán prosperados; en épocas de hambre tendrán abundancia. Los malvados, los enemigos del SEÑOR, acabarán por ser destruidos; desaparecerán como las flores silvestres, se desvanecerán como el humo. Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad. Los benditos del SEÑOR heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos. El SEÑOR afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el SEÑOR lo sostiene de la mano. He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan. Prestan siempre con generosidad; sus hijos son una bendición. Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás dónde vivir. Porque el SEÑOR ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El SEÑOR los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados. Los justos heredarán la tierra, y por siempre vivirán en ella. La boca del justo imparte sabiduría, y su lengua emite justicia. La ley de Dios está en su corazón, y sus pies jamás resbalan. Los malvados acechan a los justos con la intención de matarlos, pero el SEÑOR no los dejará caer en sus manos ni permitirá que los condenen en el juicio. Pero tú, espera en el SEÑOR, y vive según su voluntad, que él te exaltará para que heredes la tierra. Cuando los malvados sean destruidos, tú lo verás con tus propios ojos. He visto al déspota y malvado extenderse como cedro frondoso. Pero pasó al olvido y dejó de existir; lo busqué, y ya no pude encontrarlo. Observa a los que son íntegros y rectos: hay porvenir para quien busca la paz. Pero todos los pecadores serán destruidos; el porvenir de los malvados será el exterminio. La salvación de los justos viene del SEÑOR; él es su fortaleza en tiempos de angustia. El SEÑOR los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.
SALMOS 37:1-40 Reina Valera 2020 (RV2020)
No te impacientes a causa de los malvados ni tengas envidia de los malhechores, porque como la hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en el Señor y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en el Señor y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante el Señor y espera en él. No envidies a quienes prosperan en su camino, ni a quienes practican el mal. Desecha la ira y el enojo; no te exasperes, no sea que obres mal, porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra, pues dentro de poco no existirá el malo; observarás su lugar, y ya no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo y rechina contra él sus dientes. El Señor se reirá de él, porque ve que viene su día. Los impíos desenvainan espada y tensan su arco para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón y su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos pecadores, porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sostiene a los justos es el Señor. Conoce el Señor los días de los íntegros y la heredad de ellos será para siempre. No serán avergonzados en el tiempo de dificultad, y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán, los enemigos del Señor serán consumidos; como la grasa de los carneros, se disiparán como el humo. El impío toma prestado y no paga; pero el justo tiene misericordia y da. Los benditos de él heredarán la tierra, pero los que él maldice serán destruidos. El Señor dirige los caminos del ser humano y en su conducta se complace. Cuando caiga, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano. Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia y presta. Su descendencia es para bendición. Apártate del mal, haz el bien y vivirás para siempre, porque el Señor ama la rectitud y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados, mas la descendencia de los impíos será destruida. Los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre en ella. La boca del justo habla sabiduría y su lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán. Espía el impío al justo y procura matarlo. El Señor no lo dejará en sus manos ni lo condenará cuando lo juzguen. Espera en el Señor, guarda su camino, y él te exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no lo hallé. Considera al íntegro y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a una destruidos; la posteridad de los impíos será extinguida. Pero la salvación de los justos es del Señor y él es su fortaleza en el tiempo de angustia. El Señor los ayudará y los librará; los liberará de los impíos y los salvará, por cuanto en él esperaron.