SALMOS 44:1-7
SALMOS 44:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Lo hemos escuchado con nuestros oídos, oh Dios; nuestros padres nos han contado lo que tú hiciste en sus días, en los días del pasado. Expulsaste naciones para asentarlos a ellos, oprimiste a pueblos para que ellos crecieran. No conquistaron la tierra con la espada ni fue su brazo quien les dio la victoria; fue tu diestra y tu brazo, fue la luz de tu rostro porque tú los amabas. Tú, Dios, eres mi rey, tú decides la victoria de Jacob. Contigo atacamos a nuestros rivales, por tu nombre humillamos al adversario. Pues no confié yo en mi arco ni mi espada me dio la victoria. Tú nos salvaste de nuestros rivales, tú hiciste fracasar a nuestros enemigos.
SALMOS 44:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros padres nos han contado las proezas que realizaste en sus días, en aquellos tiempos pasados: Con tu mano echaste fuera a las naciones y en su lugar estableciste a nuestros padres; aplastaste a aquellos pueblos, y a nuestros padres los hiciste prosperar. Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. Solo tú eres mi rey y mi Dios. ¡Decreta las victorias de Jacob! Por ti derrotamos a nuestros enemigos; en tu nombre aplastamos a nuestros agresores. Yo no confío en mi arco, ni puede mi espada darme la victoria; tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos, y dejas en vergüenza a nuestros adversarios.
SALMOS 44:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Con nuestros oídos, Dios, hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. Tú con tu mano expulsaste a las naciones y los plantaste a ellos; afligiste a los pueblos y los arrojaste, pues no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos. Tú, Dios, eres mi rey; ¡manda salvación a Jacob! Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; en tu nombre pisoteamos a nuestros adversarios, porque no confiaré en mi arco ni mi espada me salvará, pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, has avergonzado a los que nos aborrecían.