SALMOS 46:1-10
SALMOS 46:1-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Del río las corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz y se derritió la tierra. ¡El Señor de los ejércitos está con nosotros! ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Selah Venid, ved las obras del Señor, que ha hecho portentos en la tierra, que hace cesar las guerras hasta los límites del mundo, que quiebra el arco, corta la lanza y quema los carros en el fuego. «Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra».
SALMOS 46:1-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Es Dios nuestro refugio y fortaleza, es ayuda constante en la desgracia. Por eso no tememos si la tierra tiembla, si se desmoronan los montes en medio del mar, si sus aguas se agitan encrespadas, si por su oleaje las montañas se mueven. [Pausa] La corriente de un río alegra la ciudad de Dios, la más santa morada del Altísimo. Dios está en medio de ella y nunca caerá, Dios la auxilia al despertar el día. Las naciones se turban, tiemblan los reinos, él levanta su voz y se deshace la tierra. El Señor del universo está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestro baluarte. [Pausa] Venid y contemplad las obras de Dios, pues ha hecho prodigios sobre la tierra. Hasta sus confines detiene las guerras, rompe el arco, quiebra la lanza, destruye en el fuego los carruajes. «Desistid y sabed que soy Dios, que me alzo sobre las naciones, sobre todos los pueblos de la tierra».
SALMOS 46:1-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo. Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba, Dios le brindará su ayuda. Se agitan las naciones, se tambalean los reinos; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba. El SEÑOR Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah Venid y ved los portentos del SEÑOR; él ha traído desolación sobre la tierra. Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego. «Quedaos quietos, reconoced que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!»