SALMOS 51:11-19
SALMOS 51:11-19 Reina Valera 2020 (RV2020)
No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu firme me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos y los pecadores se convertirán a ti. Líbrame de homicidios, Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios y publicará mi boca tu alabanza, porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, mi Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sion. Edifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
SALMOS 51:11-19 La Palabra (versión española) (BLP)
No me alejes de tu presencia, no apartes de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, que un espíritu generoso me sostenga. Yo enseñaré tus sendas a los malvados y los pecadores regresarán a ti. Líbrame de verter sangre, oh Dios, Dios que me salvas, y mi lengua cantará tu justicia. Señor, abre mis labios y mi boca pregonará tu alabanza. No te satisfacen los sacrificios, si te ofrezco un holocausto no lo quieres. El sacrificio a Dios es un espíritu apenado, tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde. Favorece complacido a Sion, reconstruye los muros de Jerusalén; entonces te agradarán los sacrificios justos, los holocaustos y el sacrificio perfecto, entonces sobre tu altar te ofrecerán novillos.
SALMOS 51:11-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Así enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se volverán a ti. Dios mío, Dios de mi salvación, líbrame de derramar sangre, y mi lengua alabará tu justicia. Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido. En tu buena voluntad, haz que prospere Sión; levanta los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, los holocaustos del todo quemados, y sobre tu altar se ofrecerán becerros.