SALMOS 66:10-20
SALMOS 66:10-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
porque tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata. Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga; permitiste que sobre nosotros cabalgaran. ¡Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a la abundancia! Entraré en tu Casa con holocaustos; te pagaré mis votos, que pronunciaron mis labios y habló mi boca cuando estaba angustiado. Holocaustos de animales engordados te ofreceré, te inmolaré carneros; te ofreceré en sacrificio toros y machos cabríos. Selah ¡Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho en mi vida! A él clamé con mi boca y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad, el Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia!
SALMOS 66:10-20 La Palabra (versión española) (BLP)
Tú, Dios, nos pusiste a prueba, purificándonos como a la plata: nos dejaste caer en una trampa, descargaste un gran peso en nuestra espalda; permitiste que sobre nosotros cabalgaran, tuvimos que atravesar agua y fuego, pero tú nos llevaste a la abundancia. Yo iré a tu casa con holocaustos, cumpliré lo que te había prometido, lo que te prometieron mis labios, lo que dije estando angustiado. Te ofreceré animales en holocausto y humeantes sacrificios de carneros, te ofreceré bueyes y machos cabríos. [Pausa] Venid y oídme; yo os contaré a cuantos veneráis a Dios lo que él ha hecho por mí. Mi boca lo invocó, mi lengua lo alababa. Si yo hubiese apreciado el mal, mi Señor no me habría escuchado; pero Dios me ha escuchado, Dios ha atendido mi súplica. Bendito sea Dios que no ignoró mi ruego, ni apartó su amor de mí.
SALMOS 66:10-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. Nos has hecho caer en una red; ¡pesada carga nos has echado a cuestas! Las caballerías nos han aplastado la cabeza; hemos pasado por el fuego y por el agua, pero al fin nos has dado un respiro. Me presentaré en tu templo con holocaustos y cumpliré los votos que te hice, los votos de mis labios y mi boca que pronuncié en medio de mi angustia. Te ofreceré holocaustos de animales engordados, junto con el humo de ofrendas de carneros; te ofreceré toros y machos cabríos. Selah Venid vosotros, los que teméis a Dios, escuchad, que voy a contaros todo lo que él ha hecho por mí. Clamé a él con mi boca; lo alabé con mi lengua. Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado; pero Dios sí me ha escuchado, ha atendido a la voz de mi plegaria. ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi plegaria ni me negó su amor!