SALMOS 69:16-36
SALMOS 69:16-36 Reina Valera 2020 (RV2020)
Respóndeme, Señor, porque benigna es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus piedades. No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy angustiado. ¡Apresúrate, óyeme! ¡Acércate a mi alma, redímela! ¡Líbrame por causa de mis enemigos! Tú sabes mi humillación, mi vergüenza y mi oprobio. Delante de ti están todos mis adversarios. El escarnio ha quebrantado mi corazón y estoy acongojado. Esperé a quien se compadeciera de mí, y no lo hubo; busqué consoladores, y ninguno hallé. Me pusieron además hiel por comida y en mi sed me dieron a beber vinagre. Sea su banquete delante de ellos por lazo, y lo que es para bien, por tropiezo. Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz temblar continuamente sus lomos. Derrama sobre ellos tu ira y el furor de tu enojo los alcance. Sea su palacio desolado; en sus tiendas no quede nadie, porque persiguieron al que tú heriste y divulgan el dolor de los que tú has golpeado. ¡Pon maldad sobre su maldad y no entren en tu justicia! ¡Sean borrados del libro de los vivientes y no sean inscritos con los justos! Pero a mí, afligido y miserable, tu salvación, Dios, me ponga en alto. Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con alabanza. Y agradará al Señor más que sacrificio de buey o becerro que tiene cuernos y pezuñas. Lo verán los oprimidos y se gozarán. Buscad a Dios y vivirá vuestro corazón, porque el Señor oye a los menesterosos y no menosprecia a sus prisioneros. ¡Alábenlo los cielos y la tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos!, porque Dios salvará a Sion y reedificará las ciudades de Judá; habitarán allí y la poseerán. La descendencia de sus siervos la heredará y los que aman su nombre habitarán en ella.
SALMOS 69:16-36 La Palabra (versión española) (BLP)
Respóndeme, Señor, por la bondad de tu amor; por tu gran misericordia vuélvete hacia mí. No apartes tu rostro de tu siervo; estoy angustiado, respóndeme pronto. Acércate a mí y redímeme, rescátame porque tengo enemigos. Tú conoces mi humillación, mi vergüenza y mi deshonra; todos mis rivales te son conocidos. El insulto ha roto mi corazón y no tiene cura alguna; esperé consuelo pero no lo tuve, no encontré quien me confortara. Pusieron veneno en mi comida y apagaron mi sed con vinagre. Que su mesa se convierta en su red, en una trampa para sus amigos; que se queden ciegos y no vean, que sin cesar tiemble su espalda. Derrama sobre ellos tu furor, que los alcance tu cólera ardiente; que su campamento sea arrasado, que no quede nadie en sus tiendas. Porque persiguen al que tú hieres, pregonan el sufrimiento de tus víctimas. Impútales todas sus culpas y que no les alcance tu perdón; que sean borrados del libro de los vivos, que no sean inscritos con los justos. Pero a mí, humilde y sufriente, que tu poder salvador, oh Dios, me proteja. Alabaré con canciones el nombre de Dios, con himnos de gratitud lo ensalzaré. Y esto complacerá a Dios más que un toro, más que un novillo astado con pezuñas. Que se alegren los humildes cuando lo vean, que se reanime el corazón de los que a Dios buscáis. Porque el Señor escucha a los oprimidos, no desprecia a los cautivos. Que lo alaben los cielos y la tierra, los mares y cuanto se mueve en ellos, pues Dios salvará a Sion, reconstruirá las ciudades de Judá, habitarán allí y la heredarán; la poseerá la estirpe de sus siervos, los que aman su nombre vivirán en ella.
SALMOS 69:16-36 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Respóndeme, SEÑOR, por tu bondad y tu amor; por tu gran compasión, vuélvete a mí. No escondas tu rostro de este siervo tuyo; respóndeme pronto, que estoy angustiado. Ven a mi lado, y rescátame; redímeme, a causa de mis enemigos. Tú bien sabes cómo me insultan, me avergüenzan y denigran; sabes quiénes son mis adversarios. Los insultos me han destrozado el corazón; para mí ya no hay remedio. Busqué compasión, y no la hubo; busqué consuelo, y no lo hallé. En mi comida pusieron hiel; para calmar mi sed me dieron vinagre. Que se conviertan en trampa sus banquetes, y su prosperidad en lazo. Que se les nublen los ojos, para que no vean; y que sus fuerzas flaqueen para siempre. Descarga tu furia sobre ellos; que tu ardiente ira los alcance. Quédense desiertos sus campamentos, y deshabitadas sus tiendas de campaña. Pues al que has afligido lo persiguen, y se burlan del dolor del que has herido. Añade a sus pecados más pecados; no los hagas partícipes de tu salvación. Que sean borrados del libro de la vida; que no queden inscritos con los justos. Y a mí, que estoy pobre y dolorido, que me proteja, oh Dios, tu salvación. Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. Esa ofrenda agradará más al SEÑOR que la de un toro o un novillo con sus cuernos y pezuñas. Los pobres verán esto y se alegrarán; ¡animaos vosotros, los que buscáis a Dios! Porque el SEÑOR oye a los necesitados, y no desdeña a su pueblo cautivo. Que lo alaben los cielos y la tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos, porque Dios salvará a Sión y reconstruirá las ciudades de Judá. Allí se establecerá el pueblo y tomará posesión de la tierra. La heredarán los hijos de sus siervos; la habitarán los que aman al Señor.