SALMOS 88:1-18
SALMOS 88:1-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti. ¡Llegue mi oración a tu presencia! ¡Inclina tu oído a mi clamor!, porque mi alma está colmada de desdichas y mi vida cercana al seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como un hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, que fueron arrebatados de tu mano y de quienes ya no te acuerdas. Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira y me sumerges en todas tus olas. Selah Has alejado de mí a mis conocidos; me has hecho repugnante para ellos; encerrado estoy sin poder escapar. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción. Te he llamado, Señor, cada día; he extendido a ti mis manos. ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah ¿Será proclamada en el sepulcro tu misericordia o tu verdad en el Abadón? ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas y tu justicia en la tierra del olvido? Mas yo a ti he clamado, Señor, y de mañana mi oración se presenta delante de ti. ¿Por qué, Señor, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo estoy afligido y menesteroso; desde la juventud he llevado tus terrores, he estado lleno de miedo. Sobre mí han pasado tus iras y me oprimen tus terrores. Me han rodeado como aguas continuamente; a una me han cercado. Has alejado de mí al amado y al compañero, y a mis conocidos has puesto en tinieblas.
SALMOS 88:1-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Señor, Dios salvador mío, día y noche ante ti grito. Que mi súplica llegue a ti, que escuche tu oído mi clamor; porque estoy harto de males y roza mi vida el reino de los muertos. Me ven ya entre los difuntos, parezco un ser acabado. Entre los muertos me encuentro, estoy como los que yacen en su tumba sin que tú ya los recuerdes, pues están alejados de ti. En una fosa profunda me has dejado, en las tinieblas, en las sombras; sobre mí ha caído tu ira, con tus olas me golpeas. [Pausa] Has alejado de mí a mis amigos, me has hecho odioso para ellos; estoy encerrado y no puedo salir; mis ojos se consumen de pena. Señor, a ti clamo sin cesar, hacia ti elevo mis manos. ¿Harás un milagro por los muertos? ¿Se alzarán para alabarte las sombras? ¿Se proclama tu amor en la tumba, tu fidelidad en el mundo de los muertos? ¿Se conocen tus prodigios en la fosa, tu justicia en la tierra del olvido? Pero yo, Señor, te imploro, de mañana mi ruego a ti llega. Señor, ¿por qué me rechazas y me ocultas tu rostro? Débil, agonizante desde mi juventud, aguanto tus horrores y estoy desconcertado. Tu ira ha pasado sobre mí, tus terrores me han destruido. Como agua me rodean todo el día y me cercan todos juntos. Alejaste de mí al amigo, al compañero, ¡las tinieblas me hacen compañía!
SALMOS 88:1-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
SEÑOR, Dios de mi salvación, día y noche clamo en tu presencia. Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica. Tan colmado estoy de calamidades que mi vida está al borde del sepulcro. Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; parezco un guerrero desvalido. Me han puesto aparte, entre los muertos; parezco un cadáver que yace en el sepulcro, de esos que tú ya no recuerdas, porque fueron arrebatados de tu mano. Me has echado en el foso más profundo, en el más tenebroso de los abismos. El peso de tu enojo ha recaído sobre mí; me has abrumado con tus olas. Selah Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Estoy aprisionado y no puedo librarme; los ojos se me nublan de tristeza. Yo, SEÑOR, te invoco cada día, y hacia ti extiendo las manos. ¿Acaso entre los muertos realizas maravillas? ¿Pueden los muertos levantarse a darte gracias? Selah ¿Acaso en el sepulcro se habla de tu amor, y de tu fidelidad en el abismo destructor? ¿Acaso en las tinieblas se conocen tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido? Yo, SEÑOR, te ruego que me ayudes; por la mañana busco tu presencia en oración. ¿Por qué me rechazas, SEÑOR? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo he sufrido desde mi juventud; muy cerca he estado de la muerte. Me has enviado terribles sufrimientos y ya no puedo más. Tu ira se ha descargado sobre mí; tus violentos ataques han acabado conmigo. Todo el día me rodean como un océano; me han cercado por completo. Me has quitado amigos y seres queridos; ahora solo tengo amistad con las tinieblas.