SALMOS 91:1-16
SALMOS 91:1-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: «Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré». Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y protección es su verdad. No temerás al terror nocturno, ni a la saeta que vuele de día, ni a la pestilencia que ande en la oscuridad, ni a mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti esos males no te alcanzarán. Ciertamente, con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal ni plaga tocará tu morada, pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y la víbora pisarás; herirás al cachorro del león y al dragón. «Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré. Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación».
SALMOS 91:1-16 La Palabra (versión española) (BLP)
Tú que habitas al amparo del Altísimo, tú que vives al abrigo del Todopoderoso, di al Señor: «Tú eres mi refugio, mi baluarte, mi Dios en quien confío». Él te librará de la red del cazador y de la peste asoladora; con sus plumas te resguardará, bajo sus alas te dará cobijo, escudo y armadura será su lealtad. No temerás el terror de la noche, ni la flecha que ondea de día, ni la peste que surca la niebla, ni la plaga que devasta a pleno día. Que caigan mil a tu lado, diez mil a tu diestra, ¡a ti no podrán alcanzarte! Solo con abrir los ojos verás el escarmiento del malvado, porque el Señor es tu refugio, y has hecho del Altísimo tu amparo. No vendrá sobre ti la desgracia, ni mal alguno alcanzará tu tienda, pues él ordenará a sus ángeles protegerte en todas tus sendas. Te llevarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece en la piedra. Caminarás sobre el león y la víbora, pisarás al león y al dragón. Voy a salvarlo, pues se acogió a mí; lo protegeré, pues me conoce. Me llamará y le responderé, estaré con él en la angustia, lo libraré y lo engrandeceré; le daré una larga vida, le haré ver mi salvación.
SALMOS 91:1-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido. Ya que has puesto al SEÑOR por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes! «Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación».