APOCALIPSIS 1:13-16
APOCALIPSIS 1:13-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En medio de los candelabros estaba alguien «semejante al Hijo del hombre», vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho. Su cabellera lucía como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos resplandecían como llama de fuego. Sus pies parecían bronce al rojo vivo en un horno, y su voz era tan fuerte como el estruendo de una catarata. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor.
APOCALIPSIS 1:13-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
y en medio de los siete candelabros de oro vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una ropa que le llegaba hasta los pies, y un cinto de oro ciñéndole el pecho. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve, y sus ojos como llama de fuego. Sus pies semejantes al bronce pulido resplandecientes como si estuvieran en un horno, y su voz resonaba como el estruendo de una gran caudal de agua. En su mano derecha tenía siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era resplandeciente como el sol cuando brilla con todo su esplendor.
APOCALIPSIS 1:13-16 La Palabra (versión española) (BLP)
y en medio de ellos vi una especie de figura humana, vestida con larga túnica y una banda de oro ciñéndole el pecho. Los cabellos de su cabeza eran blancos como la lana blanca y como nieve; su mirada, como llama de fuego; sus pies, semejantes al bronce que se está fundiendo en el horno; y su voz, como fragor de aguas caudalosas. En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una cortante espada de dos filos y su rostro era como el sol cuando brilla con todo su resplandor.
APOCALIPSIS 1:13-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
y en medio de los candelabros vi a uno semejante a un hijo de hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y con un cinturón de oro a la altura del pecho. Sus cabellos eran blancos como la lana, o como la nieve, y sus ojos parecían llamas de fuego. Sus pies brillaban como bronce bruñido, fundido en un horno, y su voz era tan fuerte como el ruido de una cascada. En su mano derecha tenía siete estrellas y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla en todo su esplendor.