RUT 1:11-21
RUT 1:11-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
Noemí insistió: —Regresad, hijas mías; ¿a qué vais a venir conmigo? ¿Acaso tengo yo más hijos en el vientre que puedan ser vuestros maridos? Regresad, hijas mías, marchaos, porque ya soy demasiado vieja para tener marido. Y aunque dijera: «Todavía tengo esperanzas», y esta misma noche estuviera con algún marido, y aun diera a luz hijos, ¿les esperaríais vosotras hasta que fueran mayores, renunciando por ellos a casaros de nuevo? No, hijas mías; mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano del Señor se ha levantado contra mí. Pero ellas seguían deshechas en llanto. Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se quedó con ella. Noemí dijo: —Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; ve tú tras ella. Rut respondió: —No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo y allí seré sepultada. Traiga el Señor sobre mí el peor de los castigos, si nos separa otra cosa que la muerte. Al ver Noemí que Rut estaba tan resuelta a ir con ella, no insistió. Y así, las dos siguieron caminando juntas hasta llegar a Belén. Cuando entraron en Belén, toda la ciudad se conmovió por su causa, y exclamaban: —¿No es esta Noemí? Pero ella les respondía: —¡No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura! Me fui llena, mas con las manos vacías me devuelve el Señor. ¿Por qué aún me llamáis Noemí, si el Señor se ha puesto en mi contra, y mis desdichas vienen del Todopoderoso?
RUT 1:11-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero Noemí insistió: —Volveos, hijas mías. ¿A qué vais a venir conmigo? Ya no tendré más hijos que puedan casarse con vosotras. Volveos, hijas mías, y marchaos, que soy demasiado vieja para casarme. Y aunque pensara que aún tengo esperanzas y me casara esta misma noche y tuviera hijos, ¿ibais a aguardar vosotras hasta que fueran mayores, renunciando por ellos a casaros de nuevo? No, hijas mías. Mi pena es mayor que la vuestra, pues la mano del Señor se ha excedido conmigo. Ellas se echaron de nuevo a llorar y Orfá se despidió de su suegra, pero Rut se quedó con Noemí. Entonces Noemí le dijo: —Mira, tu cuñada regresa a su pueblo y a su dios. Vuelve tú también con ella. Pero Rut le contestó: —No me pidas que te abandone y que me separe de ti, pues iré adonde vayas y viviré donde vivas, que tu pueblo es mi pueblo y tu Dios es mi Dios. Moriré donde mueras y allí seré enterrada. ¡Que Dios me castigue, si nos separa otra cosa que la muerte! Como vio que Rut estaba empeñada en acompañarla, Noemí dejó de insistirle y las dos prosiguieron su camino hasta Belén. Cuando llegaron, toda la ciudad se alborotó por su causa y las mujeres comentaban: —¿No es esa Noemí? Pero ella les decía: —No me llaméis Noemí. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso me ha amargado la vida. Me marché cargada y el Señor me devuelve vacía. ¿Por qué me seguís llamando Noemí, si el Señor todopoderoso me ha afligido y maltratado?
RUT 1:11-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Noemí insistió: –Marchaos, hijas mías, ¿para qué queréis seguir conmigo? Yo ya no voy a tener más hijos que puedan casarse con vosotras. Andad, volved a vuestra casa. Yo soy muy vieja para volverme a casar; y aunque tuviera aún esa esperanza, y esta misma noche me casara y llegara a tener más hijos, ¿ibais a esperar hasta que fueran mayores, para casaros con ellos? ¿Os quedaríais sin casar por esperarlos? No, hijas mías, de ninguna manera. El Señor me ha enviado amargos sufrimientos, pero más amarga sería mi pena si os viera sufrir a vosotras. Ellas se echaron a llorar nuevamente. Al fin, Orfá se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se quedó con ella. Entonces Noemí le dijo: –Mira, tu concuñada se vuelve a su país y a sus dioses. Vete con ella. Pero Rut le contestó: –¡No me pidas que te deje y me separe de ti! Iré a donde tú vayas y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí quiero ser enterrada. ¡Que el Señor me castigue con toda dureza si me separo de ti, a menos que sea por la muerte! Al ver Noemí que Rut estaba decidida a acompañarla, no insistió más, y así las dos juntas siguieron su camino hasta llegar a Belén. Cuando entraron en Belén, hubo un gran revuelo en todo el pueblo. Las mujeres decían: –¿No es ésta Noemí? Pero ella les respondía: –Ya no me llaméis Noemí; llamadme Mará, porque el Dios todopoderoso me ha llenado de amargura. Salí de aquí con las manos llenas, y ahora las traigo vacías porque así lo ha querido el Señor. ¿Por qué me llamáis Noemí, si el Señor todopoderoso me ha condenado y afligido?
RUT 1:11-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
―¡Volved a vuestra casa, hijas mías! —insistió Noemí—. ¿Para qué os vais a venir conmigo? ¿Acaso voy a tener más hijos que pudieran casarse con vosotras? ¡Volved a vuestra casa, hijas mías! ¡Regresad! Yo soy demasiado vieja para volver a casarme. Aun si abrigara esa esperanza, y esta misma noche me casara y llegara a tener hijos, ¿los esperaríais vosotras hasta que crecieran? ¿Y por ellos os quedaríais sin casaros? ¡No, hijas mías! Mi amargura es mayor que la vuestra; ¡la mano del SEÑOR se ha levantado contra mí! Una vez más alzaron la voz, deshechas en llanto. Luego Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró a ella. ―Mira —dijo Noemí—, tu cuñada se vuelve a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con ella. Pero Rut respondió: ―¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! »Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré sepultada. ¡Que me castigue el SEÑOR con toda severidad si me separa de ti algo que no sea la muerte!» Al ver Noemí que Rut estaba tan decidida a acompañarla, no le insistió más. Entonces las dos mujeres siguieron caminando hasta llegar a Belén. Apenas llegaron, hubo gran conmoción en todo el pueblo a causa de ellas. ―¿No es esta Noemí? —se preguntaban las mujeres del pueblo. ―Ya no me llaméis Noemí —repuso ella—. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. »Me fui con las manos llenas, pero el SEÑOR me ha hecho volver sin nada. ¿Por qué me llamáis Noemí si me ha afligido el SEÑOR, si me ha hecho desdichada el Todopoderoso?»