Soy MadreMuestra

HOY DECIDO CENTRARME EN MIS FORTALEZAS

Piensa por un momento, ¿cuáles son tus fortalezas como madre? A lo mejor eres de esas madres que adoran hacer manualidades con los niños. O disfrutas llevándotelo de paseo por el campo. Puede que seas muy buena resolviendo conflictos. O a lo mejor cocinas las mejores lasañas y los mejores postres. Yo me lo paso muy bien con mis hijos cuando me da el brote de bailar. Pongo música y los tres nos ponemos a bailar en el salón y así hemos creado momentos que no voy a olvidar nunca. Puede que tú seas de esas madres, que se te da muy bien escuchar a tus hijos y prestar atención a cada una de sus historietas. Y que te encante la limpieza, jajaja ahí ya me he pasado, creo que a ninguna nos gusta limpiar. A todas nos gustan los resultados después de limpiar, pero sólo a Mónica Geller le gusta el proceso de llevarlo a cabo. 

Seguramente, a raíz de tus fortalezas, crearás momentos únicos para tu familia que tus hijos recordarán siempre y que harán que tú seas la estrella más famosa e importante del mundo en sus vidas. Céntrate hoy en tus fortalezas. Haz una lista de ellas y guarda esa nota para que puedas volver a ella en el futuro, uno de esos días en el que todas tus debilidades salgan a flote. 

Lo cierto es que nuestros hijos también van a conocer nuestras debilidades, ya sea tarde o temprano. Es lo que pasa en las familias, sale todo lo bueno y todo lo malo. Dedica un momento a pensar, ¿cuáles son tus debilidades como madre? Tampoco te eches piedras, con que pienses dos es suficiente. 

Si creías que era imposible ver el lado positivo a tus debilidades, estás equivocada. Lo cierto es que nuestras debilidades nos dan la oportunidad de mostrar el poder de Jesús. Es decir, podemos reconocer ante nuestros hijos que no somos perfectas y que cometemos errores, pero que confiamos en Jesús, quien nos ayuda cada día en nuestras debilidades. A través de él, podemos intentar ser mejores cada día y encontrar paz interior. Aún cuando fallamos, encontramos perdón en Dios y Jesús nos ayuda a cambiar. 

Escribí esta poesía hace tiempo, pensando en mis propias debilidades y en lo agradecida que estoy de tener a Jesús para ser todo lo que yo no alcanzo a ser. 

No soy la mejor cocinera,
No soy la mejor cuenta cuentos
No soy muy amiga de la plancha
No sé hacer disfraces.
Las coletas siempre me salen torcidas.
Aún así soy tu madre,
Sé que no soy la mejor de entre
Todas ellas pero
Déjame contarte.
Tienes mi corazón al completo,
Es tuyo desde que empecé a imaginarte.
Te has convertido en mi obsesión
Ya no puedo pasar un rato sin mirarte.
Necesito tu rostro,
Tus besos,
Tus gruñidos,
Tus saltos,
Tus rizos.

No soy la mejor de entre todas ellas
Pero tengo algo para darte.
La fuerza de Jesús
Que transforma al débil en
Un valiente guerrero
La luz del cielo que brilla
En los días que pienso que yo no puedo
Seguir adelante.
Brilla porque no soy
Ni seré la mejor de ellas
Pero él sí es el mejor
Mi roca, mi alimento,
Mi esperanza, mi fuego.

Así que agárrate a él tan fuerte
Como venga el viento
Que madre sólo hay una pero
Tan sólo él es eterno.

Recuerda, si tienes a Jesús en tu vida, ya tienes una gran fortaleza. Recuerda también que aunque hoy a lo mejor no te sientas una super mamá, tu esfuerzo, tu cariño y el empeño que le pones en cuidar a tus pequeños, un día tus hijos serán conscientes de ello y te darán las gracias. Así que sigue adelante y esfuérzate, confía en tus fortalezas y sácales el máximo partido para que tus hijos rían, aprendan y sigan caminando contigo. 

Repite conmigo: “HOY DECIDO CENTRARME EN MIS FORTALEZAS”