El Camino Del AdoradorMuestra
En el Antiguo Testamento, a un hombre común y corriente le ocurrió esta experiencia, pero con el Verdadero Rey. Este hombre, en una visión, vio al Rey de Reyes y Señor de Señores. Fue una experiencia, según la Biblia, maravillosa; una experiencia que lo llevó a ver más allá de lo que sus ojos percibían en un plano meramente material. También lo llevó a mirar hacia dentro, hacia su corazón, y de esta manera descubrir un camino que podía recorrer, un camino que sería revelador para él y, por supuesto, para nosotros un ejemplo de vida que también podemos seguir.
Isaías 6:1-8 nos habla de esta experiencia: “En el año que murió el rey Uzías, vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! Que soy muerto; porque, siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de un pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.
Este texto fue escrito por el profeta Isaías, siervo del Señor, muy citado y amado por muchas personas y pastores alrededor del mundo. Reconocido por ser el profeta mesiánico por excelencia, él fue quien más y mejor habló sobre el Mesías venidero. Isaías fue un hombre que tenía un mensaje de Dios para su pueblo, un pueblo que en ese momento se había olvidado de Dios y vivía en desobediencia. Su ministerio abarcó el reinado de cuatro reyes diferentes, y este pasaje que leímos hoy se inicia con la muerte del primer rey, el Rey Uzías. Al inicio de su reinado, gobernó con temor de Dios, pero tristemente la Escritura nos deja ver que no terminó bien. ¿Por qué? Su arrogancia y soberbia lo llevaron a desobedecer y a apartarse de Dios (2 Crónicas 26).
Así que el contexto del pueblo de Dios cuando Isaías tiene esta visión era el siguiente: una nación cargada de culpa, pecadora, una generación de malhechores, hijos corruptos que habían abandonado al Señor y le habían dado la espalda (Isaías 1:4). Este era el pueblo al cual pertenecía Isaías, un pueblo pecador, un pueblo que había abandonado a Dios. Un pueblo que, si miramos hoy a nuestro alrededor, quizás tenga muchas semejanzas. Pero además, Isaías ya venía ejerciendo su ministerio, y parece ser que tristemente también se había contaminado.
Así que veremos en el camino del adorador que hay esperanza para quien cree en medio de su jornada. A pesar del pecado, de la maldad, de la corrupción, Dios sigue obrando y, de forma soberana, puede seguir revelándonos Su voluntad si con humildad y arrepentimiento nos acercamos de regreso a Él.
En este contexto, Dios se revela en una visión a Isaías, y en ella encontramos que, cuando vemos un camino preparado por Dios, ¿qué debemos hacer? Pues recorrerlo, ¿verdad? Vamos a ver durante estos días, cuatro pasos que debe emprender un adorador.
Escritura
Acerca de este Plan
El ser humano tiende a buscar figuras para adorar o seguir, como se ve en las redes sociales. Esto puede ser para admirar, aprender o aplicar en su vida. Pero, la Biblia enseña que el Rey de Reyes y Señor de Señores está por encima de todos los reinos y su dominio abarca el universo. A este Rey debemos darle nuestra adoración.
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