Planes y devocionales gratis relacionados con Salmos 121:2

La fe es fundamental para nuestra vida cristiana, por ello en este devocional vamos a ver cómo esta nuestra visión. Dios es el centro de nuestro enfoque. Por lo tanto, si Él no está en nuestra visión, ¡en vano será lo que veamos!

En este estudio del primer versículo del Salmo 23, el pastor Mark Rae nos señala una riqueza mayor que la que podemos leer a primera vista. Y, nos lleva a una comprensión más profunda de quién es Dios y Su propósito para nosotros.

En la vida enfrentamos diversos escenarios, algunos de alegría y felicidad, mientras que otros se tornan oscuros y difíciles. Pero, lo que marcará la diferencia en estos últimos, es a qué me aferraré en esos momentos. Te invito a que durante estos 3 días podamos reflexionar respecto el Único que nos puede socorrer en tiempos de angustia.

Una de las buenas noticias del Evangelio es que nuestra vida puede cambiar, no importa cómo haya empezado. Tu identidad no está definida por tu pasado. Jesús viene a rescatarte, para que tú puedas seguir adelante, continuar atravesando valles tenebrosos y salir de ellos.

Pablo, un hombre de profunda oración y revelación, suplicó tres veces y recibió una clara respuesta de Dios: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Esta respuesta de parte de Dios le ayudo a tener fortaleza en medio de la debilidad.

¿De dónde viene nuestra ayuda? El Salmo 121 afirma que la ayuda viene del Señor, creador de los cielos y de la tierra. Este salmo resalta la constante vigilancia de Dios sobre los suyos, quien no se toma descanso ni duerme, guardando a su pueblo de todo mal. El Salmo 121 ofrece consuelo y seguridad a los creyentes en sus viajes físicos y espirituales. “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra".

Estamos viviendo tiempos muy difíciles en donde a cada lugar que vayamos, podremos mirar a las personas caminando en medio del temor, el miedo casi se puede sentir en el aire...Tememos a aquellas cosas de las cuales no tenemos control y la muerte es una ellas, pero podemos ser libres de ese temor, si confiamos en que Dios tiene control de todas estas cosas.

A veces sentimos hundirnos y al momento de gritar ¡Auxilio! ¡Ayúdenme! ¡Me estoy ahogando! Nos dejan solos. Dios mismo permite que ocurra así para que aprendamos a levantarnos en la fuerza que sólo hallamos en su Espíritu a través del ejemplo que Jesús nos modeló. Podemos sentirnos rendidos, sin fuerzas, agotados, débiles; no necesariamente por consecuecia de haber pecado, sino porque la tribulación innegablemente hace parte de la vida cristiana.

Jesús prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos; Él no puede faltar a Su Palabra, porque al tener la misma divinidad del Padre, el mismo carácter y el mismo ADN, no puede mentir. Él es Santo y nunca falta a Su Palabra. Nunca nos dejará, nunca nos desamparará, independientemente de lo que podamos estar pasando.

El ser humano necesita sentirse seguro en todas las áreas de su vida. El único que puede ofrecer esa paz y seguridad es el Padre Celestial. Bajo las alas del Omnipotente no solo encontramos refugio, también encontramos amor, consuelo y esperanza.