Daniel contestó:
—No hay sabios, brujos, magos ni adivinos que puedan dar a conocer el secreto del rey; pero hay un Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama.