Veamos, muéstrenme la moneda que se usa para el impuesto.
Cuando le entregaron una moneda romana, les preguntó:
—¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda?
—Al César —contestaron.
—Bien —dijo—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.