Juan 3:12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21
Juan 3:12 NVI
Si he hablado de las cosas terrenales y no creen, ¿cómo van a creer si les hablo de las celestiales?
Juan 3:13 NVI
Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.
Juan 3:14 NVI
»Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre
Juan 3:16 NVI
»Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Juan 3:17 NVI
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
Juan 3:18 NVI
El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Juan 3:19 NVI
Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió la oscuridad a la luz, porque sus obras eran malas.
Juan 3:20 NVI
Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto.
Juan 3:21 NVI
En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.