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Hechos 10:24-34

Hechos 10:24-34 RVC

Cuando llegaron a Cesarea, Cornelio ya los estaba esperando y había llamado a sus parientes y amigos más íntimos. En cuanto Pedro entró, Cornelio salió a recibirlo y, arrodillándose delante él, le rindió honor. Pero Pedro le dijo: «Levántate. Yo mismo soy un hombre, como tú.» Mientras hablaba con él, Pedro entró y se encontró con que ya se habían reunido muchas personas. Entonces les dijo: «Como ustedes saben, para un judío es muy repugnante juntarse o acercarse a un extranjero, pero Dios me ha hecho ver que no puedo llamar a nadie gente común o impura. Por eso, cuando me llamaron vine sin replicar. Pero ahora les pregunto: ¿Para qué me han hecho venir?» Cornelio le dijo: «Hace cuatro días, como a esta hora, es decir, a las tres de la tarde, yo estaba orando en mi casa. De pronto, vi que delante de mí estaba un varón vestido con ropas resplandecientes. Ese varón me dijo: “Cornelio, Dios ha escuchado tus oraciones, y la ayuda que has dado a otros la ha recibido como una ofrenda. Envía a tus hombres a Jope, y haz que venga Simón, al que también se le conoce como Pedro. Está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar.” Así que los mandé por ti; y has hecho bien en venir. Como puedes ver, aquí estamos en la presencia de Dios para oír todo lo que Dios te ha mandado decirnos.» Entonces Pedro empezó a hablar, y dijo: «En verdad comprendo ahora que Dios no hace acepción de personas

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