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Salmos 31:14-24

Salmos 31:14-24 RVC

Señor, yo confío en ti, y declaro que tú eres mi Dios. Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos y perseguidores! ¡Haz brillar tu rostro sobre este siervo tuyo! ¡Sálvame, por tu misericordia! Señor, no permitas que sea yo avergonzado, porque a ti te he invocado. ¡Que sean avergonzados los impíos! ¡Que enmudezcan en el sepulcro! ¡Que sean silenciados los labios mentirosos, esos que hablan mal del hombre honrado y lo tratan con soberbia y desprecio! ¡Cuán grande es tu bondad, la cual reservas para los que en ti confían! ¡Delante de todos la manifiestas a los que en ti buscan refugio! En lo más recóndito de tu presencia los pones a salvo de la maldad humana; les das refugio en tu tabernáculo; ¡los pones a salvo de las malas lenguas! ¡Bendito seas, Señor! ¡Grande ha sido tu misericordia por mí! ¡Me pusiste en una ciudad fortificada! En mi angustia llegué a pensar que me habías apartado de tu vista, pero tú escuchaste mi voz suplicante en el momento en que a ti clamé. Ustedes, fieles del Señor, ¡ámenlo! El Señor cuida de quienes le son fieles, pero a los que actúan guiados por la soberbia les da el castigo que merecen. Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo!