EL EVANGELIO. SEGVN S. LVCAS. 20
20
CAPIT. XX.
Los Sacerdotes piden àl Señor conque autoridad repurgaua el Templo &c. 2. La parabola de la viña &c. 3. Tientãle acerca del tributo de Cesar. 4. Responde à los Sadduceos a cerca de la resurrecion. 5. Prueua con euidente testimonio de la Escriptura la diuinidad del Meſsias, y auiſa à los suyos, que ſe guarden de los Phariseos, cuyos ingenios ambiciosos deſcriue.
1Y Aconteció vn dia, que enseñando el àl Pueblo en el Templo, y annunciando el Euangelio, juntaronſe los principes de los Sacerdotes, y los Escribas, con los Ancianos. 2Y hablanle, diziendo, Dinos conque potestad hazes estas coſas: o quien es elque te hà dado eſta potestad. 3Respondiendo entonces IESVS, dixoles, Preguntaroshé yo tambien vna palabra, respondedme: 4El Baptismo de Ioan era del cielo, ò de los hombres? 5Mas ellos pensauan dentro de ſi, diziẽdo, Si dixeremos, Del cielo: dirá, Porque pues no le creystes? 6Y ſi dixeremos, De los hombres, todo el pueblo nos apedreará: por que estã ciertos que Ioan era Propheta. 7Y respondieron, que no sabian de dõde auia sido. 8Entonces IESVS les dixo, Ni yo os digo conque potestad hago estas coſas.
9¶ Y començó à dezir àl Pueblo eſta parabola: Vn hombre plantó vna viña, y arrẽdola à labradores, y ausentóse por muchos tiempos. 10Y àl tiempo embió vn sieruo à los labradores paraque le dieſſen del fruto de laviña, los quales hiriẽdolo lo embiarõ vazio. 11Y boluió à embiar otro sieruo: mas ellos à eſte tambien herido y affrentado lo embiaron vazio. 12Y boluió à embiar àl tercer sieruo, mas ellos tambien à eſte echaron herido. 13Entõces el señor de la viña dixo, Que haré? embiaré mi Hijo amado: porventura quando à eſte vieren, tendrán respecto. 14Mas los labradores viendolo pensaron entre ſi, diziendo, Este es el heredero: venid, matemoslo, paraque la heredad ſea nueſtra. 15Y echãdolo fuera de la viña, mataronlo. Que pues les hará el señor de la viña? 16Vendrá, y destruyrá à estos labradores: y dará ſu viña à otros. Y como ellos lo oyeron, dixeron, Guarda. 17Mas el mirandolos, dize, Que pues es loque eſtá eſcripto, La piedra que condenaron los edificadores, eſta fué por cabeça de esquina? 18Qualquiera que cayere ſobre aquella piedra, ſerá quebrantado: mas ſobre elque la piedra cayere, desmenuzarloha. 19Y procurauã los Principes de los Sacerdotes y los Escribas echarle mano en aquella hora, (mas vuieron miedo del Pueblo:) porque entendieron que contra ellos auia dicho eſta parabola.
20¶ Y assechãdolo, embiaron espiones que ſe simulaſſen juſtos: para tomarlo en palabras, paraque lo entregaſſen àl principado y à la potestad del Presidente: 21 Los quales le preguntaron, diziẽdo, Maestro, sabemos que dizes y enseñas biẽ: y que no tienes respecto à perſona: antes enseñas el camino de Dios con verdad. 22Es nos licito dar tributo à Cesar, o no? 23Mas el, entendida el astucia deellos, dixoles, Porque me tentays? 24Mostradme la moneda: de quien tiene la imagen y la inscripcion? Y respondiẽdo dixeron, de Cesar. 25Entonces dixoles, Pues dad à Cesar loque es de Cesar: y loque es de Dios, à Dios 26Y no pudieron reprehender ſu dicho delante del Pueblo: antes marauillados de ſu respuesta, callaron.
27¶ Y llegandoſe vnos de los Sad duceos, los quales niegan auer resurrecion, preguntaronle. 28Diziendo, Maestro, Moyſen nos escriuió, Si el hermano de alguno muriere teniendo muger, y muriere ſin hijos, que ſu hermano tome la muger: y leuante ſimiente à ſu hermano. 29Fueron pues ſiete hermanos: y el primero tomó muger, y murió ſin hijos. 30Y tomóla el segundo: elqual tambien murió ſin hijos. 31Y tomóla el tercero: ansimismo tambien todos ſiete: y no dexaron ſimiente, y murieron. 32Y à la postre de todos murió tambien la muger. 33En la resurrecion pues, muger de qual deellos ſerá? porque los ſiete la tuuieron por muger. 34Entonces respondiendo IESVS, dixoles, Los hijos deeste ſiglo toman mugeres, y las casan: 35Mas los que fueren auidos por dignos de aquel ſiglo, y de la resurrecion de los muertos, ni toman mugeres, ni las casan. 36Porque no pueden ya mas morir: porque ſon iguales à los Angeles: y sõ hijos de Dios quando ſon hijos de la resurrecion. 37Y que los muertos ayan de resuscitar, Moyſen aun lo enseñó jũto al çarçal, quãdo dize àl Señor, Dios de Abrahan, y Dios de Iſaac, y Dios de Iacob. 38Porque Dios, no es Dios de muertos, mas de biuos: porque todos biuen quanto à el 39Y respondiendole vnos de los Escribas, dixeron, Maestro, bien hàs dicho. 40Y no osaron mas preguntarle algo.
41¶ Y el les dixo, Como dizen que el Chriſto es hijo de Dauid: 42Y el mismo Dauid dize en el libro de los Psalmos, Dixo el Señor à mi Señor, Assientate à mis diestras. 43 Entretanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies? 44Anſique Dauid lo llama Señor: como pues es ſu hijo? 45Y oyendolo todo el Pueblo, dixo à ſus Diſcipulos. 46 Guardaos de los Escribas, que quieren an dar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plaças: y las primeras sillas en las Synogas: y los primeros aſsientos en las cenas. 47Que engluten las casas de las biu das poniendo por pretexto la luenga oraciõ. estos recibirán mayor condenacion.
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EL EVANGELIO. SEGVN S. LVCAS. 20: BDO1573
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Biblia del Oso 1973 Public Domain.
Edición Digital © Sociedades Biblicas Unidas, 2000.
EL EVANGELIO. SEGVN S. LVCAS. 20
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CAPIT. XX.
Los Sacerdotes piden àl Señor conque autoridad repurgaua el Templo &c. 2. La parabola de la viña &c. 3. Tientãle acerca del tributo de Cesar. 4. Responde à los Sadduceos a cerca de la resurrecion. 5. Prueua con euidente testimonio de la Escriptura la diuinidad del Meſsias, y auiſa à los suyos, que ſe guarden de los Phariseos, cuyos ingenios ambiciosos deſcriue.
1Y Aconteció vn dia, que enseñando el àl Pueblo en el Templo, y annunciando el Euangelio, juntaronſe los principes de los Sacerdotes, y los Escribas, con los Ancianos. 2Y hablanle, diziendo, Dinos conque potestad hazes estas coſas: o quien es elque te hà dado eſta potestad. 3Respondiendo entonces IESVS, dixoles, Preguntaroshé yo tambien vna palabra, respondedme: 4El Baptismo de Ioan era del cielo, ò de los hombres? 5Mas ellos pensauan dentro de ſi, diziẽdo, Si dixeremos, Del cielo: dirá, Porque pues no le creystes? 6Y ſi dixeremos, De los hombres, todo el pueblo nos apedreará: por que estã ciertos que Ioan era Propheta. 7Y respondieron, que no sabian de dõde auia sido. 8Entonces IESVS les dixo, Ni yo os digo conque potestad hago estas coſas.
9¶ Y començó à dezir àl Pueblo eſta parabola: Vn hombre plantó vna viña, y arrẽdola à labradores, y ausentóse por muchos tiempos. 10Y àl tiempo embió vn sieruo à los labradores paraque le dieſſen del fruto de laviña, los quales hiriẽdolo lo embiarõ vazio. 11Y boluió à embiar otro sieruo: mas ellos à eſte tambien herido y affrentado lo embiaron vazio. 12Y boluió à embiar àl tercer sieruo, mas ellos tambien à eſte echaron herido. 13Entõces el señor de la viña dixo, Que haré? embiaré mi Hijo amado: porventura quando à eſte vieren, tendrán respecto. 14Mas los labradores viendolo pensaron entre ſi, diziendo, Este es el heredero: venid, matemoslo, paraque la heredad ſea nueſtra. 15Y echãdolo fuera de la viña, mataronlo. Que pues les hará el señor de la viña? 16Vendrá, y destruyrá à estos labradores: y dará ſu viña à otros. Y como ellos lo oyeron, dixeron, Guarda. 17Mas el mirandolos, dize, Que pues es loque eſtá eſcripto, La piedra que condenaron los edificadores, eſta fué por cabeça de esquina? 18Qualquiera que cayere ſobre aquella piedra, ſerá quebrantado: mas ſobre elque la piedra cayere, desmenuzarloha. 19Y procurauã los Principes de los Sacerdotes y los Escribas echarle mano en aquella hora, (mas vuieron miedo del Pueblo:) porque entendieron que contra ellos auia dicho eſta parabola.
20¶ Y assechãdolo, embiaron espiones que ſe simulaſſen juſtos: para tomarlo en palabras, paraque lo entregaſſen àl principado y à la potestad del Presidente: 21 Los quales le preguntaron, diziẽdo, Maestro, sabemos que dizes y enseñas biẽ: y que no tienes respecto à perſona: antes enseñas el camino de Dios con verdad. 22Es nos licito dar tributo à Cesar, o no? 23Mas el, entendida el astucia deellos, dixoles, Porque me tentays? 24Mostradme la moneda: de quien tiene la imagen y la inscripcion? Y respondiẽdo dixeron, de Cesar. 25Entonces dixoles, Pues dad à Cesar loque es de Cesar: y loque es de Dios, à Dios 26Y no pudieron reprehender ſu dicho delante del Pueblo: antes marauillados de ſu respuesta, callaron.
27¶ Y llegandoſe vnos de los Sad duceos, los quales niegan auer resurrecion, preguntaronle. 28Diziendo, Maestro, Moyſen nos escriuió, Si el hermano de alguno muriere teniendo muger, y muriere ſin hijos, que ſu hermano tome la muger: y leuante ſimiente à ſu hermano. 29Fueron pues ſiete hermanos: y el primero tomó muger, y murió ſin hijos. 30Y tomóla el segundo: elqual tambien murió ſin hijos. 31Y tomóla el tercero: ansimismo tambien todos ſiete: y no dexaron ſimiente, y murieron. 32Y à la postre de todos murió tambien la muger. 33En la resurrecion pues, muger de qual deellos ſerá? porque los ſiete la tuuieron por muger. 34Entonces respondiendo IESVS, dixoles, Los hijos deeste ſiglo toman mugeres, y las casan: 35Mas los que fueren auidos por dignos de aquel ſiglo, y de la resurrecion de los muertos, ni toman mugeres, ni las casan. 36Porque no pueden ya mas morir: porque ſon iguales à los Angeles: y sõ hijos de Dios quando ſon hijos de la resurrecion. 37Y que los muertos ayan de resuscitar, Moyſen aun lo enseñó jũto al çarçal, quãdo dize àl Señor, Dios de Abrahan, y Dios de Iſaac, y Dios de Iacob. 38Porque Dios, no es Dios de muertos, mas de biuos: porque todos biuen quanto à el 39Y respondiendole vnos de los Escribas, dixeron, Maestro, bien hàs dicho. 40Y no osaron mas preguntarle algo.
41¶ Y el les dixo, Como dizen que el Chriſto es hijo de Dauid: 42Y el mismo Dauid dize en el libro de los Psalmos, Dixo el Señor à mi Señor, Assientate à mis diestras. 43 Entretanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies? 44Anſique Dauid lo llama Señor: como pues es ſu hijo? 45Y oyendolo todo el Pueblo, dixo à ſus Diſcipulos. 46 Guardaos de los Escribas, que quieren an dar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plaças: y las primeras sillas en las Synogas: y los primeros aſsientos en las cenas. 47Que engluten las casas de las biu das poniendo por pretexto la luenga oraciõ. estos recibirán mayor condenacion.
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Biblia del Oso 1973 Public Domain.
Edición Digital © Sociedades Biblicas Unidas, 2000.