Entonces Dios le dijo a Isaías: «Ven ahora y escribe este refrán; ponlo sobre una tablilla para que sirva de testimonio y siempre se recuerde». Isaías dijo: «Los israelitas son un pueblo que no quiere obedecer las enseñanzas de Dios. Son infieles y rebeldes. No quieren que los videntes cuenten sus visiones; tampoco quieren que los profetas les digan la verdad. Prefieren que les hablen de cosas agradables; prefieren seguir creyendo que todo les saldrá bien. A unos y a otros les piden que dejen de obedecer a Dios; no quieren que sigan hablando del Dios santo de Israel. »Por eso, Dios les dijo: “Ustedes rechazan mis advertencias, y prefieren confiar en la violencia y en palabras mentirosas. Por lo tanto, su pecado caerá sobre ustedes como un muro alto y agrietado, que se viene abajo cuando uno menos lo espera. Será como un jarro que se rompe por completo. Tan pequeños son los pedazos que no sirven para nada; ¡ni para remover el fuego ni para sacar agua de un pozo!” »Por lo tanto, así dice el Dios santo de Israel: “Vuelvan a obedecerme, y yo les daré poder. Si en verdad confían en mí, manténganse en calma y quedarán a salvo. Pero ustedes me rechazan; prefieren escapar a caballo o en carros muy veloces. ”Pues bien, si así lo prefieren, tendrán que huir a caballo; ¡pero sus perseguidores serán más veloces que ustedes! Bastará un solo enemigo para llenar de miedo a mil; ¡serán suficientes cinco de ellos para amenazar a todos ustedes! Y cuando todo haya terminado, de ustedes quedarán tan pocos que parecerán un poste solitario en la parte alta de un monte”». Isaías continuó diciendo
Leer Isaías 30
Compartir
Comparar todas las versiones: Isaías 30:8-18
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos