LUCAS 15
15
Parábola de la oveja perdida
(Mt 18,12-14)
1Todos los recaudadores de impuestos y gente de mala reputación#15,1: recaudadores de impuestos y gente de mala reputación: Ver notas a Mt 5,46 y 9,10 (tercera nota). solían reunirse para escuchar a Jesús.#5,30; 7,34; Mt 9,10-13. 2Al verlo, los fariseos y los maestros de la ley#15,2: maestros de la ley: Ver nota a Mt 2,4. murmuraban:
— Este anda con gente de mala reputación y hasta come con ella.
3Jesús entonces les contó esta parábola:
4— ¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja en el campo las otras noventa y nueve y va en busca de la que se le había perdido?#19,10; Jr 23,1-4; Ez 34; Mi 4,6-7; Jn 10,11-16. 5Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros lleno de alegría 6y, al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: “¡Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido!”. 7Pues yo les digo que, igualmente, hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse.
Parábola de la moneda perdida
8O también, ¿qué mujer, si tiene diez monedas#15,8: diez monedas: Lit. diez dracmas. El dracma era la unidad monetaria básica del sistema griego y equivalía más o menos al denario romano. Para el valor de este último, ver nota a Mt 17,24. Ver también TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS. y se le pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa y la busca afanosamente hasta que la encuentre? 9Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “¡Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido!”. 10Pues yo les digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Parábola de los dos hijos y el padre bueno
11Y les contó también:
— Había una vez un padre que tenía dos hijos. 12El menor de ellos le dijo: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde#15,12: que me corresponde: Según Dt 21,17 le correspondía un tercio de la herencia. La petición no deja de ser sorprendente, pues lo normal era que la herencia se repartiese después de la muerte del padre (ver Eclo 33,20-24). ”. El padre repartió entonces sus bienes entre los dos hijos. 13Pocos días después, el hijo menor reunió cuanto tenía#15,13: reunió cuanto tenía: Probablemente deba entenderse en el sentido de que lo convirtió todo en dinero efectivo. y se marchó a un país lejano, donde lo despilfarró todo de mala manera. 14Cuando ya lo había malgastado todo, sobrevino un terrible período de hambre en aquella región, y él empezó también a padecer necesidad. 15Entonces fue a pedir trabajo a uno de los habitantes de aquel país, el cual lo envió a sus tierras, a cuidar cerdos#15,15: cuidar cerdos: El cerdo era para los judíos un animal impuro (ver Dt 14,8). Cuidar cerdos era, por tanto, el oficio más degradante para un israelita. Ver nota a Mc 5,11.. 16Él habría querido llenar su estómago con las algarrobas#15,16: algarrobas: El algarrobo era un árbol bastante común en Palestina. Su fruto es alimento de animales, pero en casos extremos puede ser consumido por los seres humanos. que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17Entonces recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre! 18Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios#15,18.21: Dios: Lit. el cielo. Ver nota a 11,16. y contra ti, 19y ya no merezco que me llames hijo; trátame como a uno de tus jornaleros”. 20Inmediatamente se puso en camino para volver a casa de su padre. Aún estaba lejos, cuando su padre lo vio y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo estrechó entre sus brazos y lo besó.#Is 49,14-16; Jr 31,20; Os 11,3-4.8-9. 21El hijo empezó a decir: “Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco que me llames hijo#15,21: hijo: Varios mss., entre ellos algunos de reconocido valor, añaden: trátame como a uno de tus jornaleros, sin duda por influencia de 15,19.”. 22Pero el padre ordenó a sus criados: “¡Rápido! Traigan las mejores ropas y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y calzado#15,22: anillo… calzado: El anillo era signo de autoridad; el calzado significaba que una persona era libre, ya que los esclavos iban descalzos. en los pies.#(Ver Za 3,4). 23Luego saquen el ternero cebado, mátenlo y hagamos fiesta celebrando un banquete. 24Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado”. Y comenzaron a hacer fiesta.#Ef 2,1.5.
25En esto, el hijo mayor, que estaba en el campo, regresó a casa. Al acercarse, oyó la música y los cánticos. 26Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué significaba todo aquello. 27El criado le contestó: “Es que tu padre ha hecho matar el becerro cebado, porque tu hermano ha vuelto sano y salvo”. 28El hermano mayor se irritó al oír esto y se negó a entrar en casa. Su padre, entonces, salió para rogarle que entrara. 29Pero el hijo le contestó: “Desde hace muchos años vengo trabajando para ti, sin desobedecerte en nada, y tú jamás me has dado ni siquiera un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. 30Y ahora resulta que llega este hijo tuyo, que se ha gastado tus bienes con prostitutas, y mandas matar en su honor el becerro cebado”. 31El padre le dijo: “Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo.#(Ver Jn 17,10). 32Pero ahora tenemos que hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado”.
Actualmente seleccionado:
LUCAS 15: BHTI
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres guardar tus resaltados en todos tus dispositivos? Regístrate o Inicia sesión
La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
LUCAS 15
15
Parábola de la oveja perdida
(Mt 18,12-14)
1Todos los recaudadores de impuestos y gente de mala reputación#15,1: recaudadores de impuestos y gente de mala reputación: Ver notas a Mt 5,46 y 9,10 (tercera nota). solían reunirse para escuchar a Jesús.#5,30; 7,34; Mt 9,10-13. 2Al verlo, los fariseos y los maestros de la ley#15,2: maestros de la ley: Ver nota a Mt 2,4. murmuraban:
— Este anda con gente de mala reputación y hasta come con ella.
3Jesús entonces les contó esta parábola:
4— ¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja en el campo las otras noventa y nueve y va en busca de la que se le había perdido?#19,10; Jr 23,1-4; Ez 34; Mi 4,6-7; Jn 10,11-16. 5Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros lleno de alegría 6y, al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: “¡Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido!”. 7Pues yo les digo que, igualmente, hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse.
Parábola de la moneda perdida
8O también, ¿qué mujer, si tiene diez monedas#15,8: diez monedas: Lit. diez dracmas. El dracma era la unidad monetaria básica del sistema griego y equivalía más o menos al denario romano. Para el valor de este último, ver nota a Mt 17,24. Ver también TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS. y se le pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa y la busca afanosamente hasta que la encuentre? 9Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “¡Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido!”. 10Pues yo les digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Parábola de los dos hijos y el padre bueno
11Y les contó también:
— Había una vez un padre que tenía dos hijos. 12El menor de ellos le dijo: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde#15,12: que me corresponde: Según Dt 21,17 le correspondía un tercio de la herencia. La petición no deja de ser sorprendente, pues lo normal era que la herencia se repartiese después de la muerte del padre (ver Eclo 33,20-24). ”. El padre repartió entonces sus bienes entre los dos hijos. 13Pocos días después, el hijo menor reunió cuanto tenía#15,13: reunió cuanto tenía: Probablemente deba entenderse en el sentido de que lo convirtió todo en dinero efectivo. y se marchó a un país lejano, donde lo despilfarró todo de mala manera. 14Cuando ya lo había malgastado todo, sobrevino un terrible período de hambre en aquella región, y él empezó también a padecer necesidad. 15Entonces fue a pedir trabajo a uno de los habitantes de aquel país, el cual lo envió a sus tierras, a cuidar cerdos#15,15: cuidar cerdos: El cerdo era para los judíos un animal impuro (ver Dt 14,8). Cuidar cerdos era, por tanto, el oficio más degradante para un israelita. Ver nota a Mc 5,11.. 16Él habría querido llenar su estómago con las algarrobas#15,16: algarrobas: El algarrobo era un árbol bastante común en Palestina. Su fruto es alimento de animales, pero en casos extremos puede ser consumido por los seres humanos. que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17Entonces recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre! 18Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios#15,18.21: Dios: Lit. el cielo. Ver nota a 11,16. y contra ti, 19y ya no merezco que me llames hijo; trátame como a uno de tus jornaleros”. 20Inmediatamente se puso en camino para volver a casa de su padre. Aún estaba lejos, cuando su padre lo vio y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo estrechó entre sus brazos y lo besó.#Is 49,14-16; Jr 31,20; Os 11,3-4.8-9. 21El hijo empezó a decir: “Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco que me llames hijo#15,21: hijo: Varios mss., entre ellos algunos de reconocido valor, añaden: trátame como a uno de tus jornaleros, sin duda por influencia de 15,19.”. 22Pero el padre ordenó a sus criados: “¡Rápido! Traigan las mejores ropas y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y calzado#15,22: anillo… calzado: El anillo era signo de autoridad; el calzado significaba que una persona era libre, ya que los esclavos iban descalzos. en los pies.#(Ver Za 3,4). 23Luego saquen el ternero cebado, mátenlo y hagamos fiesta celebrando un banquete. 24Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado”. Y comenzaron a hacer fiesta.#Ef 2,1.5.
25En esto, el hijo mayor, que estaba en el campo, regresó a casa. Al acercarse, oyó la música y los cánticos. 26Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué significaba todo aquello. 27El criado le contestó: “Es que tu padre ha hecho matar el becerro cebado, porque tu hermano ha vuelto sano y salvo”. 28El hermano mayor se irritó al oír esto y se negó a entrar en casa. Su padre, entonces, salió para rogarle que entrara. 29Pero el hijo le contestó: “Desde hace muchos años vengo trabajando para ti, sin desobedecerte en nada, y tú jamás me has dado ni siquiera un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. 30Y ahora resulta que llega este hijo tuyo, que se ha gastado tus bienes con prostitutas, y mandas matar en su honor el becerro cebado”. 31El padre le dijo: “Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo.#(Ver Jn 17,10). 32Pero ahora tenemos que hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y lo hemos encontrado”.
Actualmente seleccionado:
:
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres guardar tus resaltados en todos tus dispositivos? Regístrate o Inicia sesión
La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso