Habacuc 3
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IV. SALMO DE HABACUC#3.1-19 El libro concluye con una plegaria en forma de salmo, que describe, en un elevado tono poético, la venida triunfante del Señor. El Señor avanza desde el sur, y toda la creación se conmueve a su paso (vv. 6,10-11). Como canto de victoria, el poema está a la altura de Ex 15.1-18 y de Jue 5.1-31; por su tema, presenta rasgos comunes con Sal 18 y 68.
(3.1-19)
1Esta es una oración del profeta Habacuc.#3.1 El título del poema añade una expresión de significado incierto. Probablemente se trata de una indicación sobre el tono en que debía ser recitado o cantado el salmo en el culto del templo.
2Lo que oigo acerca de ti, Señor,
y de todo lo que has hecho,
me llena de profunda reverencia.
Realiza ahora, en nuestra vida,
tus grandes acciones de otros tiempos,#3.2 Tus grandes acciones de otros tiempos: Esta frase se refiere, de manera particular, a los actos realizados por el Señor cuando los hebreos salieron de Egipto (cf. Ex 3—15).
para que nosotros también las conozcamos.
Muéstranos así tu compasión
aun en medio de tu enojo.#3.2 Muéstranos así tu compasión aun en medio de tu enojo: Cf. Is 54.8.
3Dios viene de la región de Temán;
del monte Parán viene el Dios Santo.
Su gloria se extiende por todo el cielo,
y el mundo entero se llena de su alabanza.#3.3 Temán: Véase Jer 49.7 nota. Monte Parán: zona montañosa al norte del Sinaí, donde acamparon los israelitas en su marcha hacia la tierra prometida (Nm 10.11-12). El Señor viene desde la región del Sinaí, es decir, desde el lugar donde él se reveló a su pueblo y le dio a conocer su ley. Cf. Dt 33.2; Jue 5.4-5; Sal 68.7-8(8-9).
4Viene envuelto en brillante resplandor,
y de sus manos brotan rayos de luz
que muestran el poder que en él se esconde.
5Delante de él llegan plagas terribles,
y detrás la fiebre abrasadora.
6La tierra tiembla cuando él se detiene;
se estremecen las naciones cuando las mira;
las viejas montañas se derrumban
y se deshacen los montes antiguos;
pero los caminos de Dios son eternos.#3.6 Cf. Am 4.13; Miq 1.3-4; Eclo 43.16.
7Yo he visto a la gente de Cusán
hundida en la desgracia,
a los habitantes de Madián
encogidos por el miedo.#3.7 La gente de Cusán y los habitantes de Madián eran tribus de beduinos que vivían cerca de Edom, al sur del Mar Muerto. Sobre Madián, véanse Ex 2.15 n. e Índice de mapas.
8¿Te has enojado, Señor, contra los ríos?
¿Se ha encendido tu furor contra los mares?
¿Cabalgas por eso en tus caballos
y montas así en tu carro victorioso?#3.8 ¿Cabalgas... en tu carro victorioso?: Cf. Dt 33.26-27; Sal 68.4(5); Is 19.1.
9Tienes el arco preparado
y dispuestas todas tus flechas.#3.9 Tienes el arco preparado... tus flechas: texto probable; heb. oscuro.
Con los ríos has abierto surcos en la tierra.
10Las montañas tiemblan al verte;
cae del cielo la lluvia torrencial,
y el mar profundo da su rugido
mientras se alzan sus olas inmensas.
11El sol y la luna no salen de su escondite
ante el vivo resplandor de tus flechas
y la luz relampagueante de tu lanza.
12En tu enojo recorres toda la tierra;
en tu furor pisoteas las naciones.
13Tú has salido en ayuda de tu pueblo
y del rey que tú mismo escogiste.
Has destruido el techo de la casa del malvado,#3.13 Has destruido el techo de la casa del malvado: traducción probable; heb. oscuro.
y has descubierto hasta la roca sus cimientos.
14Mataste a su jefe con sus propias flechas,
cuando sus jinetes, como una tempestad,
se lanzaron arrogantes
a dispersar a los indefensos,
para destruirlos en secreto.
15Con tus caballos recorres el mar,
la gran extensión de las aguas profundas.#Is 43.16-17; 63.11-14.,#3.7-15 Los fenómenos que acompañan la manifestación y victoria del Señor son semejantes a los que ocurrieron en tiempos del éxodo (cf. Jue 5.4-5; Sal 77.16-20(17-21); 114.3-8).
16Al oír todo esto tuve miedo.
Mis labios se pusieron a temblar,
mis piernas dejaron de sostenerme
y todo mi cuerpo perdió sus fuerzas.
Aun así, esperaré tranquilo
el día en que Dios ponga en angustia
al ejército de nuestros opresores.
17-18Entonces me llenaré de alegría
a causa del Señor mi salvador.
Le alabaré aunque no florezcan las higueras
ni den fruto los viñedos y los olivares;
aunque los campos no den su cosecha;
aunque se acaben los rebaños de ovejas
y no haya reses en los establos.#3.17-18 Sal 25.5; 68.19-20(20-21); Lc 1.47.
19Porque el Señor me da fuerzas;
da a mis piernas la ligereza del ciervo#3.19 2 S 22.34; Sal 18.33(34).
y me lleva a alturas donde estaré a salvo.
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Habacuc 3: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Habacuc 3
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IV. SALMO DE HABACUC#3.1-19 El libro concluye con una plegaria en forma de salmo, que describe, en un elevado tono poético, la venida triunfante del Señor. El Señor avanza desde el sur, y toda la creación se conmueve a su paso (vv. 6,10-11). Como canto de victoria, el poema está a la altura de Ex 15.1-18 y de Jue 5.1-31; por su tema, presenta rasgos comunes con Sal 18 y 68.
(3.1-19)
1Esta es una oración del profeta Habacuc.#3.1 El título del poema añade una expresión de significado incierto. Probablemente se trata de una indicación sobre el tono en que debía ser recitado o cantado el salmo en el culto del templo.
2Lo que oigo acerca de ti, Señor,
y de todo lo que has hecho,
me llena de profunda reverencia.
Realiza ahora, en nuestra vida,
tus grandes acciones de otros tiempos,#3.2 Tus grandes acciones de otros tiempos: Esta frase se refiere, de manera particular, a los actos realizados por el Señor cuando los hebreos salieron de Egipto (cf. Ex 3—15).
para que nosotros también las conozcamos.
Muéstranos así tu compasión
aun en medio de tu enojo.#3.2 Muéstranos así tu compasión aun en medio de tu enojo: Cf. Is 54.8.
3Dios viene de la región de Temán;
del monte Parán viene el Dios Santo.
Su gloria se extiende por todo el cielo,
y el mundo entero se llena de su alabanza.#3.3 Temán: Véase Jer 49.7 nota. Monte Parán: zona montañosa al norte del Sinaí, donde acamparon los israelitas en su marcha hacia la tierra prometida (Nm 10.11-12). El Señor viene desde la región del Sinaí, es decir, desde el lugar donde él se reveló a su pueblo y le dio a conocer su ley. Cf. Dt 33.2; Jue 5.4-5; Sal 68.7-8(8-9).
4Viene envuelto en brillante resplandor,
y de sus manos brotan rayos de luz
que muestran el poder que en él se esconde.
5Delante de él llegan plagas terribles,
y detrás la fiebre abrasadora.
6La tierra tiembla cuando él se detiene;
se estremecen las naciones cuando las mira;
las viejas montañas se derrumban
y se deshacen los montes antiguos;
pero los caminos de Dios son eternos.#3.6 Cf. Am 4.13; Miq 1.3-4; Eclo 43.16.
7Yo he visto a la gente de Cusán
hundida en la desgracia,
a los habitantes de Madián
encogidos por el miedo.#3.7 La gente de Cusán y los habitantes de Madián eran tribus de beduinos que vivían cerca de Edom, al sur del Mar Muerto. Sobre Madián, véanse Ex 2.15 n. e Índice de mapas.
8¿Te has enojado, Señor, contra los ríos?
¿Se ha encendido tu furor contra los mares?
¿Cabalgas por eso en tus caballos
y montas así en tu carro victorioso?#3.8 ¿Cabalgas... en tu carro victorioso?: Cf. Dt 33.26-27; Sal 68.4(5); Is 19.1.
9Tienes el arco preparado
y dispuestas todas tus flechas.#3.9 Tienes el arco preparado... tus flechas: texto probable; heb. oscuro.
Con los ríos has abierto surcos en la tierra.
10Las montañas tiemblan al verte;
cae del cielo la lluvia torrencial,
y el mar profundo da su rugido
mientras se alzan sus olas inmensas.
11El sol y la luna no salen de su escondite
ante el vivo resplandor de tus flechas
y la luz relampagueante de tu lanza.
12En tu enojo recorres toda la tierra;
en tu furor pisoteas las naciones.
13Tú has salido en ayuda de tu pueblo
y del rey que tú mismo escogiste.
Has destruido el techo de la casa del malvado,#3.13 Has destruido el techo de la casa del malvado: traducción probable; heb. oscuro.
y has descubierto hasta la roca sus cimientos.
14Mataste a su jefe con sus propias flechas,
cuando sus jinetes, como una tempestad,
se lanzaron arrogantes
a dispersar a los indefensos,
para destruirlos en secreto.
15Con tus caballos recorres el mar,
la gran extensión de las aguas profundas.#Is 43.16-17; 63.11-14.,#3.7-15 Los fenómenos que acompañan la manifestación y victoria del Señor son semejantes a los que ocurrieron en tiempos del éxodo (cf. Jue 5.4-5; Sal 77.16-20(17-21); 114.3-8).
16Al oír todo esto tuve miedo.
Mis labios se pusieron a temblar,
mis piernas dejaron de sostenerme
y todo mi cuerpo perdió sus fuerzas.
Aun así, esperaré tranquilo
el día en que Dios ponga en angustia
al ejército de nuestros opresores.
17-18Entonces me llenaré de alegría
a causa del Señor mi salvador.
Le alabaré aunque no florezcan las higueras
ni den fruto los viñedos y los olivares;
aunque los campos no den su cosecha;
aunque se acaben los rebaños de ovejas
y no haya reses en los establos.#3.17-18 Sal 25.5; 68.19-20(20-21); Lc 1.47.
19Porque el Señor me da fuerzas;
da a mis piernas la ligereza del ciervo#3.19 2 S 22.34; Sal 18.33(34).
y me lleva a alturas donde estaré a salvo.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.