Jeremías 24
24
Visión de las canastas de higos#24.1-10 Este cap. describe una visión simbólica y da su interpretación. Después de la primera deportación a Babilonia, en el año 597 a.C., los habitantes de Judá que no habían ido al exilio podían considerarse más afortunados o mejores que los exiliados. Pero el profeta considera que no es así. Los higos buenos son los deportados, que se convertirán al Señor de corazón, volverán a su tierra y serán el pueblo de Dios.
1Después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó desterrado a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá y los artesanos y los cerrajeros,#24.1 Cf. 2 R 24.12-16; 2 Cr 36.10. el Señor me hizo ver dos canastas de higos colocadas delante del templo. 2Una de ellas tenía higos muy buenos, de los primeros en madurar, pero la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.
3Y el Señor me preguntó: «Jeremías, ¿qué ves?»#24.3 Jeremías, ¿qué ves?: Jer 1.11,13. Yo respondí: «Higos. Los buenos son muy buenos; pero los malos son tan malos que no se pueden comer.»
4Entonces me dijo el Señor: 5«Yo, el Señor, el Dios de Israel, digo: Como a higos buenos miraré al pueblo de Judá, que mandé desterrado de aquí al país de los caldeos. Los miraré favorablemente, 6los tendré bajo mi protección y los haré regresar a este país. Aquí los haré prosperar, y no los volveré a destruir; los plantaré, y no los volveré a arrancar.#24.6 Destruir... plantaré... arrancar: Véase Jer 1.10 n. 7Les daré entendimiento#24.7 Les daré entendimiento: Lit. les daré un corazón. Véase Sal 12.2(3) n.; cf. también Jer 31.33; Ez 11.17-20; Ap 21.3. para que reconozcan que yo soy el Señor, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios,#24.7 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios: Ez 36.28; 37.27; Os 2.23(25); Zac 13.8-9. porque volverán a mí de todo corazón.
8»En cambio, a Sedequías, rey de Judá, y a los jefes y demás habitantes de Jerusalén que se quedaron en el país, o que se instalaron en Egipto,#24.8 Se instalaron en Egipto: alusión a los judíos que después de la caída de Jerusalén buscaron refugio en Egipto. Cf. Jer 43—44. los trataré como a los higos malos, que de malos no se pueden comer. 9Haré con ellos algo que causará horror#24.9 Horror: según la versión griega (LXX). Heb. añade para el mal. a todas las naciones de la tierra, y que será ejemplo#24.9 Será ejemplo: Lit. proverbio, es decir, un castigo proverbial o ejemplar, que todos comentan con espanto y estupor. Véase Sal 69.11(12) n. de humillación, desprecio y maldición en todos los países por donde yo los disperse. 10Les enviaré la guerra, el hambre y la peste,#24.10 Guerra, hambre y peste: Véanse las referencias en Jer 14.12 n. hasta que no quede uno solo en el país que les di a ellos y a sus antepasados.»
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Jeremías 24: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Jeremías 24
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Visión de las canastas de higos#24.1-10 Este cap. describe una visión simbólica y da su interpretación. Después de la primera deportación a Babilonia, en el año 597 a.C., los habitantes de Judá que no habían ido al exilio podían considerarse más afortunados o mejores que los exiliados. Pero el profeta considera que no es así. Los higos buenos son los deportados, que se convertirán al Señor de corazón, volverán a su tierra y serán el pueblo de Dios.
1Después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó desterrado a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá y los artesanos y los cerrajeros,#24.1 Cf. 2 R 24.12-16; 2 Cr 36.10. el Señor me hizo ver dos canastas de higos colocadas delante del templo. 2Una de ellas tenía higos muy buenos, de los primeros en madurar, pero la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.
3Y el Señor me preguntó: «Jeremías, ¿qué ves?»#24.3 Jeremías, ¿qué ves?: Jer 1.11,13. Yo respondí: «Higos. Los buenos son muy buenos; pero los malos son tan malos que no se pueden comer.»
4Entonces me dijo el Señor: 5«Yo, el Señor, el Dios de Israel, digo: Como a higos buenos miraré al pueblo de Judá, que mandé desterrado de aquí al país de los caldeos. Los miraré favorablemente, 6los tendré bajo mi protección y los haré regresar a este país. Aquí los haré prosperar, y no los volveré a destruir; los plantaré, y no los volveré a arrancar.#24.6 Destruir... plantaré... arrancar: Véase Jer 1.10 n. 7Les daré entendimiento#24.7 Les daré entendimiento: Lit. les daré un corazón. Véase Sal 12.2(3) n.; cf. también Jer 31.33; Ez 11.17-20; Ap 21.3. para que reconozcan que yo soy el Señor, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios,#24.7 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios: Ez 36.28; 37.27; Os 2.23(25); Zac 13.8-9. porque volverán a mí de todo corazón.
8»En cambio, a Sedequías, rey de Judá, y a los jefes y demás habitantes de Jerusalén que se quedaron en el país, o que se instalaron en Egipto,#24.8 Se instalaron en Egipto: alusión a los judíos que después de la caída de Jerusalén buscaron refugio en Egipto. Cf. Jer 43—44. los trataré como a los higos malos, que de malos no se pueden comer. 9Haré con ellos algo que causará horror#24.9 Horror: según la versión griega (LXX). Heb. añade para el mal. a todas las naciones de la tierra, y que será ejemplo#24.9 Será ejemplo: Lit. proverbio, es decir, un castigo proverbial o ejemplar, que todos comentan con espanto y estupor. Véase Sal 69.11(12) n. de humillación, desprecio y maldición en todos los países por donde yo los disperse. 10Les enviaré la guerra, el hambre y la peste,#24.10 Guerra, hambre y peste: Véanse las referencias en Jer 14.12 n. hasta que no quede uno solo en el país que les di a ellos y a sus antepasados.»
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.