¶He practicado el juicio y la justicia;
no me abandones a mis opresores.
Sé fiador de tu siervo para bien;
que no me opriman los soberbios.
Desfallecen mis ojos por tu salvación,
y por la promesa de tu justicia.
Haz con tu siervo según tu misericordia,
y enséñame tus estatutos.
Yo soy tu siervo, dame entendimiento
para que conozca tus testimonios.
Es tiempo de que actúe el SEÑOR,
porque han quebrantado tu ley.
Por tanto, amo tus mandamientos
más que el oro, sí, más que el oro fino.
Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas,
y aborrezco todo camino de mentira.
¶Maravillosos son tus testimonios,
por lo que los guarda mi alma.
La exposición de tus palabras imparte luz;
da entendimiento a los sencillos.
Abrí mi boca y suspiré,
porque anhelaba tus mandamientos.
Vuélvete a mí y tenme piedad,
como acostumbras con los que aman tu nombre.
Afirma mis pasos en tu palabra,
y que ninguna iniquidad me domine.
Rescátame de la opresión del hombre,
para que yo guarde tus preceptos.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus estatutos.
Ríos de lágrimas vierten mis ojos,
porque ellos no guardan tu ley.
¶Justo eres tú, SEÑOR,
y rectos tus juicios.
Has ordenado tus testimonios con justicia,
y con suma fidelidad.
Mi celo me ha consumido,
porque mis adversarios han olvidado tus palabras.
Es muy pura tu palabra,
y tu siervo la ama.
Pequeño soy, y despreciado,
mas no me olvido de tus preceptos.
Tu justicia es justicia eterna,
y tu ley verdad.
Angustia y aflicción han venido sobre mí,
mas tus mandamientos son mi deleite.
Tus testimonios son justos para siempre;
dame entendimiento para que yo viva.
¶He clamado con todo mi corazón; ¡respóndeme, SEÑOR!
Guardaré tus estatutos.
A ti clamé; sálvame,
y guardaré tus testimonios.
Me anticipo al alba y clamo;
en tus palabras espero.
Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche,
para meditar en tu palabra.
Oye mi voz conforme a tu misericordia;
vivifícame, oh SEÑOR, conforme a tus ordenanzas.
Se me acercan los que siguen la maldad;
lejos están de tu ley.
Tú estás cerca, SEÑOR,
y todos tus mandamientos son verdad.
Desde hace tiempo he sabido de tus testimonios,
que para siempre los has fundado.