Al SEÑOR esperé pacientemente,
y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor.
Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso;
asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos.
Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios;
muchos verán esto, y temerán,
y confiarán en el SEÑOR.
¶Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el SEÑOR su confianza,
y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad.
Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que tú has hecho,
y muchos tus designios para con nosotros;
nadie hay que se compare contigo;
si los anunciara, y hablara de ellos,
no podrían ser enumerados.
¶Sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado;
has abierto mis oídos;
holocausto y ofrenda por el pecado no has requerido.
Entonces dije: He aquí, vengo;
en el rollo del libro está escrito de mí;
me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío;
tu ley está dentro de mi corazón.
¶He proclamado buenas nuevas de justicia en la gran congregación;
he aquí, no refrenaré mis labios,
oh SEÑOR, tú lo sabes.
No he escondido tu justicia dentro de mi corazón;
he proclamado tu fidelidad y tu salvación;
no he ocultado a la gran congregación tu misericordia y tu fidelidad.
¶Tú, oh SEÑOR, no retengas tu compasión de mí;
tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente,
porque me rodean males sin número;
mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver;
son más numerosas que los cabellos de mi cabeza,
y el corazón me falla.
¶Ten a bien, oh SEÑOR, libertarme;
apresúrate, SEÑOR, a socorrerme.