Profecía de la palabra del SEÑOR contra la tierra de Hadrac y Damasco, su lugar de reposo (porque hacia el SEÑOR están puestos los ojos de los hombres y de todas las tribus de Israel),
y también Hamat, que linda con ella,
y Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.
Tiro se ha edificado una fortaleza,
y ha amontonado plata como polvo
y oro como barro de las calles.
He aquí, el Señor la despojará,
arrojará al mar su riqueza
y ella será consumida por el fuego.
Ascalón lo verá y temerá,
también Gaza, y se retorcerá con gran dolor,
lo mismo Ecrón, pues su esperanza ha sido confundida.
Además perecerá el rey de Gaza,
y Ascalón no será habitada.
Un pueblo bastardo habitará en Asdod,
y yo destruiré el orgullo de los filisteos.
Quitaré la sangre de su boca,
y sus abominaciones de entre sus dientes.
Entonces él será también un remanente para nuestro Dios,
será como una tribu en Judá,
y Ecrón será como el jebuseo.
Y yo acamparé junto a mi casa como un guardián
para que nadie vaya ni venga,
y no pasará más sobre ellos el opresor,
porque ahora he visto con mis ojos.
¶Regocíjate sobremanera, hija de Sión.
Da voces de júbilo, hija de Jerusalén.
He aquí, tu rey viene a ti,
justo y dotado de salvación,
humilde, montado en un asno,
en un pollino, hijo de asna.
Destruiré el carro de Efraín
y el caballo de Jerusalén,
y el arco de guerra será destruido.
Él hablará paz a las naciones,
y su dominio será de mar a mar,
y desde el río hasta los confines de la tierra.
¶Y en cuanto a ti, por la sangre de mi pacto contigo,
he librado a tus cautivos de la cisterna
en la que no hay agua.
Volved a la fortaleza,
oh cautivos de la esperanza;
hoy mismo anuncio
que el doble te restituiré.
Porque entesaré a Judá como mi arco,
y cargaré el arco con Efraín.
Incitaré a tus hijos, oh Sión,
contra tus hijos, oh Grecia,
y te haré como espada de guerrero.
Entonces el SEÑOR aparecerá sobre ellos,
y saldrá como un rayo su flecha;
el Señor DIOS tocará la trompeta,
y caminará en los torbellinos del sur.
El SEÑOR de los ejércitos los defenderá;
ellos devorarán y pisotearán las piedras de la honda,
beberán y alborotarán como embriagados de vino,
se llenarán como tazón de sacrificio,
empapados como las esquinas del altar.
Los salvará el SEÑOR su Dios aquel día
como rebaño de su pueblo;
porque como piedras de una corona
brillan sobre su tierra.
Pues ¡cuánta es su gracia y cuánta su hermosura!
El trigo hará florecer a los jóvenes y el mosto a las doncellas.