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1 Crónicas 22:1-9

1 Crónicas 22:1-9 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el SEÑOR y el altar donde Israel ofrecerá el holocausto». Luego David ordenó que se reuniera a los extranjeros que vivían en territorio israelita. De entre ellos nombró canteros que labraran piedras para la construcción del templo de Dios. Además, David juntó mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas; también bronce en abundancia. Amontonó mucha madera de cedro, pues los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído una gran cantidad de madera de cedro. «Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el SEÑOR debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso dejaré todo listo». Así que antes de morir, David dejó todo preparado. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el SEÑOR, Dios de Israel. David dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar el nombre del SEÑOR mi Dios. Pero el SEÑOR me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien construya un templo en honor de mi Nombre. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón. Durante su reinado, yo daré a Israel paz y tranquilidad.

1 Crónicas 22:1-9 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Entonces David dijo: «Este será el lugar de la casa de Dios el Señor, y aquí tendrá Israel el altar del holocausto.» Después de eso, David mandó reunir a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y escogió algunos de ellos como canteros, para que labraran piedras y edificaran la casa de Dios. Preparó también mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas, y mucho bronce y madera de cedro. Y es que los sidonios y los tirios habían traído a David abundante madera de cedro. Entonces dijo David: «Salomón, mi hijo, es todavía un niño de tierna edad, pero la casa que debe edificarse al Señor tiene que ser una obra excelente, de gran renombre en todo lugar. Así que voy a prepararle todo lo necesario.» Y antes de su muerte, David hizo abundantes preparativos. Llamó entonces David a Salomón, su hijo, y le mandó edificar una casa para el Señor, el Dios de Israel. Le dijo: «Hijo mío, la intención de mi corazón era edificar un templo al nombre del Señor mi Dios. Pero la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: “Tú has derramado mucha sangre; has librado muchas batallas. Es tanta la sangre que has derramado en la tierra delante de mí, que no edificarás casa a mi nombre. Pero te nacerá un hijo, el cual será un hombre de paz. Yo haré que esté en paz con todos los enemigos que lo rodean; por eso se llamará Salomón. Durante su vida yo le daré a Israel paz y reposo.

1 Crónicas 22:1-9 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Luego David dijo: «¡Este será el sitio del templo del SEÑOR Dios y el lugar del altar de las ofrendas quemadas de Israel!». De modo que David dio órdenes para reunir a los extranjeros que vivían en Israel, y les encargó la tarea de preparar piedras talladas para construir el templo de Dios. David proporcionó grandes cantidades de hierro para los clavos que se necesitarían para las puertas de las entradas y los herrajes, y dio tanto bronce que no se podía pesar. También proveyó innumerables troncos de cedro, porque los hombres de Tiro y de Sidón habían llevado grandes cantidades de cedro a David. David dijo: «Mi hijo Salomón es aún joven y sin experiencia. Ya que el templo que se edificará para el SEÑOR debe ser una estructura magnífica, gloriosa y reconocida en el mundo entero, comenzaré a hacer los preparativos desde ahora». Así que antes de morir, David reunió una enorme cantidad de materiales de construcción. Luego David mandó llamar a su hijo Salomón y le dio instrucciones para que edificara un templo para el SEÑOR, Dios de Israel. «Hijo mío, yo quería edificar un templo para honrar el nombre del SEÑOR mi Dios —le dijo David—, pero el SEÑOR me dijo: “Tú has matado a muchos hombres en las batallas que has peleado. Puesto que has derramado tanta sangre ante mis ojos, no serás tú el que edifique un templo para honrar mi nombre; pero tendrás un hijo que será un hombre de paz. Le daré paz con sus enemigos de todas las tierras vecinas. Su nombre será Salomón y, durante su reinado, yo le daré a Israel paz y tranquilidad.