1 Reyes 11:1-4
1 Reyes 11:1-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Ahora bien, además de casarse con la hija del faraón, el rey Salomón amó a muchas mujeres moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, todas ellas mujeres extranjeras que procedían de naciones de las cuales el SEÑOR había dicho a los israelitas: «No se unan a ellas ni ellas a ustedes, porque de seguro les desviarán el corazón para que sigan a otros dioses». Con tales mujeres se unió Salomón y decidió amarlas. Tuvo setecientas esposas que eran princesas y trescientas concubinas; todas estas mujeres hicieron que se desviara su corazón. En efecto, cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres le pervirtieron el corazón de modo que él siguió a otros dioses y no siempre fue fiel al SEÑOR su Dios como lo había sido su padre David.
1 Reyes 11:1-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A estas, pues, se juntó Salomón con amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.
1 Reyes 11:1-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Salomón tuvo setecientas esposas extranjeras, que eran princesas. Entre ellas estaba la hija del rey de Egipto, además de otras mujeres moabitas, amonitas, edomitas, hititas y sidonias. También tuvo trescientas mujeres, con las que vivió sin haberse casado. Dios le había dicho a los israelitas: «No se casen con mujeres extranjeras, porque ellas los harán adorar a sus dioses». Y así sucedió. Cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses. Salomón adoró a la diosa de los sidonios llamada Astarté, y construyó un lugar para adorar a dos ídolos repugnantes: Quemós, que era un dios de Moab, y Milcom, que era el dios de los amonitas. Lo construyó en la montaña que está al este de Jerusalén. También edificó lugares para que sus esposas ofrecieran animales a sus dioses y quemaran incienso. Salomón actuó mal delante de Dios y no lo obedeció; en realidad, nunca se comprometió a obedecerlo por completo, como lo había hecho David, su padre.
1 Reyes 11:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pero el rey Salomón, además de amar a la hija del faraón, se enamoró de muchas mujeres extranjeras; algunas eran de Moab, otras eran de Edom, de Sidón y de los hititas, y de todas ellas el Señor ya había advertido a los israelitas: «Ustedes no deben tener relaciones sexuales con mujeres extranjeras, ni ellas con ustedes, pues por ellas corren ustedes el riesgo de llegar a adorar a sus dioses.» Sin embargo, Salomón se enamoró de mujeres así. Tuvo setecientas mujeres a las que hizo reinas, y trescientas concubinas, y todas ellas lo hicieron extraviarse. Cuando Salomón envejeció, sus mujeres lo hicieron adorar a dioses ajenos, y a diferencia de David, su padre, su corazón dejó de ser perfecto ante el Señor su Dios.
1 Reyes 11:1-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Además de la hija del faraón, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas; es decir, mujeres de las naciones con las que el Señor había prohibido a los israelitas establecer relaciones matrimoniales porque seguramente harían que sus corazones se desviaran hacia sus dioses. Pero Salomón, enamorado, se unió con ellas. Tuvo setecientas esposas de rango real y trescientas concubinas, las cuales desviaron su corazón. Cuando Salomón ya era anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara hacia otros dioses, pues no se había entregado por completo al Señor su Dios, como lo había hecho David, su padre.
1 Reyes 11:1-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pero el rey Salomón, además de la hija de Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, de las naciones acerca de las cuales el SEÑOR había dicho a los hijos de Israel: No os uniréis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros, porque ciertamente desviarán vuestro corazón tras sus dioses. Pero Salomón se apegó a ellas con amor. Y tuvo setecientas mujeres que eran princesas y trescientas concubinas, y sus mujeres desviaron su corazón. Pues sucedió que cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no estuvo dedicado por entero al SEÑOR su Dios, como había estado el corazón de David su padre.
1 Reyes 11:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas. El SEÑOR había instruido claramente a los israelitas cuando les dijo: «No se casen con ellas, porque les desviarán el corazón hacia sus dioses». Sin embargo, Salomón se empecinó en amarlas. En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del SEÑOR. Cuando Salomón ya era anciano, ellas le desviaron el corazón para que rindiera culto a otros dioses en lugar de ser totalmente fiel al SEÑOR su Dios, como lo había sido David su padre.