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1 Reyes 15:1-24

1 Reyes 15:1-24 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

En el año dieciocho del reinado de Jeroboán, hijo de Nabat, Abías comenzó a reinar en Judá y reinó en Jerusalén tres años. Su madre era Macá, hija de Abisalón. Abías cometió todos los pecados que había cometido su padre, pues no siempre fue fiel al SEÑOR su Dios como lo había sido su antepasado David. No obstante, por consideración a David, el SEÑOR su Dios mantuvo la lámpara de David encendida en Jerusalén, dándole un hijo que lo sucediera, para fortalecer así a Jerusalén. Pues David había hecho lo que agrada al SEÑOR y en toda su vida no había dejado de cumplir ninguno de los mandamientos del SEÑOR, excepto en el caso de Urías el hitita. Durante toda la vida de Abías hubo guerra entre la casa de Roboán y la de Jeroboán. Los demás acontecimientos del reinado de Abías y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. También hubo guerra entre Abías y Jeroboán. Abías murió y fue sepultado en la Ciudad de David; su hijo Asá lo sucedió en el trono. En el año veinte de Jeroboán, rey de Israel, Asá ocupó el trono de Judá, y reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su abuela era Macá hija de Abisalón. Asá hizo lo que agrada al SEÑOR, como lo había hecho su antepasado David. Expulsó del país a los que practicaban la prostitución sagrada y acabó con todos los ídolos que sus antepasados habían fabricado. Hasta destituyó a su abuela Macá de su puesto como reina madre, porque ella había hecho una imagen repulsiva de la diosa Aserá. Asá derribó la imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón. Aunque no quitó los altares paganos, Asá se mantuvo siempre fiel al SEÑOR. Además, llevó al Templo del SEÑOR la plata, el oro y los utensilios que él y su padre habían consagrado. Durante los reinados de Asá, rey de Judá, y Basá, rey de Israel, hubo guerra entre ellos. Basá, rey de Israel, atacó a Judá y fortificó Ramá para aislar totalmente a Asá, rey de Judá. Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que habían quedado en los tesoros del Templo del SEÑOR y de su propio palacio. Luego encargó a sus funcionarios que se los llevaran a Ben Adad, hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, rey de Aram, quien gobernaba en Damasco. Y le envió este mensaje: «Hagamos un pacto tú y yo, como el que hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío un presente de oro y plata. Anula tu pacto con Basá, rey de Israel, para que se marche de aquí». Ben Adad estuvo de acuerdo con el rey Asá y envió a los comandantes de su ejército para que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistó Iyón, Dan, Abel Betmacá y todo Quinéret, además de Neftalí. Cuando Basá se enteró, dejó de fortificar Ramá y se retiró a Tirsá. Entonces el rey Asá movilizó a todo Judá, sin eximir a nadie, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera con que Basá había estado fortificando la ciudad. Con ellas el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín y también Mizpa. Los demás acontecimientos del reinado de Asá, todo su poderío y todo lo que hizo, también lo que atañe a las ciudades que edificó, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Sin embargo, en su vejez sufrió una enfermedad de los pies. Luego Asá murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David. Y su hijo Josafat lo sucedió en el trono.

1 Reyes 15:1-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Abiam comenzó a reinar cuando Jeroboam hijo de Nabat tenía ya dieciocho años de gobernar en Israel. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró tres años. Su madre se llamaba Maacá hija de Absalón. Abiam cometió los mismos pecados que había cometido su padre. No le fue fiel a Dios como lo había sido su bisabuelo David. Sin embargo, por amor a David, Dios permitió que un hijo de Abiam reinara en Jerusalén después de él, y además protegió a la ciudad de Jerusalén. Y es que David se había comportado correctamente, y en toda su vida no desobedeció a Dios en nada. El único mal que David cometió fue cuando mandó que mataran a Urías el hitita. Mientras Roboam reinó, siempre estuvo en guerra con Jeroboam. Esa guerra continuó entre Jeroboam y el reino de Abiam. Todo lo que Abiam hizo está escrito en el libro de la historia de los reyes de Judá. Cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David, y en su lugar reinó su hijo Asá. Asá comenzó a reinar cuando Jeroboam ya tenía veinte años de gobernar en Israel. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró cuarenta y un años. Su abuela fue Maacá, hija de Absalón. Asá obedeció a Dios, tal como lo había hecho su antepasado David. Asá expulsó del país a los que practicaban la prostitución en los lugares de adoración, y quitó todos los ídolos que habían hecho los reyes que gobernaron antes de él. También le quitó a su abuela Maacá su autoridad de reina madre, porque ella había hecho una imagen de la diosa Astarté. El rey Asá destruyó esa imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón. Sin embargo, Asá no quitó los pequeños templos de las colinas. A pesar de eso, Asá fue fiel a Dios durante toda su vida. También llevó al templo todos los objetos de oro y plata que tanto él como su padre le habían prometido a Dios. Cuando Baasá llegó a ser rey de Israel, estuvo siempre en guerra con Asá. En una de esas batallas, Baasá atacó a Judá y conquistó la ciudad de Ramá. Luego reforzó la vigilancia de la ciudad para impedir que el rey Asá entrara o saliera del territorio de Judá. En respuesta, Asá tomó todo el oro y la plata que había en los tesoros del templo y del palacio del rey, y se los dio a sus asistentes para que se los llevaran a Ben-hadad, rey de Siria. Este vivía en la ciudad de Damasco y era hijo de Tabrimón y nieto de Hezión. Asá le mandó este mensaje a Ben-hadad: «Hagamos un pacto tú y yo, como hicieron tu padre y el mío. Rompe el pacto que hiciste con Baasá, el rey de Israel, para que ya no pueda luchar contra mí. A cambio te envío este oro y esta plata como regalo». Ben-hadad aceptó la propuesta del rey Asá, y envió a los jefes de su ejército a pelear contra las ciudades de Israel. Así conquistó Iión, Dan, Abel-bet-maacá, toda la región de Neftalí y la región alrededor del Lago de Galilea. Cuando el rey Baasá se enteró de esto, dejó de vigilar Ramá y regresó a la ciudad de Tirsá. Entonces el rey Asá llamó a todo el pueblo de Judá para que se llevaran todas las piedras y la madera que Baasá había usado para reforzar la seguridad en Ramá. Con esas piedras y esa madera, el rey Asá reforzó la seguridad de Mispá y Gueba, ciudades de Benjamín. Todo lo que Asá hizo, su poder y las ciudades que construyó, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Judá. Siendo ya muy viejo, Asá se enfermó de los pies, y murió. Lo sepultaron en la Ciudad de David, donde estaban sus antepasados. Después, reinó en su lugar su hijo Josafat.

1 Reyes 15:1-24 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Abías comenzó a reinar sobre Judá cuando Jeroboán hijo de Nabat llevaba dieciocho años de reinar sobre Israel, y reinó en Jerusalén tres años. Su madre se llamaba Macá, y era hija de Abisalom. Y Abías cometió todos los pecados en que incurrió su padre Roboán, y su corazón no le fue fiel al Señor, como lo había sido su antepasado David. Pero Dios el Señor le concedió tener un sucesor en el trono de Jerusalén, ciudad a la que siguió sosteniendo por amor a su siervo David, pues David vivió rectamente en la presencia del Señor y nunca en su vida desobedeció ninguno de sus mandatos, salvo lo que hizo con Urías el hitita. Mientras Roboán y Jeroboán vivieron, estuvieron en constantes guerras, y también Abías entró en guerra contra Jeroboán. Todo los hechos de Abías se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Y Abías se reunió con sus antepasados y fue sepultado en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Asa. Asa comenzó a reinar sobre Judá cuando Jeroboán llevaba veinte años de reinar sobre Israel, y reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su madre se llamaba Macá, y era hija de Abisalom. Asa hizo lo recto a los ojos del Señor, como su antepasado David. Desterró del país a los que practicaban la prostitución entre hombres en los templos paganos, y derribó todos los ídolos que sus antepasados habían hecho. A Macá, su madre, le quitó el título de reina madre porque había hecho un ídolo de Asera, al cual destruyó y le prendió fuego junto al torrente de Cedrón. Y aunque no se quitaron todos los altares de los montes, durante toda su vida Asa amó al Señor con todo su corazón. Hizo que se llevara de nuevo al templo del Señor lo que su padre había consagrado, además del oro, la plata y las alhajas que él mismo dedicó. También hubo guerra entre Asa y Basá, el rey de Israel, mientras ambos vivieron. Basá se enfrentó contra el pueblo de Judá, y mandó fortificar las murallas de Ramá para que nadie pudiera entrar ni salir del reino de Asa. Al ver esto, Asa tomó el oro y la plata que aún quedaban en los tesoros del templo del Señor, junto con los tesoros del palacio real, y los entregó a sus siervos con la orden de que fueran a Damasco, donde estaba el rey Ben Adad de Siria, hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, y le dieran este mensaje: «Te propongo que tú y yo hagamos una alianza, como la que hicieron tu padre y el mío. Aquí tienes un presente de oro y plata. Da por terminado el pacto que tienes con Basá, rey de Israel. Quiero que me deje en paz.» Ben Adad estuvo de acuerdo con Asa, y ordenó a los comandantes de sus ejércitos que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistó Iyón, Dan, Abel Betmacá, y todo el territorio de Cineret y de Neftalí. Y cuando Basá supo esto, dejó de edificar la muralla de Ramá y se quedó en Tirsa. Entonces Asa convocó a todo el pueblo de Judá, sin excluir a nadie, y fueron a Ramá para quitar las piedras y la madera con las que Basá estaba construyendo, y con ese material el rey Asa reconstruyó Geba de Benjamín y Mispá. Los hechos de Asa, y el poder que tuvo y las ciudades que edificó, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Cuando Asa envejeció, se enfermó de los pies y fue a reunirse con sus antepasados y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Josafat.

1 Reyes 15:1-24 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Abiam comenzó a reinar en Judá en el año dieciocho del reinado de Jeroboam, hijo de Nabat. Reinó en Jerusalén durante tres años. Su madre se llamaba Maacá, y era hija de Absalón. Abiam cometió los mismos pecados que su padre había cometido antes que él, y su corazón no fue fiel al Señor su Dios, como lo fue el de David, antepasado suyo. Sin embargo, por consideración a David, el Señor concedió que su lámpara continuara encendida en Jerusalén, al poner a su hijo en el trono después de él y afirmar a Jerusalén; pues David se había conducido de manera digna de aprobación por parte del Señor, ya que nunca en su vida se apartó de lo que el Señor le había mandado, excepto en el asunto de Urías el hitita. Hubo guerra continuamente entre Roboam y Jeroboam mientras Roboam vivió. Y también hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. El resto de la historia de Abiam y de todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Y cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Asá. Asá comenzó a reinar en Judá en el año veinte del reinado de Jeroboam en Israel, y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su abuela se llamaba Maacá, y era hija de Absalón. Los hechos de Asá fueron buenos a los ojos del Señor, como los de su antepasado David. Echó fuera del país a los hombres que practicaban la prostitución como un culto, y quitó todos los ídolos que sus antepasados habían hecho. También quitó la categoría de reina madre a Maacá, su abuela, porque había mandado hacer una imagen de Aserá. Asá destruyó aquella imagen, y la quemó en el arroyo Cedrón. Y aunque no se quitaron los santuarios en lugares altos, Asá fue siempre fiel al Señor, y puso en el templo del Señor todo el oro y la plata que tanto él como su padre habían dedicado al Señor. Hubo guerra continuamente entre Asá y Baasá, rey de Israel. Y cuando Baasá fue a atacar a Judá, fortificó Ramá para cortarle toda comunicación al rey de Judá. Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que aún había en los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus funcionarios los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que era hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, y tenía su residencia en Damasco. También le envió este mensaje: «Hagamos tú y yo un pacto, como hicieron nuestros padres. Aquí te envío oro y plata como regalo. Rompe el pacto que tienes con Baasá, rey de Israel, y así me dejará en paz.» Ben-hadad aceptó la proposición del rey Asá y envió a los jefes de sus tropas a atacar las ciudades de Israel. Así conquistó Iión, Dan, Abel-bet-maacá, toda Quinéret y toda la región de Neftalí. Cuando Baasá lo supo, dejó de fortificar Ramá y regresó a Tirsá. Entonces el rey Asá mandó llamar a todo Judá, sin que faltara nadie, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificarla, y con ellas el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín y Mispá. El resto de la historia completa de Asá y de sus hazañas, y lo que hizo, y las ciudades que construyó, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. En su ancianidad, Asá enfermó de los pies; y cuando murió, lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Josafat.

1 Reyes 15:1-24 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá, y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre. Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén; por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo. Y hubo guerra entre Roboam, y Jeroboam todos los días de su vida. Los demás hechos de Abiam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. Y durmió Abiam con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David; y reinó Asa su hijo en su lugar. En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. Y reinó cuarenta y un años en Jerusalén; el nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. Porque quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho. También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón. Sin embargo, los lugares altos no se quitaron. Con todo, el corazón de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida. También metió en la casa de Jehová lo que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro, plata y alhajas. Hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos. Y subió Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó a Ramá, para no dejar a ninguno salir ni entrar a Asa rey de Judá. Entonces tomando Asa toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, los entregó a sus siervos, y los envió el rey Asa a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo: Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y el tuyo. He aquí yo te envío un presente de plata y de oro; ve, y rompe tu pacto con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mí. Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, y toda Cineret, con toda la tierra de Neftalí. Oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se quedó en Tirsa. Entonces el rey Asa convocó a todo Judá, sin exceptuar a ninguno; y quitaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y edificó el rey Asa con ello a Geba de Benjamín, y a Mizpa. Los demás hechos de Asa, y todo su poderío, y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Mas en los días de su vejez enfermó de los pies. Y durmió Asa con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Josafat su hijo.

1 Reyes 15:1-24 La Biblia de las Américas (LBLA)

En el año dieciocho del rey Jeroboam, hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá. Reinó tres años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Maaca, hija de Abisalom. Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y su corazón no estuvo dedicado por entero al SEÑOR su Dios, como el corazón de su padre David. Pero por amor a David, el SEÑOR su Dios le dio una lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él y sosteniendo a Jerusalén; porque David había hecho lo recto ante los ojos del SEÑOR, y no se había apartado de nada de lo que Él le había ordenado durante todos los días de su vida, excepto en el caso de Urías hitita. Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días de su vida. Los demás hechos de Abiam y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. Y durmió Abiam con sus padres y lo sepultaron en la ciudad de David; y su hijo Asa reinó en su lugar. En el año veinte de Jeroboam, rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. Reinó cuarenta y un años en Jerusalén; y el nombre de su madre era Maaca, hija de Abisalom. Asa hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, como David su padre. También expulsó de la tierra a los sodomitas de cultos paganos, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho. También quitó a Maaca su madre de ser reina madre, porque ella había hecho una horrible imagen de Asera; Asa derribó su horrible imagen y la quemó junto al torrente Cedrón. Pero los lugares altos no fueron quitados; sin embargo el corazón de Asa estuvo dedicado por entero al SEÑOR todos sus días. Y trajo a la casa del SEÑOR las cosas consagradas por su padre y sus propias cosas consagradas: plata, oro y utensilios. Y hubo guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todos sus días. Y Baasa, rey de Israel, subió contra Judá y fortificó Ramá para prevenir que nadie saliera o entrara en ayuda de Asa, rey de Judá. Entonces Asa tomó toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey, y los entregó en manos de sus siervos. Y el rey Asa los envió a Ben-adad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo: Haya alianza entre tú y yo, como hubo entre mi padre y tu padre. He aquí, te he enviado un presente de plata y de oro; ve, rompe tu alianza con Baasa, rey de Israel, para que se aparte de mí. Ben-adad escuchó al rey Asa y envió a los jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, y toda Cineret, además de toda la tierra de Neftalí. Y sucedió que cuando Baasa lo oyó, dejó de fortificar Ramá, y se quedó en Tirsa. Entonces el rey Asa hizo proclamación a todo Judá, sin excepción, y se llevaron las piedras de Ramá y la madera con que Baasa había estado edificando. Y con ellas el rey Asa fortificó Geba de Benjamín y Mizpa. Los demás hechos de Asa y todo su poderío, todo lo que hizo y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? Solo que en el tiempo de su vejez se enfermó de los pies. Y durmió Asa con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y su hijo Josafat reinó en su lugar.

1 Reyes 15:1-24 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Abiam comenzó a gobernar Judá en el año dieciocho del reinado de Jeroboam en Israel. Reinó en Jerusalén tres años. Su madre se llamaba Maaca, y era nieta de Absalón. Abiam cometió los mismos pecados que había cometido su padre antes de él, y no fue fiel al SEÑOR su Dios como lo había sido su antepasado David; pero por amor a David, el SEÑOR su Dios permitió que sus descendientes siguieran gobernando —brillando como una lámpara—, y le dio un hijo a Abiam para que reinara en Jerusalén después de él. Pues David había hecho lo que era agradable a los ojos del SEÑOR y obedeció los mandatos del SEÑOR durante toda su vida, menos en el asunto de Urías el hitita. Hubo guerra entre Abiam y Jeroboam durante todo el reinado de Abiam. Los demás acontecimientos del reinado de Abiam y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá. Hubo guerra constante entre Abiam y Jeroboam. Cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Luego su hijo Asa lo sucedió en el trono. Asa comenzó a gobernar Judá en el año veinte del reinado de Jeroboam en Israel. Reinó en Judá cuarenta y un años. Su abuela era Maaca, nieta de Absalón. Asa hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR, igual que su antepasado David. Expulsó de la tierra a los prostitutos y prostitutas de los santuarios paganos, y se deshizo de todos los ídolos que habían hecho sus antepasados. Hasta quitó a su abuela Maaca de su puesto de reina madre, porque ella había hecho un poste obsceno dedicado a la diosa Asera. Derribó el poste obsceno y lo quemó en el valle de Cedrón. Aunque no se quitaron los santuarios paganos, el corazón de Asa se mantuvo totalmente fiel al SEÑOR durante toda su vida. Llevó al templo del SEÑOR la plata, el oro y los diversos objetos que él y su padre habían dedicado. Hubo guerra constante entre Asa, rey de Judá, y Baasa, rey de Israel. El rey Baasa, de Israel, invadió Judá y fortificó Ramá, para que nadie pudiera entrar ni salir del territorio del rey Asa en Judá. En respuesta, Asa tomó toda la plata y todo el oro que quedaban en los tesoros del templo del SEÑOR y del palacio real, y encargó a unos de sus funcionarios que le enviaran todo a Ben-adad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Aram, que gobernaba en Damasco, junto con el siguiente mensaje: «Hagamos un tratado, tú y yo, como hicieron tu padre y mi padre. Mira, te envío de regalo plata y oro. Rompe el tratado con el rey Baasa de Israel, para que me deje en paz». Ben-adad aceptó la propuesta del rey Asa y envió a los comandantes de su ejército a atacar las ciudades de Israel. Ellos conquistaron las ciudades de Ijón, Dan, Abel-bet-maaca, toda Cineret y toda la tierra de Neftalí. Apenas Baasa de Israel se enteró de lo que ocurría, abandonó el proyecto de fortificar Ramá y se retiró a Tirsa. Entonces el rey Asa mandó una orden por todo Judá mediante la cual exigía que toda persona, sin excepción, ayudara a transportar las piedras de construcción y la madera que Baasa estaba usando para fortificar Ramá. Asa empleó esos mismos materiales para fortificar la ciudad de Geba en Benjamín y la ciudad de Mizpa. Los demás acontecimientos del reinado de Asa —el alcance de su poder, todo lo que hizo y los nombres de las ciudades que construyó— están registrados en El libro de la historia de los reyes de Judá. En su vejez se enfermó de los pies. Cuando Asa murió, lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Luego Josafat, hijo de Asa, lo sucedió en el trono.