2 Reyes 9:31-37
2 Reyes 9:31-37 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Al entrar Jehú por la puerta de la ciudad, ella preguntó: —¿Cómo estás, Zimri, asesino de tu señor? Levantando la vista hacia la ventana, Jehú gritó: —¿Quién está de mi parte? ¿Quién? Entonces se asomaron dos o tres oficiales y Jehú les ordenó: —¡Arrójenla de allí! Así lo hicieron y su sangre salpicó la pared y a los caballos que la pisotearon. Luego Jehú se sentó a comer y beber y dio esta orden: —Ocúpense de esa maldita mujer; denle sepultura, pues era hija de un rey. Pero cuando fueron a enterrarla, no encontraron más que el cráneo, los pies y las manos. Así que volvieron para informarle a Jehú y este comentó: —Se ha cumplido la palabra que el SEÑOR dio a conocer por medio de su siervo Elías el tisbita, que dijo: “En el campo de Jezrel los perros se comerán a Jezabel”. De hecho, el cadáver de Jezabel será como estiércol en el campo de Jezrel y nadie podrá identificarla ni decir: “Esta era Jezabel”.
2 Reyes 9:31-37 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando Jehú llegó a la entrada de la ciudad, Jezabel le dijo: —¿Cómo estás? Eres como Zimrí, un asesino de tu rey. Jehú miró hacia la ventana y preguntó: —¿Quién está de mi parte? ¿Quién? Dos o tres oficiales del palacio se asomaron para verlo. Jehú les dijo: —¡Échenla abajo! Entonces ellos la arrojaron por la ventana. Su sangre salpicó la pared y a los caballos, los cuales pisotearon su cuerpo. Después Jehú fue a comer y beber, y al terminar ordenó: «Ocúpense del cadáver de esa maldita mujer. Entiérrenla, porque era hija de un rey». Pero cuando fueron a sepultarla, solo encontraron los huesos de su cabeza y de sus pies, y las palmas de sus manos. Cuando regresaron y se lo contaron a Jehú, él dijo: «Sucedió tal como lo había anunciado Dios por medio de su servidor Elías, el de Tisbé. Él dijo que los perros se comerían el cuerpo de Jezabel en el campo de Jezreel. También dijo que su cadáver sería como estiércol de animal sobre la tierra de Jezreel, para que nadie pudiera decir que allí están los restos de Jezabel».
2 Reyes 9:31-37 Reina Valera Contemporánea (RVC)
En el momento en que Jehú entró a la ciudad, ella gritó: «¿Cómo le va a Zimri, asesino de su rey?» Jehú levantó la vista hacia la ventana, y dijo: «¿Hay alguien ahí que esté de mi parte?» Dos o tres eunucos se inclinaron hacia él, y él les dijo: «¡Arrójenla al suelo!» Ellos la lanzaron por la ventana, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y Jehú la arrolló. Luego, entró y comió y bebió, y más tarde dijo: «Ahora vayan a ver a esa maldita mujer, y sepúltenla, pues es hija de un rey.» Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, los pies y las palmas de las manos. Volvieron entonces a decirle esto a Jehú, y él sentenció: «Esta es la palabra de Dios, pronunciada por medio de su siervo, Elías el tisbita, cuando dijo: “En el campo de Jezrel los perros se comerán el cuerpo de Jezabel. Allí, en el campo de Jezrel, el cuerpo de Jezabel será semejante al estiércol en el suelo, de modo que nadie podrá reconocerla.”»
2 Reyes 9:31-37 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Y cuando Jehú llegó a la entrada de la ciudad, ella le dijo: —¿Cómo estás, Zimrí, asesino de tu señor? Jehú miró hacia la ventana, y dijo: —¿Quién está de mi parte? Dos o tres oficiales de palacio se asomaron a verlo, y Jehú les ordenó: —¡Échenla abajo! Ellos la echaron abajo, y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, los cuales pisotearon a Jezabel. Luego Jehú se fue a comer y beber. Más tarde, Jehú ordenó: —Encárguense de esa maldita mujer, y entiérrenla; porque después de todo era hija de un rey. Pero cuando fueron a enterrarla, solo encontraron de ella el cráneo, los pies y las palmas de las manos. Entonces regresaron a comunicárselo a Jehú, y Jehú comentó: —Ya el Señor había dicho por medio de su siervo Elías, el de Tisbé, que los perros se comerían el cuerpo de Jezabel en el campo de Jezreel, y que su cadáver quedaría esparcido, como estiércol, sobre el terreno del campo de Jezreel, hasta el punto de que nadie podría reconocer sus restos.
2 Reyes 9:31-37 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor? Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se inclinaron hacia él dos o tres eunucos. Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron; y parte de su sangre salpicó en la pared, y en los caballos; y él la atropelló. Entró luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora a ver a aquella maldita, y sepultadla, pues es hija de rey. Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos. Y volvieron, y se lo dijeron. Y él dijo: Esta es la palabra de Dios, la cual él habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel, y el cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.
2 Reyes 9:31-37 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Le va bien a Zimri, asesino de tu señor? Entonces él alzó su rostro hacia la ventana y dijo: ¿Quién está conmigo? ¿Quién? Y dos o tres oficiales se asomaron desde arriba. Y él dijo: Echadla abajo. Y la echaron abajo y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y él la pisoteó. Cuando él entró, comió y bebió; entonces dijo: Encargaos ahora de esta maldita y enterradla, pues es hija de rey. Y fueron para enterrarla, pero de ella no encontraron más que el cráneo, los pies y las palmas de sus manos. Entonces, volvieron y se lo hicieron saber a Jehú. Y él dijo: Esta es la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: «En la parcela de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel; y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la parcela de Jezreel, para que no puedan decir: “Esta es Jezabel” ».
2 Reyes 9:31-37 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cuando Jehú entró por la puerta del palacio, ella le gritó: «¿Has venido en son de paz, asesino? ¡Tú eres igual a Zimri, quien mató a su amo!». Jehú levantó la vista, la vio en la ventana y gritó: «¿Quién está de mi lado?». Entonces dos o tres eunucos se asomaron a verlo. «¡Tírenla abajo!», gritó Jehú. Así que la arrojaron por la ventana, y su sangre salpicó la pared y los caballos; y Jehú pisoteó el cuerpo de Jezabel con las patas de sus caballos. Luego Jehú entró al palacio, comió y bebió. Después de un rato dijo: «Que alguien se encargue de enterrar a esa maldita mujer, porque era hija de un rey»; pero cuando fueron a enterrarla, solo encontraron el cráneo, los pies y las manos. Cuando regresaron y le contaron a Jehú, él declaró: «Eso cumple el mensaje que el SEÑOR dio por medio de su siervo Elías de Tisbé, quien dijo: “Los perros se comerán el cuerpo de Jezabel en la parcela de Jezreel. Sus restos quedarán desparramados como estiércol en la parcela de Jezreel, para que nadie pueda reconocerla”».