2 Samuel 6:20
2 Samuel 6:20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
También David se fue a su casa, y al llegar empezó a bendecir a su familia. Pero Mical le dijo: —¡Hoy has hecho el ridículo! No te has portado a la altura de un rey. Con los saltos que dabas, hasta la última de tus sirvientas te vio el trasero. ¡Realmente te has portado como una persona vulgar y sin vergüenza!
2 Samuel 6:20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!
2 Samuel 6:20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, salió al encuentro y le reprochó: —¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel desnudándose como un cualquiera en presencia de las esclavas de sus oficiales!
2 Samuel 6:20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
David se dirigió entonces a su casa, para bendecirla, pero Mical salió a recibirlo y le dijo: «¡Qué bien ha quedado el rey de Israel, al dejar al descubierto sus intimidades frente a las criadas de sus sirvientes! ¡Tal desfachatez solo es propia de un hombre cualquiera!»
2 Samuel 6:20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
También David volvió a su casa para bendecir a su familia; pero Mical, la hija de Saúl, salió a recibirlo y le dijo: —¡Qué bien ha quedado hoy el rey de Israel, mostrándose delante de las esclavas de sus criados como un desvergonzado cualquiera!
2 Samuel 6:20 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pero al regresar David para bendecir su casa, Mical, hija de Saúl, salió al encuentro de David, y le dijo: ¡Cómo se ha distinguido hoy el rey de Israel! Se descubrió hoy ante los ojos de las criadas de sus siervos, como se descubriría sin decoro un insensato.
2 Samuel 6:20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cuando David regresó a su hogar para bendecir a su propia familia, Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo indignada: —¡Qué distinguido se veía hoy el rey de Israel, exhibiéndose descaradamente delante de las sirvientas tal como lo haría cualquier persona vulgar!