Hechos 12:11-19
Hechos 12:11-19 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar. Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.
Hechos 12:11-19 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Entonces Pedro volvió en sí y se dijo: «Ahora estoy completamente seguro de que el Señor ha enviado a su ángel para librarme del poder de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba». Cuando cayó en cuenta de esto, fue a casa de María, la madre de Juan, también llamado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando. Llamó a la puerta de la calle y salió a responder una criada llamada Rode. Al reconocer la voz de Pedro, se puso tan contenta que volvió corriendo sin abrir. —¡Pedro está a la puerta! —exclamó. —¡Estás loca! —le dijeron. Ella insistía en que así era, pero los otros decían: —Debe de ser su ángel. Entre tanto, Pedro seguía llamando. Cuando abrieron la puerta y lo vieron, quedaron pasmados. Con la mano Pedro hizo señas de que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. —Cuéntenles esto a Santiago y a los hermanos —dijo. Luego salió y se fue a otro lugar. Al amanecer se produjo un gran alboroto entre los soldados respecto al paradero de Pedro. Herodes hizo averiguaciones, pero al no encontrarlo, tomó declaración a los guardias y mandó matarlos. Después viajó de Judea a Cesarea y se quedó allí.
Hechos 12:11-19 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pedro entendió entonces lo que le había pasado, y dijo: «Esto es verdad. Dios envió a un ángel para librarme de todo lo malo que Herodes Agripa y los judíos querían hacerme.» Enseguida Pedro se fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, pues muchos de los seguidores de Jesús estaban orando allí. Pedro llegó a la entrada de la casa y llamó a la puerta. Una sirvienta llamada Rode salió a ver quién llamaba. Al reconocer la voz de Pedro, fue tanta su alegría que, en vez de abrir la puerta, se fue corriendo a avisarles a los demás. Todos le decían que estaba loca, pero como ella insistía en que Pedro estaba a la puerta, pensaron entonces que tal vez había visto a un ángel. Mientras tanto, Pedro seguía llamando a la puerta. Cuando finalmente le abrieron, todos se quedaron sorprendidos de verlo allí. Pedro les hizo señas para que se callaran, y empezó a contarles cómo Dios lo había sacado de la cárcel. También les dijo: «Vayan y cuenten esto a Jacobo y a los demás seguidores de Jesús.» Luego se despidió de todos, y se fue a otro pueblo. Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados. Ninguno sabía lo que había pasado, pero todos preguntaban: «¿Dónde está Pedro?» El rey Herodes Agripa ordenó a sus soldados que buscaran a Pedro, pero ellos no pudieron encontrarlo. Entonces Herodes les echó la culpa y mandó que los mataran. Después de esto, Herodes salió de Judea y se fue a vivir por un tiempo en Cesarea.
Hechos 12:11-19 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Entonces Pedro volvió en sí, y dijo: «Ahora me doy cuenta de que en verdad el Señor envió su ángel para librarme de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba hacer.» Mientras pensaba así, llegó a casa de María, la madre de Juan, a quien todos conocían como Marcos. Muchos hermanos se habían reunido allí para orar. Cuando Pedro llamó a la puerta del patio, una muchacha llamada Rode salió a ver quién llamaba, y al reconocer la voz de Pedro se puso tan alegre que no abrió, sino que corrió a decir que Pedro estaba a la puerta. Ellos le dijeron que estaba loca. Pero ante su insistencia, ellos dijeron: «¡Ha de ser su ángel!» Mientras tanto, Pedro seguía llamando; así que cuando abrieron y lo vieron, se quedaron atónitos. Pero Pedro les hizo señas con la mano para que callaran, y entonces les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: «Digan esto a Jacobo y a los hermanos.» Luego salió, y se fue a otro lugar. Cuando amaneció, hubo mucho alboroto entre los soldados, pues no sabían qué había pasado con Pedro. Herodes lo buscó y, como no lo halló, hizo interrogar a los guardias y luego ordenó que los mataran. Después de eso, Herodes salió de Judea y se fue a Cesarea, donde se quedó.
Hechos 12:11-19 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pedro comprendió entonces, y dijo: «Ahora veo que verdaderamente el Señor ha enviado a su ángel para librarme de Herodes y de todo lo que los judíos querían hacerme.» Al darse cuenta de esto, Pedro se fue a casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchas personas estaban reunidas en oración. Llamó a la puerta de la calle, y una muchacha llamada Rode salió a ver quién era. Al reconocer la voz de Pedro, fue tanta su alegría que, en vez de abrir, corrió adentro a avisar que Pedro estaba a la puerta. Le dijeron: —¡Estás loca! Pero ella aseguraba que era cierto. Ellos decían: —No es él; es su ángel. Mientras tanto, Pedro seguía llamando a la puerta. Y cuando abrieron y lo vieron, se asustaron. Pero él, con la mano, les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió: —Cuenten esto a Santiago y a los hermanos. Luego salió y se fue a otro lugar. Cuando amaneció, se produjo una gran confusión entre los soldados, porque no sabían qué había pasado con Pedro. Herodes ordenó buscarlo, pero como no lo pudo encontrar, hizo responsables a los guardias y los mandó matar. Después de esto, Herodes salió de Judea y se fue a vivir a Cesarea.
Hechos 12:11-19 La Biblia de las Américas (LBLA)
Cuando Pedro volvió en sí, dijo: Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos. Al darse cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchos estaban reunidos y oraban. Y cuando llamó a la puerta de la entrada, una sirvienta llamada Rode salió a ver quién era. Al reconocer la voz de Pedro, de alegría no abrió la puerta, sino que corrió adentro y anunció que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: ¡Estás loca! Pero ella insistía en que así era. Y ellos decían: Es su ángel. Mas Pedro continuaba llamando; y cuando ellos abrieron, lo vieron y se asombraron. Y haciéndoles señal con la mano para que guardaran silencio, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y les dijo: Informad de estas cosas a Jacobo y a los hermanos. Entonces salió, y se fue a otro lugar. Cuando se hizo de día, hubo un alboroto no pequeño entre los soldados sobre qué habría sido de Pedro. Y Herodes, después de buscarlo y no encontrarlo, interrogó a los guardias y ordenó que los llevaran para ejecutarlos. Después descendió de Judea a Cesarea, y se quedó allí por un tiempo.
Hechos 12:11-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Finalmente Pedro volvió en sí. «¡De veras es cierto! —dijo—. ¡El Señor envió a su ángel y me salvó de Herodes y de lo que los líderes judíos tenían pensado hacerme!». Cuando se dio cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde muchos se habían reunido para orar. Tocó a la puerta de entrada, y una sirvienta llamada Rode fue a abrir. Cuando ella reconoció la voz de Pedro, se alegró tanto que, en lugar de abrir la puerta, corrió hacia adentro y les dijo a todos: —¡Pedro está a la puerta! —¡Estás loca! —le dijeron. Como ella insistía, llegaron a la conclusión: «Debe ser su ángel». Mientras tanto, Pedro seguía tocando. Cuando por fin abrieron la puerta y lo vieron, quedaron asombrados. Él les hizo señas para que se callaran y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. «Díganles a Santiago y a los demás hermanos lo que pasó», dijo. Y después se fue a otro lugar. Al amanecer, hubo un gran alboroto entre los soldados por lo que había sucedido con Pedro. Herodes Agripa ordenó que se hiciera una búsqueda exhaustiva para encontrar a Pedro. Como no pudieron encontrarlo, Herodes interrogó a los guardias y luego los condenó a muerte. Después Herodes se fue de Judea para quedarse en Cesarea por un tiempo.