Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Deuteronomio 19:1-21

Deuteronomio 19:1-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Moisés continuó diciendo: «Nuestro Dios va a destruir a la gente que ahora vive en el territorio que va a darles. Ustedes serán los nuevos dueños de las ciudades y las casas de esa gente. Cuando suceda esto, deberán apartar tres ciudades y arreglar el camino que lleva hasta ellas. »Luego dividirán el país en tres regiones; una por cada ciudad. Así, cualquiera que sin quererlo mate a otra persona podrá ir a refugiarse en cualquiera de esas tres ciudades. Seguramente los familiares del muerto lo buscarán para vengarse, pero el que mató deberá probar que el muerto no era su enemigo, sino que todo fue un accidente. »Supongamos que dos leñadores salen al bosque y que, al cortar leña, el hacha se le zafa a uno de ellos, y golpea a su compañero. Si a causa del golpe el otro muere, el que lo mató podrá refugiarse en una de esas ciudades. Si esas ciudades no estuvieran cerca, los familiares del muerto podrían alcanzar y matar al compañero, sin tomar en cuenta que todo fue un accidente. Por eso les mando apartar esas tres ciudades. »Si ustedes me hacen caso, y aman y obedecen a nuestro Dios, él les dará todo el territorio que prometió a sus antepasados. Cuando ya lo hayan recibido y ocupado, deberán apartar otras tres ciudades, para que sirvan de refugio. Así ninguno de ustedes será culpable de la muerte de un inocente. »Ahora bien, supongamos que una persona odia a otra, y que la espera en un lugar alejado para atacarla y matarla cuando esta pase. Si el asesino huye y busca refugio en una de estas ciudades, los líderes de la ciudad a la que él pertenece mandarán traerlo, para que sea entregado a los familiares del muerto y se le condene a muerte. »No perdonen a ningún asesino. No permitan que en Israel muera gente inocente. Así les irá bien en todo lo que hagan. »En el país que Dios va a darles, deberán respetar los límites de la propiedad de cada persona. Esos límites fueron establecidos hace mucho tiempo. »Para acusar a alguien de haber cometido un crimen será necesario que se presenten dos o tres testigos. La acusación de un solo testigo no tendrá ningún valor. »Si alguien es acusado de haber cometido un crimen, y uno de los testigos miente, entonces el testigo y el acusado deberán ir al Santuario y presentarse ante los sacerdotes y jueces. Estos investigarán el asunto con mucho cuidado, y si descubren que el testigo está mintiendo, ordenarán que el testigo reciba el mismo castigo que pedía para el acusado. Cobren ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, y vida por vida. No perdonen a nadie que cometa una falta. Si cumplen con estas instrucciones, nadie cometerá ninguna maldad, pues todos tendrán miedo de acusar a otro falsamente».

Deuteronomio 19:1-21 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Cuando Jehová tu Dios destruya a las naciones cuya tierra Jehová tu Dios te da a ti, y tú las heredes, y habites en sus ciudades, y en sus casas; te apartarás tres ciudades en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas. Arreglarás los caminos, y dividirás en tres partes la tierra que Jehová tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida huya allí. Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y este muriere; aquel huirá a una de estas ciudades, y vivirá; no sea que el vengador de la sangre, enfurecido, persiga al homicida, y le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado a muerte por cuanto no tenía enemistad con su prójimo anteriormente. Por tanto yo te mando, diciendo: Separarás tres ciudades. Y si Jehová tu Dios ensanchare tu territorio, como lo juró a tus padres, y te diere toda la tierra que prometió dar a tus padres, siempre y cuando guardares todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra; que ames a Jehová tu Dios y andes en sus caminos todos los días; entonces añadirás tres ciudades más a estas tres, para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad, y no seas culpado de derramamiento de sangre. Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se levantare contra él y lo hiriere de muerte, y muriere; si huyere a alguna de estas ciudades, entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera. No le compadecerás; y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien. En la heredad que poseas en la tierra que Jehová tu Dios te da, no reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron los antiguos. No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Solo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación. Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jehová, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. Y no le compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Deuteronomio 19:1-21 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Cuando el SEÑOR tu Dios haya destruido a las naciones cuyo territorio va a entregarte, y tú las hayas expulsado y te hayas establecido en sus ciudades y en sus casas, apartarás tres ciudades en medio de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión. Dividirás en tres partes la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por herencia, y construirás caminos para que cualquiera que haya matado a alguien pueda ir a refugiarse en ellas. En cuanto al homicida que llegue allí a refugiarse, solo se salvará el que haya matado a su prójimo sin premeditación ni rencor alguno. Por ejemplo, si un hombre va con su prójimo al bosque a cortar leña, y al dar el hachazo para cortar un árbol el hierro se desprende y golpea a su prójimo y lo mata, tal hombre podrá refugiarse en una de esas ciudades y ponerse a salvo. Es necesario evitar grandes distancias, para que el enfurecido vengador del delito de sangre no le dé alcance y lo mate; aquel hombre no merece la muerte, puesto que mató a su prójimo sin premeditación. Por eso te ordeno apartar tres ciudades. Si el SEÑOR tu Dios extiende tu territorio, como se lo juró a tus antepasados, y te da toda la tierra que te prometió, y si tú obedeces todos estos mandamientos que hoy te ordeno, y amas al SEÑOR tu Dios y andas siempre en sus caminos, entonces apartarás tres ciudades más. De este modo, no se derramará sangre inocente en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por herencia, y tú no serás culpable de homicidio. Pero si un hombre odia a su prójimo y le prepara una emboscada, lo asalta, lo mata y luego busca refugio en una de esas ciudades, los jefes de su ciudad mandarán arrestarlo y lo entregarán al vengador para que lo mate. No le tendrás lástima, porque así evitarás que Israel sea culpable de que se derrame sangre inocente y a ti te irá bien. Cuando ocupes el territorio que el SEÑOR tu Dios te da como herencia, no reduzcas el límite de la propiedad de tu prójimo, la que hace mucho tiempo fue señalada. Un solo testigo no bastará para condenar a un hombre acusado de cometer algún crimen o delito. Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos. Si un testigo falso acusa a alguien de un crimen, las dos personas involucradas en la disputa se presentarán ante el SEÑOR, en presencia de los sacerdotes y de los jueces que estén en funciones. Los jueces harán una investigación minuciosa y, si comprueban que el testigo miente y que es falsa la declaración que ha dado contra su hermano, entonces le harán a él lo mismo que se proponía hacerle a su hermano. Así erradicarás el mal que haya en medio de ti. Y cuando todos los demás oigan esto, tendrán temor y nunca más se hará semejante maldad en el país. No le tengas lástima a nadie. Cobra vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie.

Deuteronomio 19:1-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)

»Cuando el Señor tu Dios haya destruido a las naciones cuya tierra el Señor tu Dios te da en posesión, y tú la hayas ocupado y habites en sus ciudades y en sus casas; en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión apartarás tres ciudades. Dividirás en tres partes la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, y arreglarás los caminos para que todo homicida pueda huir a ellas. »Estas son las reglas para el homicida que huya a ellas: vivirá el que, sin proponérselo y sin antes haber tenido enemistad con su prójimo, lo hiera de muerte. Por ejemplo, si va al monte a cortar leña en compañía de su prójimo y, al soltar el golpe con el hacha para cortar algún árbol, esta se suelta del mango y golpea a su prójimo y este muere; entonces podrá huir a una de estas ciudades, y quedar con vida. De lo contrario, si el camino es largo, el que quiera vengar al muerto podría perseguir al homicida y alcanzarlo y, enfurecido, herirlo de muerte, cuando en realidad no merecía morir porque nunca antes medió enemistad con su prójimo. »Por lo tanto, yo te mando que apartes tres ciudades. Y si el Señor tu Dios ensancha tu territorio, como se lo juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres, entonces a estas tres ciudades añadirás tres más, siempre y cuando cumplas todos estos mandamientos que hoy te prescribo, y los pongas por obra, y ames al Señor tu Dios y vayas siempre por sus caminos. Así no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión, ni serás culpado de derramar sangre. »Pero si alguien aborrece a su prójimo y lo acecha, y se levanta contra él y le quita la vida, aunque huya a alguna de estas ciudades los ancianos de su ciudad mandarán sacarlo de allí, y lo entregarán al vengador del homicidio para que lo mate. No lo compadezcas, sino quita de Israel al que derrame sangre inocente. Así te irá bien. »Cuando tomes posesión de la tierra que el Señor tu Dios te da, no reduzcas los linderos de la propiedad de tu prójimo, que tus antepasados fijaron. »En caso de algún delito o pecado relacionado con alguna ofensa cometida, no se tomará en cuenta contra nadie a un solo testigo. La acusación se mantendrá solo por el testimonio de dos o tres testigos. »Cuando algún testigo acuse falsamente a alguien, las dos partes se presentarán delante del Señor, y delante de los sacerdotes y jueces que en esos días estén en funciones. Los jueces investigarán el caso, y si el testigo resulta ser falso, y falsamente acusa a su hermano, entonces se hará con él lo que él había pensado hacer con su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti, y el resto de la gente se enterará y temerá, y no se volverá a cometer una maldad semejante en tu medio. »No tengas compasión de nadie. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Deuteronomio 19:1-21 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

»Cuando el Señor su Dios haya destruido a las naciones y les dé a ustedes posesión de las tierras que ahora son de ellas, y ustedes ocupen sus ciudades y sus casas, apartarán tres ciudades del país que el Señor su Dios les da en propiedad, y arreglarán el camino que lleva a ellas. Además, dividirán en tres partes el territorio que el Señor su Dios les da en posesión, para que todo aquel que mate a una persona pueda refugiarse en cualquiera de ellas. El que mató podrá huir allí y salvar su vida, si demuestra que lo hizo sin intención y sin que hubiera enemistad entre ellos. Por ejemplo, si alguien va con su compañero al bosque a cortar leña y, al dar el hachazo, se le escapa el hacha del mango y alcanza a su compañero y lo mata, podrá huir a una de esas ciudades, y de esta manera salvará su vida. De lo contrario, si el camino es largo, un pariente cercano del muerto, que quiera vengarlo, perseguirá con rabia al que lo mató y puede alcanzarlo y matarlo, cuando en realidad no merecía la muerte, puesto que nunca antes fueron enemigos. Por eso les mando que aparten tres ciudades, y cuando el Señor su Dios agrande el territorio de ustedes y les dé toda la tierra, tal como lo prometió a los antepasados de ustedes, entonces añadirán ustedes otras tres ciudades de refugio a las tres que ya tenían (siempre y cuando pongan en práctica estos mandamientos que hoy les doy, o sea, que amen al Señor su Dios y sigan siempre sus caminos). De esta manera no se derramará sangre inocente dentro de este país que el Señor su Dios les da en propiedad, ni caerá sobre ustedes la responsabilidad de ninguna muerte. »Pero si un hombre es enemigo de otro y le sigue los pasos, y llegada la ocasión se lanza sobre él y lo mata, y huye después a una de las ciudades de refugio, entonces los ancianos de su ciudad darán la orden de que se le arreste y se le entregue en manos del pariente más cercano del muerto, para que sea condenado a muerte. No le tengan compasión, y así evitarán que se derrame sangre inocente en Israel. Entonces todas las cosas les saldrán bien. »En el país que el Señor su Dios les va a dar, respetarán los límites de la propiedad de su vecino, tal como fueron fijados en tiempos pasados. »La acusación de un solo testigo no será suficiente para demostrar que una persona ha cometido un crimen, delito o falta. Solo valdrá la acusación cuando la presenten dos o tres testigos. »Si algún malvado se presenta como testigo falso contra alguien, y lo acusa de haber cometido un delito, entonces las dos personas en pleito se presentarán ante el Señor y ante los sacerdotes y jueces que en aquellos días estén en funciones. Los jueces examinarán el caso con toda atención, y si resulta falsa la declaración presentada por el testigo contra la otra persona, se le hará sufrir la misma sentencia que él quería para el otro. Así acabarán con la maldad que haya en medio de ustedes. Y cuando los demás lo sepan, tendrán miedo y ya no se atreverán a cometer una acción tan mala. No tengan compasión: cobren vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Deuteronomio 19:1-21 La Biblia de las Américas (LBLA)

Cuando el SEÑOR tu Dios destruya las naciones cuya tierra el SEÑOR tu Dios te da, y las desalojes, y habites en sus ciudades y en sus casas, te reservarás tres ciudades en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión. Prepararás los caminos, y dividirás en tres partes el territorio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te dé en posesión, para que huya allí todo homicida. Y este será el caso del homicida que huya allí y viva: cuando mate a su amigo sin querer, sin haberlo odiado anteriormente (como cuando un hombre va al bosque con su amigo para cortar leña, y su mano blande el hacha para cortar el árbol, y el hierro salta del mango y golpea a su amigo, y este muere), él puede huir a una de estas ciudades y vivir; no sea que el vengador de la sangre en el furor de su ira persiga al homicida, y lo alcance porque el camino es largo, y le quite la vida aunque él no merecía la muerte, porque no lo había odiado anteriormente. Por tanto, te mando, diciendo: Reservarás para ti tres ciudades. Y si el SEÑOR tu Dios ensancha tu territorio, como ha jurado a tus padres, y te da toda la tierra que ha prometido dar a tus padres (si guardas cuidadosamente todos estos mandamientos que te mando hoy, de amar al SEÑOR tu Dios y de andar siempre en sus caminos), entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tres. Para que no se derrame sangre inocente en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y no seas culpable de derramar sangre. Pero si hay un hombre que odia a su prójimo, y acechándolo, se levanta contra él, lo hiere, y este muere, y después él huye a una de estas ciudades, entonces los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que muera. No tendrás piedad de él; mas limpiarás de Israel la sangre del inocente, para que te vaya bien. No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da en posesión. No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos. Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de transgresión, los dos litigantes se presentarán delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días. Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti. Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Deuteronomio 19:1-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

»Cuando el SEÑOR tu Dios destruya a las naciones que ahora ocupan el territorio que él está por entregarte, tomarás para ti las tierras y te establecerás en las ciudades y en las casas de esas naciones. Luego deberás apartar tres ciudades de refugio en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Estudia el territorio y divide en tres regiones esa tierra que el SEÑOR tu Dios te da, de modo que haya una de las ciudades en cada región. Entonces cualquier persona que haya matado a otra podrá huir a una de las ciudades de refugio para ponerse a salvo. »Si un individuo mata a otro accidentalmente y sin enemistad previa, el responsable de la muerte podrá huir a cualquiera de esas ciudades para vivir a salvo. Por ejemplo, supongamos que una persona va con un vecino a cortar leña al bosque, y cuando uno de los dos levanta el hacha para cortar un árbol, la cabeza del hacha se desprende del mango y mata a la otra persona. En tales casos, el responsable de la muerte puede huir a una de las ciudades de refugio para vivir a salvo. »Si la ciudad de refugio más cercana quedara demasiado lejos, un vengador enfurecido podría rastrear al que causó la muerte y quitarle la vida. En ese caso, la persona moriría injustamente, porque nunca antes había mostrado enemistad hacia el muerto. Por esa razón, te ordeno que apartes tres ciudades de refugio. »Si el SEÑOR tu Dios extiende tu territorio como les juró a tus antepasados y te entrega toda la tierra que les prometió, deberás designar otras tres ciudades de refugio adicionales. (Él te dará esa tierra si te aseguras de obedecer todos los mandatos que te di, es decir, si siempre amas al SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos). De esa manera, evitarás que mueran personas inocentes en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como tu preciada posesión. Entonces no serás responsable de la muerte de inocentes. »Pero supongamos que alguien está enemistado con un vecino y le tiende una emboscada a propósito y lo mata, y luego huye a una de las ciudades de refugio. En ese caso, los ancianos de la ciudad del asesino enviarán representantes a la ciudad de refugio para traerlo de regreso y entregarlo al vengador del muerto para que le quite la vida. ¡No sientas lástima por ese asesino! Limpia a Israel de la culpa de asesinar a personas inocentes; entonces todo te saldrá bien. »Cuando llegues a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como preciada posesión, nunca le robes terreno a otro cambiando de lugar los límites de propiedad que tus antepasados establecieron. »No condenes a nadie por algún crimen o delito basado en el testimonio de un solo testigo. Los hechos del caso deben ser establecidos por el testimonio de dos o tres testigos. »Si un testigo malicioso se presenta y acusa a alguien de haber cometido algún crimen o delito, tanto el que acusa como el acusado deberán presentarse ante el SEÑOR al acudir a los sacerdotes y a los jueces que estén en ejercicio en esos días. Los jueces tendrán que investigar el caso a fondo. Si el acusador presentara cargos falsos contra otro israelita, le impondrás a él la sentencia que pretendía para la otra persona. De ese modo, limpiarás esa maldad que hay en medio de ti. Entonces el resto del pueblo se enterará del caso y tendrá temor de cometer semejante maldad. ¡No muestres compasión por el culpable! La regla que seguirás es vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.