Eclesiastés 1:5-14
Eclesiastés 1:5-14 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Sale el sol, se pone el sol; afanoso vuelve a su punto de origen para de allí volver a salir. Dirigiéndose al sur o girando hacia el norte, sin cesar gira el viento y de nuevo vuelve a girar. Todos los ríos van a dar al mar, pero el mar jamás se llena. A su punto de origen vuelven los ríos, para de allí volver a fluir. Todas las cosas cansan más de lo que es posible expresar. Ni se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír. Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a hacer. ¡No hay nada nuevo bajo el sol! Hay quien llega a decir: «¡Mira que esto sí es una novedad!». Pero eso ya existía desde siempre, entre aquellos que nos precedieron. Nadie se acuerda de las generaciones anteriores, como nadie se acordará de las últimas. ¡No habrá memoria de ellos entre los que habrán de sucedernos! Yo, el Maestro, reiné en Jerusalén sobre Israel. Y me dediqué de lleno a explorar e investigar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo. ¡Penosa tarea ha impuesto Dios al género humano para abrumarlo con ella! Y he observado todo cuanto se hace bajo el sol y todo ello es vanidad, ¡es correr tras el viento!
Eclesiastés 1:5-14 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El sol sale por la mañana, y por la tarde se oculta, y vuelve corriendo a su lugar para salir al día siguiente. El viento gira y gira, y no deja de girar; a veces sopla hacia el norte, y a veces sopla hacia el sur. Los ríos corren hacia el mar, y luego vuelven a sus fuentes para volver a vaciarse en el mar, pero el mar jamás se llena. ¡Qué difícil me resulta explicar lo aburrido que es todo esto! ¡Nadie se cansa de ver! ¡Nadie se cansa de oír! Lo que antes sucedió, vuelve a suceder; lo que antes se hizo, vuelve a hacerse. ¡En esta vida no hay nada nuevo! Cuando alguien llega a decir: «¡Aquí tengo algo nuevo!», resulta que eso ya existía antes de que naciéramos. Nosotros no nos acordamos de lo que otros hicieron, ni los que vengan después se acordarán de lo que hicimos. ¡Los que vengan después creerán empezar de nuevo! Yo, el Predicador, fui rey de Israel, y reiné en la ciudad de Jerusalén. Toda mi sabiduría la dediqué a tratar de entender lo que se hace en este mundo. ¡Esta es la tarea que Dios nos dejó, y es una tarea muy pesada! Pude darme cuenta de que no tiene sentido nada de lo que se hace en este mundo; ¡todo es como querer atrapar el viento!
Eclesiastés 1:5-14 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El sol sale, el sol se pone, y vuelve presuroso al lugar de donde se levanta. El viento gira hacia el sur, y da vueltas por el norte; va girando sin cesar, y vuelve a girar el viento. Todos los ríos van al mar, y el mar jamás se llena. Y los ríos vuelven al lugar de donde salieron, para volver a recorrer su camino. Todas las cosas fatigan más de lo que es posible expresar. ¡Los ojos nunca se cansan de ver, ni se fatigan los oídos de oír! ¿Qué es lo que antes fue? ¡Lo mismo que habrá de ser! ¿Qué es lo que ha sido hecho? ¡Lo mismo que habrá de hacerse! ¡Y no hay nada nuevo bajo el sol! No hay nada de lo que pueda decirse: «¡Miren, aquí hay algo nuevo!», porque eso ya existía mucho antes que nosotros. Nadie recuerda lo que antes fue, ni nadie que nazca después recordará lo que está por suceder. Yo soy el Predicador, y reiné sobre Israel en Jerusalén. Me entregué de corazón a investigar y a estudiar minuciosamente todo lo que se hace bajo el cielo. Este penoso trabajo nos lo ha dado Dios, para que nos ocupemos de él. Por lo tanto, escudriñé todo lo que se hace bajo el sol, y pude darme cuenta de que todo es vanidad y aflicción de espíritu
Eclesiastés 1:5-14 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Sale el sol, se oculta el sol, y vuelve pronto a su lugar para volver a salir. Sopla el viento hacia el sur, y gira luego hacia el norte. ¡Gira y gira el viento! ¡Gira y vuelve a girar! Los ríos van todos al mar, pero el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino. No hay nadie capaz de expresar cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente como para quedar satisfecho. Nada habrá que antes no haya habido; nada se hará que antes no se haya hecho. ¡Nada hay nuevo en este mundo! Nunca faltará quien diga: «¡Esto sí que es algo nuevo!» Pero aun eso ya ha existido siglos antes de nosotros. Las cosas pasadas han caído en el olvido, y en el olvido caerán las cosas futuras entre los que vengan después. Yo, el Predicador, fui rey de Israel en Jerusalén, y me entregué de lleno a investigar y estudiar con sabiduría todo lo que se hace en este mundo. ¡Vaya carga pesada que ha puesto Dios sobre los hombres para humillarlos con ella! Y pude darme cuenta de que todo lo que se hace en este mundo es vana ilusión, es querer atrapar el viento.
Eclesiastés 1:5-14 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén. Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 1:5-14 La Biblia de las Américas (LBLA)
El sol sale y el sol se pone, a su lugar se apresura, y de allí vuelve a salir. Soplando hacia el sur, y girando hacia el norte, girando y girando va el viento; y sobre sus giros el viento regresa. Todos los ríos van hacia el mar, y el mar no se llena; al lugar donde los ríos fluyen, allí vuelven a fluir. Todas las cosas son fatigosas, el hombre no puede expresarlas. No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír. Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Hay algo de que se pueda decir: Mira, esto es nuevo? Ya existía en los siglos que nos precedieron. No hay memoria de las cosas primeras ni tampoco de las postreras que sucederán; no habrá memoria de ellas entre los que vendrán después. Yo, el Predicador, he sido rey sobre Israel en Jerusalén. Y apliqué mi corazón a buscar e investigar con sabiduría todo lo que se ha hecho bajo el cielo. Tarea dolorosa dada por Dios a los hijos de los hombres para ser afligidos con ella. He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he aquí, todo es vanidad y correr tras el viento.
Eclesiastés 1:5-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El sol sale y se pone, y se apresura a dar toda la vuelta para volver a salir. El viento sopla hacia el sur y luego gira hacia el norte. Da vueltas y vueltas soplando en círculos. Los ríos desembocan en el mar, pero el mar nunca se llena. Luego el agua vuelve a los ríos y sale nuevamente al mar. Todo es tan tedioso, imposible de describir. No importa cuánto veamos, nunca quedamos satisfechos. No importa cuánto oigamos, nada nos tiene contentos. La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora. Yo, el Maestro, fui rey de Israel y viví en Jerusalén. Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una existencia trágica al género humano. Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento.