Ezequiel 37:7-8
Ezequiel 37:7-8 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tal y como me lo ordenó, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé y vi que en ellos aparecían tendones, les salía carne y se recubrían de piel. ¡Pero no había espíritu en ellos!
Ezequiel 37:7-8 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Yo les dije a los huesos lo que Dios me había ordenado decir. Y mientras hablaba de parte de Dios, escuché un ruido muy fuerte. Eran los huesos, que se estaban juntando los unos con los otros. Pude ver cómo les salían tendones, y les crecía carne y se recubrían de piel. Sin embargo, seguían sin vida.
Ezequiel 37:7-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Yo profeticé, tal y como se me ordenó, y mientras yo profetizaba hubo un ruido y un temblor, y los huesos se juntaron el uno con el otro. Me fijé, y vi que ya tenían tendones, y que se cubrían de carne, y que se iban revistiendo de piel. Pero aún no había en ellos espíritu.
Ezequiel 37:7-8 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Yo les hablé como él me lo había ordenado. Y mientras les hablaba, oí un ruido: era un terremoto, y los huesos comenzaron a juntarse unos con otros. Y vi que sobre ellos aparecían tendones y carne, y que se cubrían de piel. Pero no tenían aliento de vida.
Ezequiel 37:7-8 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
Ezequiel 37:7-8 La Biblia de las Américas (LBLA)
Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos.
Ezequiel 37:7-8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Así que yo anuncié el mensaje, tal como él me dijo. De repente, mientras yo hablaba, se oyó un ruido, un traqueteo por todo el valle. Se juntaron los huesos de cada cuerpo y volvieron a unirse hasta formar esqueletos enteros. Mientras yo observaba, vi que se formaron músculos y apareció carne sobre los huesos. Después se formó piel para recubrir los cuerpos, pero aún no tenían aliento de vida.