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Génesis 19:15-26

Génesis 19:15-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

pero al amanecer los ángeles insistieron: —¡Lot, date prisa! ¡Llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas! ¡De lo contrario, serás destruido junto con la ciudad! Y como Lot no se apuraba, los ángeles lo agarraron de la mano, y también a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad. Los pusieron a salvo porque Dios les tuvo compasión. Tan pronto como los sacaron, uno de los ángeles dijo: —¡Si quieren salvarse, corran! ¡No miren hacia atrás, ni se detengan en el valle! ¡Huyan a las montañas, y pónganse a salvo! De lo contrario, ¡serán destruidos! Pero Lot le contestó: —¡No, señor, de ninguna manera! Aunque soy muy humilde, usted ha sido muy bueno conmigo, pues tuvo compasión de mí y me salvó la vida. Pero yo no puedo huir a las montañas, porque este desastre me alcanzará y moriré. Mire, aquí cerca hay una ciudad pequeña; si echo a correr podré llegar a ella y ponerme a salvo. ¿Verdad que es muy pequeña? Y aquel ángel le contestó: —Está bien. Voy a cumplir tus deseos. No destruiré la ciudad de la que hablas. Pero vete enseguida, porque no podré hacer nada hasta que llegues allá. Por eso la ciudad se llama Sóar, que quiere decir, «pequeña». Lot llegó a Sóar cuando el sol comenzaba a salir. En ese momento Dios hizo caer del cielo una lluvia de azufre encendido sobre Sodoma y Gomorra. Así fue como Dios acabó con las ciudades del valle y sus habitantes, y también destruyó toda la vegetación. Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y quedó convertida en estatua de sal.

Génesis 19:15-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Al rayar el alba, los ángeles apuraban a Lot y le decían: «Levántate, y llévate a tu mujer y a tus dos hijas que tienes aquí, para que no mueras cuando la ciudad sea castigada.» Pero como él se tardaba, los varones lo tomaron de la mano y, junto con su mujer y sus dos hijas, lo sacaron de la ciudad y lo pusieron fuera de ella, conforme a la misericordia que el Señor tuvo de él. Una vez que los sacaron, le dijeron: «¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas en toda esta llanura. ¡Huye a los montes, no sea que perezcas!» Pero Lot les dijo: «No, señores míos, por favor. Puedo ver que este siervo suyo ha hallado gracia ante sus ojos. Ustedes han engrandecido su misericordia para conmigo al concederme la vida; pero yo no puedo huir a los montes, no sea que el mal me alcance y yo muera. ¡Miren esa ciudad! ¡Está muy cerca y es pequeña! ¡Déjenme escapar a ella, y así podré salvar mi vida! ¿Verdad que sí es pequeña?» Y él le respondió: «Acepto esta súplica tuya. No destruiré esa ciudad, de la que me has hablado. Pero date prisa y corre a ella, porque yo no podré hacer nada hasta que llegues allá.» Por eso esa ciudad recibió el nombre de Soar. Y cuando el sol comenzaba a salir sobre la tierra, Lot llegó a Soar. Entonces el Señor hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra, y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, junto con todos los habitantes de aquellas ciudades y los productos de la tierra. Pero la mujer de Lot miró hacia atrás, y quedó convertida en una estatua de sal.

Génesis 19:15-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Al amanecer de la mañana siguiente, los ángeles insistieron: —Apresúrate —le dijeron a Lot—. Toma a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí. ¡Vete ahora mismo, o serás arrastrado en la destrucción de la ciudad! Como Lot todavía titubeaba, los ángeles lo agarraron de la mano, y también a su esposa y a sus dos hijas, y los llevaron enseguida a un lugar seguro fuera de la ciudad, porque el SEÑOR tuvo misericordia de ellos. Cuando quedaron a salvo fuera de la ciudad, uno de los ángeles ordenó: —¡Corran y salven sus vidas! ¡No miren hacia atrás ni se detengan en ningún lugar del valle! ¡Escapen a las montañas, o serán destruidos! —¡Oh, no, mi señor! —suplicó Lot—. Ustedes fueron tan amables conmigo y me salvaron la vida, y han mostrado una gran bondad; pero no puedo ir a las montañas. La destrucción me alcanzaría allí también, y pronto moriría. Miren, hay una pequeña aldea cerca. Por favor, déjenme ir allá; ¿no ven lo pequeña que es? Así no perderé la vida. —Está bien —dijo el ángel—, concederé tu petición. No destruiré la pequeña aldea. ¡Pero apresúrate! Escapa a la aldea, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí. (Esto explica por qué aquella aldea se conocía como Zoar, que significa «lugar pequeño»). Lot llegó a la aldea justo cuando el sol salía en el horizonte. Enseguida el SEÑOR hizo llover de los cielos fuego y azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra. Las destruyó por completo, junto con las demás ciudades y aldeas de la llanura. Así arrasó a todas las personas y a toda la vegetación; pero la esposa de Lot miró hacia atrás mientras lo seguía y quedó convertida en una estatua de sal.

Génesis 19:15-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

así que al amanecer los ángeles le insistieron a Lot. Exclamaron: —¡Apúrate! Llévate a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, para que no sean destruidos cuando la ciudad sea castigada. Como Lot titubeaba, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y los sacaron de la ciudad porque el SEÑOR les tuvo compasión. Cuando ya los habían sacado de la ciudad, uno de los ángeles le dijo: —¡Escápate! No mires hacia atrás ni te detengas en ninguna parte del valle. Huye hacia las montañas, no sea que perezcas. —¡No, señores míos, por favor! —respondió Lot—. Ustedes han sido muy buenos con este siervo suyo y su bondad ha sido grande al salvarme la vida. Pero yo no puedo escaparme a las montañas, no sea que la destrucción me alcance y pierda yo la vida. Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, en la que podría refugiarme. ¿Por qué no dejan que me escape hacia allá? Es una ciudad muy pequeña y en ella me pondré a salvo. —Está bien —respondió uno de ellos—; también esta petición te la concederé. No destruiré la ciudad de que hablas. Pero ¡date prisa! y huye de una vez, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí. Por eso aquella ciudad recibió el nombre de Zoar. Lot llegó a Zoar cuando estaba amaneciendo. Entonces el SEÑOR hizo que cayera del cielo una lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. Así destruyó a esas ciudades y a todos sus habitantes, junto con todo el valle y la vegetación del suelo. Pero la esposa de Lot miró hacia atrás y se quedó convertida en estatua de sal.

Génesis 19:15-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Como ya estaba amaneciendo, los ángeles le dijeron a Lot: —¡De prisa! Levántate y llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas, si no quieres morir cuando castiguemos a la ciudad. Pero como Lot se tardaba, los ángeles lo tomaron de la mano, porque el Señor tuvo compasión de él. También tomaron a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad para ponerlos a salvo. Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo: —¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida. Pero Lot les dijo: —¡No, señores míos, por favor! Ustedes me han hecho ya muchos favores, y han sido muy buenos conmigo al salvarme la vida, pero yo no puedo ir a las montañas porque la destrucción me puede alcanzar en el camino, y entonces moriré. Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, a la que puedo huir. ¡Déjenme ir allá para salvar mi vida, pues realmente es una ciudad muy pequeña! Entonces uno de ellos dijo: —Te he escuchado y voy a hacer lo que me has pedido. No voy a destruir la ciudad de que me has hablado, pero ¡anda!, vete allá de una vez, porque no puedo hacer nada mientras no llegues a ese lugar. Por eso aquella ciudad fue llamada Sóar. Cuando ya había amanecido y Lot había llegado a Sóar, el Señor hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra; las destruyó junto con todos los que vivían en ellas, y acabó con todo lo que crecía en aquel valle. Pero la mujer de Lot, que venía siguiéndole, miró hacia atrás y allí mismo quedó convertida en una estatua de sal.

Génesis 19:15-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos. He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

Génesis 19:15-26 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y al amanecer, los ángeles apremiaban a Lot, diciendo: Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seáis destruidos en el castigo de la ciudad. Mas él titubeaba. Entonces los dos hombres tomaron su mano y la mano de su mujer y la mano de sus dos hijas, porque la compasión del SEÑOR estaba sobre él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y aconteció que cuando los habían llevado fuera, uno le dijo: Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle; escapa al monte, no sea que perezcas. Pero Lot les dijo: No, por favor, señores míos. Ahora he aquí, tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia la cual me has mostrado salvándome la vida; mas no puedo escapar al monte, no sea que el desastre me alcance, y muera. Ahora he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida. Y él le respondió: He aquí, te concedo también esta petición de no destruir la ciudad de que has hablado. Date prisa, escapa allá, porque nada puedo hacer hasta que llegues allí. Por eso el nombre que se le puso a la ciudad fue Zoar. El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. Entonces el SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del SEÑOR desde los cielos; y destruyó aquellas ciudades y todo el valle y todos los habitantes de las ciudades y todo lo que crecía en la tierra. Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.