Génesis 22:12-18
Génesis 22:12-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Y el ángel dijo: «No extiendas tu mano sobre el niño, ni le hagas nada. Yo sé bien que temes a Dios, pues no me has negado a tu único hijo.» Abrahán levantó entonces los ojos, y vio que a sus espaldas había un carnero, trabado por los cuernos en un zarzal. Y Abrahán fue y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. A ese lugar Abrahán le puso por nombre «El Señor proveerá.» Por eso es que aún hoy se dice: «En un monte el Señor proveerá.» Por segunda vez, el ángel del Señor llamó a Abrahán desde el cielo y le dijo: «Yo, el Señor, he jurado por mí mismo que, por esto que has hecho, de no negarme a tu único hijo, ciertamente te bendeciré; multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar; ¡tu descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos! En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto atendiste a mi voz.»
Génesis 22:12-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
—No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño —dijo el ángel—. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo. Abraham alzó la vista y en un matorral vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo. A ese sitio Abraham le puso por nombre: «El SEÑOR provee». Por eso hasta el día de hoy se dice: «En el monte del SEÑOR será provisto lo necesario». El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo y dijo: —Como has hecho esto y no me has negado a tu único hijo, tan cierto como que yo vivo —afirma el SEÑOR—, te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia —como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tu descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos. Puesto que me has obedecido, por medio de tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra.
Génesis 22:12-18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
y Dios le dijo: «No le hagas daño al niño. Estoy convencido de que me obedeces, pues no te negaste a ofrecerme en sacrificio a tu único hijo». En ese mismo instante, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos trabados entre las ramas de un arbusto. Entonces tomó el carnero y se lo ofreció a Dios en lugar de su hijo. Por eso Abraham llamó a ese lugar «Dios dará lo necesario». De allí viene el dicho que hasta hoy se escucha: «En su montaña Dios da lo necesario». Por segunda vez Dios llamó a Abraham desde el cielo, y le dijo
Génesis 22:12-18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El ángel le dijo: —No le hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor de Dios, pues no te negaste a darme tu único hijo. Abraham se fijó, y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos entre las ramas de un arbusto; entonces fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto, en lugar de su hijo. Después Abraham le puso este nombre a aquel lugar: «El Señor da lo necesario.» Por eso todavía se dice: «En el cerro, el Señor da lo necesario.» El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, y le dijo: —El Señor ha dicho: “Puesto que has hecho esto y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo que te bendeciré mucho. Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos, y todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de ellos, porque me has obedecido.”
Génesis 22:12-18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Génesis 22:12-18 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y el ángel dijo: No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único. Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y he aquí, vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral; y Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham aquel lugar con el nombre de El SEÑOR Proveerá, como se dice hasta hoy: En el monte del SEÑOR se proveerá. El ángel del SEÑOR llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, declara el SEÑOR, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. Y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz.
Génesis 22:12-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)
—¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios. No me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo. Entonces Abraham levantó los ojos y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos en un matorral. Así que tomó el carnero y lo sacrificó como ofrenda quemada en lugar de su hijo. Abraham llamó a aquel lugar Yahveh-jireh (que significa «el SEÑOR proveerá»). Hasta el día de hoy, la gente todavía usa ese nombre como proverbio: «En el monte del SEÑOR será provisto». Luego el ángel del SEÑOR volvió a llamar a Abraham desde el cielo. —El SEÑOR dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido.