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Génesis 37:7-18

Génesis 37:7-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Resulta que estábamos todos nosotros en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se levantó y quedó erguida, mientras que las de ustedes se juntaron alrededor de la mía y se inclinaron ante ella. Sus hermanos replicaron: —¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros y que nos vas a gobernar? Y lo odiaron aún más por los sueños que él contaba. Después José tuvo otro sueño y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: —Tuve otro sueño en el que veía que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. Cuando se lo contó a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió: —¿Qué quieres decirnos con este sueño que has tenido? —le preguntó—. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo vendremos a postrarnos en tierra ante ti? Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en todo esto. En cierta ocasión, los hermanos de José se fueron a Siquén para apacentar las ovejas de su padre. Israel dijo a José: —Tus hermanos están en Siquén apacentando las ovejas. Quiero que vayas a verlos. —Está bien —contestó José. Israel continuó: —Vete a ver si tus hermanos y el rebaño están bien y tráeme noticias frescas. Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquén, un hombre lo encontró caminando por el campo y le preguntó: —¿Qué andas buscando? —Estoy buscando a mis hermanos —contestó José—. ¿Podría usted indicarme dónde están apacentando el rebaño? —Ya se han marchado de aquí —le informó el hombre—. Los oí decir que se dirigían a Dotán. José siguió buscando a sus hermanos y los encontró cerca de Dotán. Como ellos alcanzaron a verlo desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo.

Génesis 37:7-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Resulta que estábamos en el campo atando gavillas de grano. De repente, mi gavilla se levantó, y las gavillas de ustedes se juntaron alrededor de la mía, ¡y se inclinaron ante ella! Sus hermanos respondieron: —Así que crees que serás nuestro rey, ¿no es verdad? ¿De veras piensas que reinarás sobre nosotros? Así que lo odiaron aún más debido a sus sueños y a la forma en que los contaba. Al poco tiempo José tuvo otro sueño y de nuevo se lo contó a sus hermanos. —Escuchen, tuve otro sueño —les dijo—. ¡El sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí! Esta vez le contó el sueño a su padre además de a sus hermanos, pero su padre lo reprendió. —¿Qué clase de sueño es ese? —le preguntó—. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo llegaremos a postrarnos delante de ti? Sin embargo, mientras los hermanos de José tenían celos de él, su padre estaba intrigado por el significado de los sueños. Poco tiempo después, los hermanos de José fueron hasta Siquem para apacentar los rebaños de su padre. Cuando ya llevaban un buen tiempo allí, Jacob le dijo a José: —Tus hermanos están en Siquem apacentando las ovejas. Prepárate, porque te enviaré a verlos. —Estoy listo para ir —respondió José. —Ve a ver cómo están tus hermanos y los rebaños —dijo Jacob—. Luego vuelve aquí y tráeme noticias de ellos. Así que Jacob despidió a José, y él viajó hasta Siquem desde su casa, en el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquem, un hombre de esa zona lo encontró dando vueltas por el campo. —¿Qué buscas? —le preguntó. —Busco a mis hermanos —contestó José—. ¿Sabe usted dónde están apacentando sus rebaños? —Sí —le dijo el hombre—. Se han ido de aquí, pero les oí decir: “Vayamos a Dotán”. Entonces José siguió a sus hermanos hasta Dotán y allí los encontró. Cuando los hermanos de José lo vieron acercarse, lo reconocieron desde lejos. Mientras llegaba, tramaron un plan para matarlo.

Génesis 37:7-18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

y soñé que estábamos en medio del campo, atando el trigo en manojos. De repente, mi manojo se levantó y se quedó bien derecho, mientras los de ustedes lo rodeaban y se inclinaban ante él. Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe! Y por causa del sueño y por lo que decía, creció en ellos el odio que le tenían. José tuvo otro sueño, y también se lo contó a sus hermanos. Les dijo: —Fíjense que tuve otro sueño. Resulta que esta vez el sol, la luna y once estrellas, se inclinaban ante mí. Cuando les contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: —¿Qué clase de sueño es ese? ¿Quieres decir que tu madre y tus hermanos, y yo mismo, vamos a ser tus esclavos? Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños. Los hermanos de José habían llevado las ovejas de su padre a los pastos de Siquem. Unos días después, Jacob le dijo a José: —Ya sabes que tus hermanos están en Siquem, cuidando las ovejas. Quiero que vayas a ver si todo está bien, y que regreses a contármelo. —Sí, papá, enseguida voy —le respondió. José salió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem, pero no encontró a sus hermanos por ningún lado. Poco después lo encontró un hombre y le preguntó: —¿Qué andas buscando? José le respondió: —Busco a mis hermanos y a sus rebaños. Tal vez usted pueda decirme dónde están. Aquel hombre contestó: —Hace días que se fueron. Alcancé a oír que se iban a Dotán. José siguió buscando a sus hermanos, y allá los encontró. Cuando ellos lo vieron acercarse, antes de que él llegara a donde ellos estaban, se pusieron de acuerdo para matarlo.

Génesis 37:7-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Resulta que estábamos en medio del campo haciendo manojos, y mi manojo se levantaba y se quedaba derecho, mientras que los manojos de ustedes estaban alrededor del mío y se inclinaban ante él.» Sus hermanos le respondieron: «¿Acaso vas a ser tú nuestro rey, o nos vas a gobernar?» Y por causa de sus sueños y sus palabras lo odiaron aún más. Pero José volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: «Resulta que tuve otro sueño. Esta vez, el sol y la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.» Y les contó esto a su padre y a sus hermanos, y su padre lo reprendió. Le dijo: «¿Qué clase de sueño es este que tuviste? ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo vendremos a postrarnos ante ti?» Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba acerca de esto. Cuando sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre en Siquén, Israel le dijo a José: «Tus hermanos están apacentando las ovejas en Siquén. Ven, que voy a enviarte con ellos.» Y José respondió: «Aquí me tienes.» Entonces Israel le dijo: «Anda y ve si están bien tus hermanos y las ovejas, y vuelve a darme la noticia.» Y lo envió Israel desde el valle de Hebrón, y José llegó a Siquén. Mientras José andaba errante por el campo, un hombre lo halló y le preguntó: «¿Qué buscas?» José respondió: «Estoy buscando a mis hermanos; por favor, hazme saber dónde están apacentando.» Y aquel hombre le respondió: «Ya se fueron de aquí. Pero les oí decir que iban a Dotán.» José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán. Cuando ellos lo vieron a lo lejos, antes de que él se acercara a ellos hicieron planes contra él para matarlo.

Génesis 37:7-18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Soñé que todos nosotros estábamos en el campo, haciendo manojos de trigo; de pronto, mi manojo se levantó y quedó derecho, pero los manojos de ustedes se pusieron alrededor del mío y le hicieron reverencias. Entonces sus hermanos contestaron: —¿Quieres decir que tú vas a ser nuestro rey, y que nos vas a dominar? Y lo odiaron todavía más por sus sueños y por la forma en que los contaba. Después José tuvo otro sueño, que también les contó a sus hermanos. Les dijo: —¿Saben que tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias? Cuando José contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre le reprendió y le dijo: —¿Qué quieres decir con este sueño que tuviste? ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo tendremos que hacerte reverencias? Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre pensaba mucho en este asunto. Un día los hermanos de José fueron a Siquem, buscando pastos para las ovejas de su padre. Entonces Israel le dijo a José: —Mira, tus hermanos están en Siquem cuidando las ovejas. Quiero que vayas a verlos. —Iré con mucho gusto —contestó José. —Bueno —dijo Israel—, ve y fíjate cómo están tus hermanos y las ovejas, y regresa luego a traerme la noticia. Israel mandó a José desde el valle de Hebrón, y cuando José llegó a Siquem, se perdió por el campo. Entonces un hombre lo encontró y le preguntó: —¿Qué andas buscando? —Ando buscando a mis hermanos —respondió José—. ¿Podría usted decirme dónde están cuidando las ovejas? —Ya se fueron de aquí —dijo el hombre—. Les oí decir que se iban a Dotán. José fue en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron venir a lo lejos, y antes de que se acercara hicieron planes para matarlo.

Génesis 37:7-18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.

Génesis 37:7-18 La Biblia de las Américas (LBLA)

He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla. Y sus hermanos le dijeron: ¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros? Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras. Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. Y él lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho. Después sus hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en Siquem. E Israel dijo a José: ¿No están tus hermanos apacentando el rebaño en Siquem? Ven y te enviaré a ellos. Y él le dijo: Iré. Entonces Israel le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. Y estando él dando vueltas por el campo, un hombre lo encontró, y el hombre le preguntó, diciendo: ¿Qué buscas? Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me informes dónde están apacentando el rebaño. Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, pues yo les oí decir: «Vamos a Dotán». Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo.