Hebreos 1:4-14
Hebreos 1:4-14 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
Hebreos 1:4-14 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Así llegó a ser superior a los ángeles, en la misma medida en que el nombre que ha heredado supera en excelencia al de ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Tú eres mi Hijo; hoy mismo te he engendrado», y en otro pasaje: «Yo seré su Padre y él será mi Hijo»? Además, al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios». En cuanto a los ángeles dice: «Él convierte a sus ángeles en vientos, y a sus servidores en llamas de fuego». Pero con respecto al Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; el cetro de tu reino es cetro de justicia. Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, te prefirió a ti por encima de tus compañeros». También dice: «En el principio, oh Señor, tú afirmaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces para siempre. Todos ellos se desgastarán como un vestido, los doblarás como un manto y cambiarán como ropa que se muda. Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tienen fin». ¿A cuál de los ángeles dijo Dios alguna vez: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por debajo de tus pies»? ¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?
Hebreos 1:4-14 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El Hijo de Dios llegó a ser superior a los ángeles, pues Dios le dio un nombre mucho más importante que el de ellos. Porque nunca Dios le dijo a ningún ángel: «Tú eres mi Hijo; desde hoy soy tu padre.» Tampoco dijo de ningún ángel: «Yo seré para él como un padre, y él será para mí como un Hijo.» Y cuando Dios envió a su Hijo a este mundo, ordenó: «Que todos mis ángeles lo adoren.» Además, cuando Dios habla acerca de los ángeles, dice: «Mis ángeles son el viento, y mis sirvientes son relámpagos.» Pero, cuando habla de su Hijo, Dios dice: «Tu reinado durará para siempre, y usarás tu poder en favor de la justicia. Te complaces en lo bueno, y rechazas la injusticia. Yo te declaro mi rey favorito, ¡el rey más feliz de la tierra!» Y también dice: «Señor, en el principio tú afirmaste la tierra; tú mismo hiciste los cielos, pero se irán gastando, como la ropa, y un día los destruirás. »Pero tú te mantendrás firme; siempre serás el mismo, y tus años no tendrán fin.» Dios nunca le dijo a ningún ángel: «Siéntate a la derecha de mi trono, hasta que yo derrote a tus enemigos.» Porque los ángeles son solamente espíritus que sirven a Dios, y él los envía para ayudar a toda la gente que Dios habrá de salvar.
Hebreos 1:4-14 Reina Valera Contemporánea (RVC)
y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido un nombre más sublime que el de ellos. Porque jamás dijo Dios a ninguno de sus ángeles: «Tú eres mi Hijo. Yo te he engendrado hoy.» Ni tampoco: «Yo seré su Padre, y él será mi hijo.» Además, cuando Dios introduce al Primogénito en el mundo, dice: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios.» Acerca de los ángeles, dice: «Él hace que sus ángeles sean como vientos, y sus ministros como llamas de fuego.» Pero del Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; el cetro de tu reino es un cetro de justicia. Amas la justicia, y odias la maldad. Por eso te ungió Dios, tu Dios, con óleo de alegría más que a tus compañeros.» Y también dice: «Señor, tú fundaste la tierra en el principio, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces para siempre. Todos ellos se desgastarán como un vestido; los enrollarás como un manto, y quedarán cambiados; pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.» Dios jamás le dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.» ¿Y acaso no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir a quienes serán los herederos de la salvación?
Hebreos 1:4-14 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido en herencia un título mucho más importante que el de ellos. Porque Dios nunca dijo a ningún ángel: «Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.» Ni dijo tampoco de ningún ángel: «Yo seré un padre para él, y él será un hijo para mí.» Pero en otro lugar, al presentar a su Hijo primogénito al mundo, dice: «Que todos los ángeles de Dios lo adoren.» Respecto a los ángeles, Dios dice: «Hace que sus ángeles sean como vientos, y como llamas de fuego sus servidores.» Pero respecto al Hijo, dice: «Tu reinado, oh Dios, es eterno, y es un reinado de justicia. Has amado lo bueno y odiado lo malo; por eso te ha escogido Dios, tu Dios, y te ha colmado de alegría más que a tus compañeros.» También dice: «Tú, oh Señor, afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces para siempre. Todo ello se gastará como la ropa; ¡lo doblarás como se dobla un vestido, lo cambiarás como quien se cambia de ropa! Pero tú eres el mismo; tu vida no terminará.» Dios nunca dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate a mi derecha, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.» Porque todos los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación.
Hebreos 1:4-14 La Biblia de las Américas (LBLA)
siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: HIJO MíO ERES Tú, YO TE HE ENGENDRADO HOY; y otra vez: YO SERé PADRE PARA ÉL, Y ÉL SERá HIJO PARA Mí? Y de nuevo, cuando trae al Primogénito al mundo, dice: Y ADóRENLE TODOS LOS áNGELES DE DIOS. Y de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS áNGELES, ESPíRITUS, Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO. Pero del Hijo dice: TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, Y CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO. HAS AMADO LA JUSTICIA Y ABORRECIDO LA INIQUIDAD; POR LO CUAL DIOS, TU DIOS, TE HA UNGIDO CON OLEO DE ALEGRíA MáS QUE A TUS COMPAÑEROS. Y: Tú, SEÑOR, EN EL PRINCIPIO PUSISTE LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA, Y LOS CIELOS SON OBRA DE TUS MANOS; ELLOS PERECERáN, PERO Tú PERMANECES; Y TODOS ELLOS COMO UNA VESTIDURA SE ENVEJECERáN, Y COMO UN MANTO LOS ENROLLARáS; COMO UNA VESTIDURA SERáN MUDADOS. PERO Tú ERES EL MISMO, Y TUS AÑOS NO TENDRáN FIN. Pero, ¿a cuál de los ángeles ha dicho jamás: SIéNTATE A MI DIESTRA HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES? ¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?
Hebreos 1:4-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Esto demuestra que el Hijo es muy superior a los ángeles, así como el nombre que Dios le dio es superior al nombre de ellos. Pues Dios nunca le dijo a ningún ángel lo que le dijo a Jesús: «Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre». Dios también dijo: «Yo seré su Padre, y él será mi Hijo». Además, cuando trajo a su Hijo supremo al mundo, Dios dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios». Pero con respecto a los ángeles, Dios dice: «Él envía a sus ángeles como los vientos y a sus sirvientes como llamas de fuego». Pero al Hijo le dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia. Amas la justicia y odias la maldad. Por eso, oh Dios, tu Dios te ha ungido derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro». También le dice al Hijo: «Señor, en el principio echaste los cimientos de la tierra y con tus manos formaste los cielos. Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre. Ellos se desgastarán como ropa vieja. Los doblarás como un manto y los desecharás como ropa usada. Pero tú siempre eres el mismo; tú vivirás para siempre». Además, Dios nunca le dijo a ninguno de los ángeles: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies». Por lo tanto, los ángeles solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.