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S. Juan 11:1-15

S. Juan 11:1-15 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Lázaro y sus hermanas Marta y María vivían en el pueblo de Betania. María fue la que derramó perfume en los pies de Jesús y luego los secó con sus cabellos. Un día, Lázaro se enfermó y sus hermanas le mandaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu querido amigo Lázaro está enfermo.» Cuando Jesús recibió el mensaje, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte. Servirá para mostrar el poder de Dios, y el poder que tengo yo, el Hijo de Dios.» Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro. Sin embargo, cuando recibió la noticia de que Lázaro estaba enfermo, decidió quedarse dos días más en donde estaba. Al tercer día les dijo a sus discípulos: —Regresemos a la región de Judea. Los discípulos le dijeron: —Maestro, algunos de los judíos de esa región trataron de matarte hace poco. ¿Aun así quieres regresar allá? Jesús les respondió: —Cada día, el sol brilla durante doce horas. Si uno camina de día, no tropieza con nada, porque la luz del sol le alumbra el camino. Pero si camina de noche, tropieza porque le hace falta la luz. Nuestro amigo Lázaro está dormido, y yo voy a despertarlo. Los discípulos le dijeron: —Señor, si Lázaro está dormido, para qué te preocupas. Lo que Jesús quería darles a entender era que Lázaro había muerto, pero los discípulos entendieron que estaba descansando. Por eso Jesús les explicó: —Lázaro ha muerto, y me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes tendrán oportunidad de confiar en mí. Vayamos a donde está él.

S. Juan 11:1-15 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Había un hombre enfermo que se llamaba Lázaro, natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. Esta María, que era hermana de Lázaro, fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos. Así pues, las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: —Señor, tu amigo querido está enfermo. Jesús, al oírlo, dijo: —Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha de servir para mostrar la gloria de Dios, y también la gloria del Hijo de Dios. Aunque Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro, cuando le dijeron que Lázaro estaba enfermo se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba. Después dijo a sus discípulos: —Vamos otra vez a Judea. Los discípulos le dijeron: —Maestro, hace poco los judíos de esa región trataron de matarte a pedradas, ¿y otra vez quieres ir allá? Jesús les dijo: —¿No es cierto que el día tiene doce horas? Pues si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz que hay en este mundo; pero si uno anda de noche, tropieza, porque le falta la luz. Después añadió: —Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo. Los discípulos le dijeron: —Señor, si se ha dormido, es señal de que va a sanar. Pero lo que Jesús les decía es que Lázaro había muerto, mientras que los discípulos pensaban que se había referido al sueño natural. Entonces Jesús les dijo claramente: —Lázaro ha muerto. Y me alegro de no haber estado allí, porque así es mejor para ustedes, para que crean. Pero vamos a verlo.

S. Juan 11:1-15 La Biblia de las Américas (LBLA)

Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos. Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: Señor, mira, el que tú amas está enfermo. Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella. Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Luego, después de esto, dijo* a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea. Los discípulos le dijeron*: Rabí, hace poco que los judíos procuraban apedrearte, ¿y vas otra vez allá? Jesús respondió: ¿No hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él. Dijo esto, y después de esto añadió: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo. Los discípulos entonces le dijeron: Señor, si se ha dormido, se recuperará. Pero Jesús había hablado de la muerte de Lázaro, mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño. Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: Lázaro ha muerto; y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a donde está él.

S. Juan 11:1-15 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Vivía en Betania con sus hermanas María y Marta. María era la misma mujer que tiempo después derramó el perfume costoso sobre los pies del Señor y los secó con su cabello. Su hermano, Lázaro, estaba enfermo. Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo». Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, se quedó donde estaba dos días más. Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos: —Volvamos a Judea. Pero sus discípulos se opusieron diciendo: —Rabí, hace solo unos días, la gente de Judea trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo? Jesús contestó: —Cada día tiene doce horas de luz. Durante el día, la gente puede andar segura y puede ver porque tiene la luz de este mundo; pero de noche se corre el peligro de tropezar, porque no hay luz.—Después agregó—: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero ahora iré a despertarlo. —Señor —dijeron los discípulos—, si se ha dormido, ¡pronto se pondrá mejor! Ellos pensaron que Jesús había querido decir que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería a que Lázaro había muerto. Por eso les dijo claramente: —Lázaro está muerto. Y, por el bien de ustedes, me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes van a creer de verdad. Vamos a verlo.