S. Juan 4:1-12
S. Juan 4:1-12 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Jesús se enteró de que los fariseos sabían que él estaba ganando y bautizando más discípulos que Juan (aunque en realidad no era Jesús quien bautizaba, sino sus discípulos). Por eso se fue de Judea y volvió otra vez a Galilea. Como tenía que pasar por Samaria, llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. Entonces, como los judíos no se relacionaban con los samaritanos, la mujer respondió: —¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana? Jesús contestó: —Si supieras lo que Dios puede dar y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva. La mujer dijo: —Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es muy hondo; ¿de dónde, pues, vas a sacar esa agua viva? ¿Acaso eres tú superior a nuestro padre Jacob que nos dejó este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y su ganado?
S. Juan 4:1-12 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Los fariseos se enteraron de que el número de seguidores de Jesús aumentaba cada día más, y de que Jesús bautizaba más que Juan el Bautista. Cuando Jesús se dio cuenta de que los fariseos se habían enterado de eso, salió de la región de Judea y regresó a Galilea. En el viaje, tenía que pasar por Samaria. En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José. Eran como las doce del día, y Jesús estaba cansado del viaje. Por eso se sentó a la orilla del pozo, mientras los discípulos iban al pueblo a comprar comida. En eso, una mujer de Samaria llegó a sacar agua del pozo. Jesús le dijo a la mujer: —Dame un poco de agua. Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó: —¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana? Jesús le respondió: —Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quién soy yo. Si lo supieras, tú me pedirías agua, y yo te daría el agua que da vida. La mujer le dijo: —Señor, ni siquiera tiene usted con qué sacar agua de este pozo profundo. ¿Cómo va a darme esa agua? Hace mucho tiempo nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo. Él, sus hijos y sus rebaños bebían agua de aquí. ¿Acaso es usted más importante que Jacob?
S. Juan 4:1-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan» (aunque en realidad Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Le era necesario pasar por Samaria, así que fue a una ciudad llamada Sicar, la cual está junto a la heredad que Jacob le dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob, y como Jesús estaba cansado del camino, se sentó allí, junto al pozo. Eran casi las doce del día. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» Y es que sus discípulos habían ido a la ciudad para comprar de comer. La samaritana le dijo: «¿Y cómo es que tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Y es que los judíos y los samaritanos no se tratan entre sí. Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”; tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.» La mujer le dijo: «Señor, no tienes con qué sacar agua, y el pozo es hondo. Así que, ¿de dónde tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?»
S. Juan 4:1-12 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Los fariseos se enteraron de que Jesús hacía más discípulos y bautizaba más que Juan (aunque en realidad no era Jesús el que bautizaba, sino sus discípulos). Cuando Jesús lo supo, salió de Judea para volver a Galilea. En su viaje, tenía que pasar por la región de Samaria. De modo que llegó a un pueblo de Samaria que se llamaba Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En eso, una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame un poco de agua. Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: —¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides agua a mí, que soy samaritana? Jesús le contestó: —Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: —Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
S. Juan 4:1-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
S. Juan 4:1-12 La Biblia de las Américas (LBLA)
Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y partió otra vez para Galilea. Y tenía que pasar por Samaria. Llegó*, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Una mujer de Samaria vino* a sacar agua, y Jesús le dijo*: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer samaritana le dijo*: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. Ella le dijo*: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?
S. Juan 4:1-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Jesús sabía que los fariseos se habían enterado de que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque no era Jesús mismo quien los bautizaba sino sus discípulos). Así que se fue de Judea y volvió a Galilea. En el camino, tenía que pasar por Samaria. Entonces llegó a una aldea samaritana llamada Sicar, cerca del campo que Jacob le dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob; y Jesús, cansado por la larga caminata, se sentó junto al pozo cerca del mediodía. Poco después, llegó una mujer samaritana a sacar agua, y Jesús le dijo: —Por favor, dame un poco de agua para beber. Él estaba solo en ese momento porque sus discípulos habían ido a la aldea a comprar algo para comer. La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús: —Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber? Jesús contestó: —Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva. —Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde —le dijo ella—, y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva? Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales?