Job 2:7-10
Job 2:7-10 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Job 2:7-10 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Entonces Satanás salió de la presencia del SEÑOR e hirió a Job con terribles llagas en la piel, desde la cabeza hasta los pies. Job, sentado entre cenizas, se rascaba con un trozo de teja. Su esposa le dijo: «¿Todavía intentas conservar tu integridad? Maldice a Dios y muérete». Sin embargo, Job contestó: «Hablas como una mujer necia. ¿Aceptaremos solo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo?». A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto.
Job 2:7-10 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del SEÑOR para afligir a Job con dolorosas úlceras desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job, sentado en medio de las cenizas, tomó un pedazo de teja para rascarse. Su esposa le reprochó: —¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Job respondió: —Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.
Job 2:7-10 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
En cuanto el acusador se marchó, llenó a Job con llagas en todo el cuerpo. Por eso, Job fue a sentarse sobre un montón de ceniza, y todo el día se lo pasaba rascándose con una piedra. Su esposa fue a decirle: —¿Por qué insistes en demostrar que eres bueno? ¡Mejor maldice a Dios, y muérete! Pero Job le respondió
Job 2:7-10 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Satanás salió de la presencia del Señor, pero le envió a Job una sarna tan violenta que lo cubrió de pies a cabeza. Era tal la comezón que Job, sentado en medio de la ceniza, se rascaba con un pedazo de teja. Su esposa lo llenó de reproches y le dijo: «¿Todavía insistes en seguir siendo perfecto? ¡Maldice a Dios, y muérete!» Pero Job le respondió: «Hablas como una de tantas necias. ¿Acaso hemos de recibir de Dios solo bendiciones, y no las calamidades?» Y aun así, Job no pecó ni de palabra.
Job 2:7-10 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El acusador se alejó de la presencia del Señor, y envió sobre Job una terrible enfermedad de la piel que lo cubrió de pies a cabeza. Entonces Job fue a sentarse junto a un montón de basura, y tomó un pedazo de olla rota para rascarse. Pero su mujer le dijo: —¿Todavía te empeñas en seguir siendo bueno? ¡Maldice a Dios y muérete! Job respondió: —¡Mujer, no digas tonterías! Si aceptamos los bienes que Dios nos envía, ¿por qué no vamos a aceptar también los males? Así pues, a pesar de todo, Job no pecó ni siquiera de palabra.
Job 2:7-10 La Biblia de las Américas (LBLA)
Satanás salió de la presencia del SEÑOR, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla. Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios.